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¿Estamos locos o qué?

La columna de Gema Lendoiro: 'Toros, ni es mi fiesta ni es nacional'

La columna de Gema Lendoiro: "Toros, ni es mi fiesta ni es nacional"

jueves 17 de diciembre de 2009, 13:44h
Llevo tiempo resistiéndome. Lo reconozco. Y eso que me suelo caracterizar por mi forma impulsiva. Pero hay temas, cuando quieres pronunciarte sobre ellos, que te paralizan de alguna manera por la polémica que sabes, de antemano, que vas a generar. Me estoy refiriendo a los toros, a la llamada Fiesta Nacional.

Yo no soy experta en nada, ni siquiera en mí misma. Pero soy atrevida y tengo opiniones, incluso a veces las defiendo con vehemencia. Incluso en ocasiones después, me arrepiento. Pero este tema lo tengo muy claro. Estoy totalmente en contra de esta barbarie. Y lo estoy por muchas razones pero sobre todo por una muy clara: porque al final hay un ser vivo, el toro, que sufre y después, muere. Y además lo hace lentamente mientras los espectadores disfrutan de ese sufrimiento.

Este periódico en el que publico es taurino (tenemos una sección dedicada a ello) pero también es verdad que la política del jefe, Fernando Jáuregui, es que cada uno es libre de opinar como quiera. Y por eso lo estoy haciendo.

Para empezar no me gusta que se llame fiesta nacional. Yo no me siento identificada con ella pero sí me siento española (y sin connotaciones nacionalistas raras). Simplemente en mi DNI y mi pasaporte pone que soy eso, española. Punto, no tengo más debate que explicar. Estaría más de acuerdo en la que la fiesta nacional fuese por ejemplo, la siesta, las cañas o ir de vinos, algo que creo que hacemos mayoritariamente todos los españoles.

Cuando la gente defiende la “fiesta nacional” ésta dice que si no existiera, el toro de lidia desaparecería. Bueno, pues que lo haga, también desaparecieron los dinosaurios y el planeta sigue adelante. Si desaparece todo este tinglado, muchos empleos se destruirían. Eso es cierto, pero no todo es justificable por una cuestión económica. Más dinero mueve el tráfico de armas y de drogas y no por ello lo vamos a legalizar. No soy una persona ecologista convencida, no crean que voy del rollo Greenpeace y esas cosas. En absoluto. Simplemente no entiendo ni entenderé ninguna justificación para hacer sufrir a un animal como es el toro única y exclusivamente para deleite de unos cuantos, que además, son minoría.

En cuanto a la libertad, ¿pues qué quieren que les diga? Yo recurro a la tan manida frase de mi libertad acaba dónde empieza la tuya y en eso incluyo a los animales. ¿Por qué para divertirnos hemos de matarlos? Porque está claro que matamos otros animales, pero para alimentarnos y porque eso forma parte de lo que todos conocemos como cadena alimenticia. ¿Pero los toros? ¿Cuántos de ustedes comen rabo de todo, ya no digo a diario, pero una vez por semana?

Tampoco me sirve la explicación de que sea un arte, que no dudo que lo sea, pero el fin no justifica los medios. Y puestos a hablar de artistas creo que artistas son aquellos que con el subsidio de 420 euros son capaces de pagar el alquiler, comer y vestirse.

Sé que esto es polémico. Sé que mucha de la gente que me lee no está de acuerdo conmigo y me pondrá verde. Lo asumo, forma parte de publicar, pero no quería cerrar este año sin hablar de este tema y aprovecho la polémica que ha saltado estos días en Cataluña para sacar el tema a colación.

Y ahora, comenten ustedes. Me gustará encontrar opiniones contrarias (y alguna favorable, para qué engañarnos) No sean duros
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