Lo urgente y lo Importante: 23 de diciembtre, fum, fum fum

Suele ser habitual planificar el trabajo en función de objetivos. Sin embargo, al convertir los proyectos en tareas diarias, lo urgente se sobrepone a lo importante.

               Felipe II diseñó la actual administración pública para poder derivar lo urgente mientras él se encargaba de lo importante.  Sus funcionarios, con 10 años de estudios en leyes y un examen ante el Consejo de Castilla, eran expertos en los temas del momento. Se encargaban de las merindades, el comercio lanar con Europa, las relaciones con Indias y con Sevilla, los negocios con Amberes, los tercios de Flandes o las negociaciones con Portugal, Navarra y Aragón, reacias a asumir sus costes de defensa territorial. Entre tanto, el monarca reflexionaba sobre la estrategia militar, las relaciones con el papado o la neutralización de los corsarios británicos. Y aún así, la cagó unas cuantas veces.

               Ahora, embarcados en una crisis económica ciclópea, los gobiernos se ven superados por las circunstancias y no pueden definir el cómo, el cuándo y el con qué. Hace unos días España optó por una mayoría sólida del Partido Popular. No tenemos claro qué va a hacer Mariano Rajoy -bien se cuida él de que no nos enteremos- pero tampoco sería justo decir que no lo imaginamos: el margen de maniobra es corto y no tiene muchas aristas.

               CiU, avalada por los votos, salió en tromba anunciando recortar sueldos de funcionarios, incrementar algunas tasas y cobrar un "ticket moderador" en sanidad. Y si no anunció una subida del IVA fue por carecer de competencias y por dejar algo para don Mariano.

               Artur Mas sabe que está abriendo camino a lo que va a hacer el presidente Rajoy. Por supuesto, hay duelos y quebrantos en los sindicatos y partidos de izquierdas pero la sangre no ha llegado al río. Todavía.

               Son necesarios ajustes y recortes, venimos diciéndolo desde hace tiempo: hay un boquete financiero mundial que asumir. Esto es lo urgente. Habrá recetas más agresivas y hasta palabras más dulces -"ticket moderador" es un hallazgo-, pero hay que ponerse a ello como ya se puso el presidente Rodríguez Zapatero el Inmolado hace 20 meses. Habrá que crear un bad bank privado que absorba la hez inmobiliaria y el suelo con valor cero; habrá que enfrentarse a los consejos de administración de Bankia, BBVA, BSCH, Caixabank, el engendro gallego y otra docena larga de intermediarios financieros y decirles que se van a tener que chupar ellos y sus accionistas toda la pérdida contable. Y sí, podrán amortizar las depreciaciones en cinco años, pero no más.

               Y habrá que ponerle patas a la palabrería e incentivar la creación de empleo: no basta ahorrar, es necesario generar recursos nuevos: todos lo sabemos, si solo cortamos los costes sin expandir los recursos entraremos en una espiral recesiva que puede acabar en estanflación. No bastará con apretar un par de ojetes más el ya ajustado cinturón de la peña ni con darle a CEOE todo lo que pide.              

               ¿Y lo importante? Hay que trabajar en paralelo tres líneas: el sistema educativo, la administración pública y el tejido empresarial. Creer que bastará con quitar EpC y poner galones a los profesores, bajar el sueldo de los funcionarios y subir la tasa del combustible o cumplir el "plan de gobierno" con una chuche de 3.000 euros en exección fiscal para los autónomos que contraten a su cónyuge es ser muy ingenuo.

               Es necesario un sistema educativo que prepare a nuestros hijos adecuadamente y eso no se hace pasando los libros de mates que antes se enseñaban a los 11 años a los 13 ni por abrir universidades -particularidades más bien- en cada pedanía y pueblucho del mapa.

               Vamos a necesitar fomentar las fusiones ayuntamientos y rescatar la sabia filosofía de Felipe II hasta devolver a los funcionarios su dignidad profesional en la administración pública por encima de cualquier contingencia ideológica.

               Y, claro, vamos a tener que desarrollar un tejido de Grymes o de Megras, medianas y grandes empresas que generen riqueza real y trabajo duradero de verdad.  En fin, presidente Rajoy, que vamos a tener que preocuparnos de lo urgente, sí, pero también de lo importante. Ah y ya, amigo mío, ya. Nadie nos va a dar tregua hasta después de Reyes porque la bobada esa del 23 de diciembre, fum, fum, fum es solo eso: humo.