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El deseo de masturbarse y sus teorías

El deseo de masturbarse y sus teorías

viernes 24 de marzo de 2017, 08:41h

Antiguamente se decía que el que se masturbaba se quedaría ciego o le sadrían pelos en las manos. También cuentan leyendas o historias que masturbarse crea un hábito y luego sólo quieres masturbarte, lo que no tiene que ver con la masturbación en sí, sino con otras cosas, como el miedo a las relaciones, el temor al rechazo o la timidez.

Si rompemos estereotipos culturales: Y es que hay quien se masturba como práctica sexual no se relaciona con otras personas o se masturba y tiene relaciones sexuales con otras personas. O hay quien tiene pareja pero a veces se masturba o hay quien solamente le gusta tener relaciones con otras personas. Y los que no hacen nada de nada.

Lo que nos indica que a ninguna edad la masturbación significa que tengamos problemas psicológicos. Y no tienen motivo para masturbarse más que los que tienen menos relaciones sexuales, sino los que prefieren masturbarse como práctica. Aunque quien desea tener relaciones sexuales con personas desconocidas, pero por circunstancias o por miedo reprime ese deseo y recurre a la masturbación como vía de escape sexual. Pienso que el problema no está en la propia práctica sexual -la masturbación- sino que esa persona tiene un problema en sus relaciones sexuales.

Generalizamos cuando decimos que la masturbación es contraria al amor o a la confianza en el otro o a una relación que se asocia al sexo exclusivamente con otros o relacionar el sexo exclusivamente para la reproducción y a la legitimidad de las familias.

Y es que no dejas de desear más o menos sólo por masturbarte, porque la masturbación es sexo contigo mismo, lo que es básico en el aprendizaje personal y para conseguir este aprendizaje recuerda que la masturbación no es la única alternativa. Y si hay experiencia consciente y libre elección, quiero decir libertad, sobran las técnicas sexuales, ya que suele pasar que la intuición creativa funciona como un motor de descubrimiento.

Las fantasías sexuales y el morbo son importantes a la hora de la masturbación, y desde mi punto de vista que cada uno utilice sus fantasías o no, no puede juzgarse por muy ideales o concretas que sean. Y no es censurable que esas fantasías se relacionen con los genitales o más con la idea del amor. Aquí sitúo un punto importante de las fantasías: la gran excitación que producen. Aunque esa excitación puede ser mental o física, pero en el caso de las fantasías es puramente mental.

Excitar es impulsar y despertar, y las fantasías tienen el valor de impulsar y dirigir. No son buenas ni malas son, fantasías. Otro problema es querer llevarla a cabo o no. Si lo pensamos volvemos a encontrar diferentes circunstancias: Que quieras realizarla y lo consigas, o que no lo consigas, y quizá puedes frustrarte, que no la quieras realizar y que suceda sin esperarlo o que no la quieras realizar, sólo pensarla.

Siempre hay alternativas, y lo importante es que seas consciente de que existen. Y hay quien no consigue realizar una fantasía y se martiriza, no se excitará. Aquí aparecen de nuevo algunos problemas psicosexuales: cuando sólo nos excitamos o sólo tenemos fantasías. En ocasiones la causa del problema no es la fantasía, como no lo era durante la masturbación, sino el uso que se hace de ella.

Si sólo te excitas con fantasías y no deseas relacionarte con nadie, bueno. Pero peor si lo deseas y la única manera de excitarte es con las fantasía, y evitas tener contacto con otros porque temes no excitarte,¿no será que hay alguna experiencia que estás evitando?

Sabes ¿que hay fantasías que se mantienen en el tiempo por temor a no mantener relaciones estables con otras personas? Entonces se convierten en dependencias. Estas fantasías te mantienen con efectos adictivos como las algunas drogas o el alcohol.

El morbo es una derivación de las fantasías, hoy día se utiliza mucho y le damos muchos significados. En su origen morbosidad era sinónimo de enfermedad pero en el uso sexual de la palabra se refiere a algo prohibido, que se puede hacer y que al realizarlo te excita. Es casi sinónimo de transgresión. Y efectivamente para algunas personas hay una parte de las relaciones que tiene que ver con la excitación que produce el hecho de saltarse las normas y los límites socialmente establecidos.

Sugiero que una parte del mobo que tiene que ver con la excitación en el hecho de transgredir, de romper los límites establecidos con lo que el morbo va de la mano de la represión. Lo que no significa que personas que quieren experimentar su sexualidad no puedan usar este tipo de excitación.

  • Hay ejemplos que nos cuentan personas y que les dan morbo...
  • Que un jefe haga sexo con los empleados lo que rompe la jerarquía
  • Que uno de los padres haga sexo con un hijo, lo que es un incesto
  • Que una monja haga sexo con un saberdote, lo que rompe el celibato
  • Hacer sexo en trío o en grupo, lo que rompe la estructura de la pareja tradicional
  • Hacer sexo en público, lo que rompe la idea de que el sexo es una práctica privada


Vemos, que hemos hecho de lo prohibido un lenguaje, una película mental, un negocio enorme... Con esto lo que podemos pensar es que el tipo de sexualidad que practicamos es una consecuencia directa de la educación recibida, la cultura en la que vivimos y de cómo se han distribuido sexualmente los roles.

Y no sólo dan morbo las trangresiones, también pueden darlo las caras de otras personas, sus miradas, sus gestos, las posturas. Lo que está claro es que el morbo está ahí. Claro, digo esto para explicar que no hay nada malo en percibir que el morbo está presente en nuestras manifestaciones sexuales, pero lo importante es que seamos conscientes de si lo elegimos o por el contrario no lo podemos evitar y entonces somo esclavos de ese morbo.

Fuente: Ana de Calle (elsexoesvida.com)

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