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Zapatero Rappel

Zapatero Rappel

miércoles 01 de abril de 2009, 13:43h
   Me cuesta creer que en Moncloa, en el Gobierno, en el grupo parlamentario o en Ferraz no haya nadie que le diga a Zapatero, no ya que deje de mentir a los españoles y de crear más frustración, sino que por favor deje de hacer predicciones. El presidente será un optimista antropológico pero tiene acreditado un larguísimo curriculum de desaciertos en materia económica realmente espectacular.

   Además, no le basta con errar en el Parlamento, en foros nacionales o internacionales, en las televisiones o en las radios. No. Ahora, hace adivinaciones hasta por vídeo. Antes de salir para la Cumbre del G-20 nos dejó uno dedicado en el que nada menos se atreve a decir poco menos que tras esa reunión todo va a cambiar que en nuestras vidas; que se acabará la recesión y que se abrirá un futuro más seguro para todos. ¡Hay que echarle! Ya puestos a hacer vídeos podrían ponerse de acuerdo al menos entre los que hablan por el Gobierno o para el Gobierno, porque minutos después de esas predicciones categóricas salía el Gobernador del Banco de España a poner algunas cosas en su justo término. Decía Fernández Ordóñez que o se hacen las reformas necesarias en la economía española y se va a un nuevo modelo productivo o las cosas se podrán más duras y costará más enderezarlas.

   Es verdad que ahora les ha dado a los del Banco de España por la verborrea. Es verdad que sabiendo desde 2006 cómo iban a transcurrir los acontecimientos y por tanto también antes de las elecciones generales últimas se callaron para "no interferir en los comicios", pero aunque tarde y mal, y ante la gravedad de la situación y la inacción del Gobierno, sobre todo de su presidente, instalado en un optimismo que no conduce nada más que a la desconfianza, ahora hablan y dan consejos.

   Zapatero se equivoca si cree que sus intervenciones tranquilizan. Vende y ya lo sabe todo el mundo una mercancía averiada y cuanto más insista en dar fechas y en echar la culpa a quien pase por allí en cada momento, sólo consigue que entre los ciudadanos aumente la desconfianza, uno de los factores de riesgo de esta crisis económica y financiera. Ya veremos qué sale de la Cumbre de los poderosos, pero la impresión es que a parte de la foto de familia y alguna cosilla que habrá que estudiar, saldrá poco más. Desde luego no un nuevo orden mundial, ni la purga de benito que nos quitará de encima los problemas como por arte de magia. Las diferencias sobre cómo abordar los problemas son muchas entre sus miembros y esperar, lo que se dice esperar, se espera bastante poco y menos si cada uno no va a haciendo deberes que no dependen de otros sino de nosotros mismos.
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