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¿Qué tiene que ver Putin con las tragaperras?

¿Qué tiene que ver Putin con las tragaperras?

lunes 13 de febrero de 2017, 18:54h

Las tragaperras, esa máquina tanto de hacer dinero como de perderlo, siempre ha acompañado a la cultura española, tanto en bingos como, sobre todo, bares.

Prácticamente cualquier bar que se precie tiene una, porque todos alguna vez hemos dicho "voy a echarle las vueltas a las tragaperras, a ver si me sale la ronda gratis". Pero los tiempos cambian y las cosas evolucionan, y el juego de azar se sumó pronto a la versión online, habiendo hoy en día decenas de páginas para jugar a las tragaperras, las cuales se pueden aprovechar de interesantes ventajas como los bonos para casinos online. Por supuesto, la picaresca siempre ha acompañado al juego, y quién más, quién menos, ha intentado hacer trampas alguna vez, aunque haya sido en el parchís. En lo tocante a las tragaperras, la cosa es muy difícil, pues funciona todo por una probabilidad muy difícilmente controlable, pero parece que los rusos han encontrado la manera, en concreto uno de ellos.

Murat Bliev consiguió en dos días ganar la cifra nada desdeñable de 21.000 euros, muy alejada de la típica cifra de 300 o 400 euros de un gran día de suerte (y a saber cuántos euros invertidos). La buena suerte de este habitante del este ha llamado la atención de las casas de juegos americanas, que ponen en tela de duda la legalidad de las acciones de Bliev. La jugada en cuestión se ha producido en el casino Lumière Place, en Missouri, hace tan sólo una semana. Entre los días 2 y 3, Murat, con su teléfono, convirtió su inversión de 20 dólares en más de 20.000. Todo transcurrió con normalidad hasta que los dueños del casino, comprobando los balances de los últimos días, vieron algo extraño. Para cuando quisieron contactar con el afortunado ganador, este ya estaba de vuelta en Moscú. El caso es que Bliev no es el único ruso con suerte en américa, y en los últimos años han sido varios los desajustes de balances, teniendo siempre como protagonistas a habitantes del país de Putin.

No se sabe si el teléfono que acompañaba a Murat (un Iphone) tuvo algo que ver en todo esto, pero todo apunta que sí. Revisando las cámaras, el único comportamiento extraño de nuestro protagonista es que se tomaba mucho tiempo entre tirada y tirada, por lo que nada se puede confirmar. En base a casos anteriores, se sabe que había rusos que habían grabado máquinas tragaperras, por lo que las jugadas podrían haber sido estudiadas y, de ahí, saber cuándo apostar o no en función de las figuras que aparecieran en la tragaperras.

Que los rusos estén a la cabeza en manipulación de tragaperras no es una mera coincidencia, y todo tiene que ver con el anteriormente citado Putin que, en el año 2009 prohibió los juegos de azar en el país, lo cual hizo a los casinos vender a precios irrisorios sus máquinas. Algunas de ellas, por tanto, fueron compradas simplemente para estudiar su funcionamiento y, por tanto, que ganar con ellas fuera relativamente más fácil.