Los impuestos

Se me ocurre un chiste de mal gusto, pero como estudié en un colegio de pago no lo voy contar, aunque emplearé una metáfora para que los más sensibles no se mosqueen.

    “Hágamelo despacito, con cuidado y sin hacerme daño, señor Zapatero, por favor”.

    Los que somos solidarios, como yo, estamos decididos a aponicar lo que haga falta para que los que más lo necesiten tengan una ayuda para llegar a fin de mes a duras penas, pero me gustaría que los que van a cobrar el paro supieran que una parte de lo que van a cobrar, aunque sea pequeña, se lo vamos a pagar entre todos y también Zapatero como uno más entre los paganos.

Sería más fácil y más barato contratar a los hermanos Coen para que hicieran una versión no violenta de su película “Nos es país para viejos” en la que en vez de matarlos se le diera una subvención, de parte de Zapatero.
No sé cómo explicar que ZP no sólo no tiene razón sino que además duerme por la noche sin sobresaltos, porque se la suda que no le creamos, pero ya nos ha anunciado que lo peor ya ha pasado –aunque él sigue ahí -  y que los demás nos sacarán de la crisis. Los demás son la Merkel y a Obama  a los que nuestro Presidente solo les sonríe, porque no habla idiomas.
No me imagino jodidos ni a Botín, ni a Francisco Hernando, ni a FG, ni Amancio Ortega, ni un amigo mi que va de incógnito, pero los demás vamos de culo.

    Yo ya he dejado de fumar, de beber güisquis, y de ir de ligue, porque he decidido invertir en temas solidarios lo que antes dedicaba a vicios variados.
Menos mal que mis hijos – los reconocidos – no van de góticos, porque me costaría una pasta conseguir que no se difundieran sus fotos, aunque como trabajan y no cobran el paro podrían pagarse, sin cargo a los presupuestos, este capricho de protección a su intimidad.