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Pura basura

Pura basura

viernes 30 de diciembre de 2011, 09:33h
Bahman Ghobadi en su película 'Las tortugas también vuelan', revirtió el título de una fábula persa cuya moraleja ignoró: de cómo se estrella el reptil que quiso irse de su inhóspito hábitat a un prado, volando con ayuda de dos patos y un palo. Sólo tenía que sujetarse a él con la boca cerrada, pero la abrió y se cayó. Las tortugas no vuelan y los pueblos atrapados en un medio hostil deben buscar fórmulas viables para sobrevivir en su realidad.

Xabier Mikel Errekondo es el diputado de Amaiur que el jueves 15 estuvo en La Zarzuela con el rey. Fue jugador de balonmano pero también alcalde de Usurbil y autor de ese invento que es la recogida de basuras de puerta a puerta que lógicamente le enfrentó a la Diputación de Gipuzkoa entonces regida por Markel Olano. La idea luminosa consiste en una recogida individualizada en el que cada día se retira un tipo distinto de residuos (orgánico, vidrio, papel...) cuyo objetivo es fomentar el reciclaje. La idea se basa en que la incineración es mala y que las dioxinas y furanos que se lanzan al aire, produce cáncer y mata a la gente.

Esta gran milonga ya fue expuesta por la Izquierda Abertzale cuando el proyecto que puso en marcha el PNV tenía dos patas: Zabalgarbi, y Zergarbi. Para Bizkaia y para Gipuzkoa. El proyecto de Bizkaia se hizo gracias al coraje del Diputado General Josu Bergara y de la diputada de Medio Ambiente María Esther Solabarrieta que se enfrentaron a HB, a todos los grupos ecologistas, al miedo que estaban sembrando en la población, a las amenazas indirectas de ETA, a la falta de apoyo por parte de otros partidos, es decir, lo sacaron adelante contra viento y marea y contra mucha basura y manifestaciones. Llevaron con Javier García Egotxeaga a parlamentarios a Londres y a lugares donde funcionaban incineradoras parecidas a las que se pretendía montar, hicieron acopio de paciencia, tragaron saliva cuando casi todos los emplazamientos eran desechados y al final lo sacaron adelante. No fue así lo que hizo la Diputación de Gipuzkoa y por aquella indebida decisión seguimos hoy hablando de ésta asignatura pendiente que Amaiur trata de endosarla a inventos como los de Usurbil, al reciclaje y a rendir pleitesía a todos los tópicos, desinformaciones y falsedades que rodean la incineración. De hecho nada de lo que anunciaba el catedrático y ahora diputado Iñaki Antiguedad con Zabalgarbi se ha cumplido.

Un informe del Hospital de Cruces al respecto indica que no se han detectado ni dioxinas, ni furanos ni nada tóxico en ningún pulmón de los que acuden al macro hospital de la Margen Izquierda. La mentira, que tiene patas cortas, no ha llegado muy lejos.

Destaco el hecho que no es menor. Hoy en Bizkaia pocos saben donde se incineran sus basuras y éste debate no existe en la sociedad. ¿Por qué?. Pues porque hubo en el pasado gentes con las ideas claras que se enfrentaron a los problemas y a la demagogia y los resolvieron y por ello hoy nadie se acuerda de su valentía, ni del problema que en su día tuvo nuestro territorio. "Como miente, la Diputada de Medio Ambiente". "Incineración de la porquería, un muerto cada día". Pues bien, de eso nada. Pero nunca se ha reconocido lo duro que fue aquello ni lo que supuso plantar cara a tanta patraña.

Hoy Zabalgarbi en Artigas, gracias a aquel coraje, no solo ha resuelto el problema de las basuras de Bizkaia sino que cogenera energía y, sin embargo, en Gipuzkoa no saben qué hacer con ella y han de buscar lugares alternativos para que den cuenta de los residuos que producen pues están atrapados en un discurso absurdo y estéril que les lleva a buscar lugares insólitos como Igorre o Iparralde.

La Diputación Foral de Gipuzkoa ha confirmado que estu­dia la posibilidad de exportar una parte de los residuos orgánicos que se generan en el territorio a una planta de compostaje de la localidad de Itsasu, en Iparralde, ante "la situación de colapso" que vive la de Lapatx, ubicada en Azpeitia. Puro escapismo.

Así lo comunicó el diputado foral de Medio Ambiente, Juan Carlos Alduntzin, quien presentó, junto a la directora de su departamento, Ainhoa Iraola, las actividades orga­nizadas con motivo de la celebración estos días de la Semana Europea de la Prevención de Residuos. En la actualidad, la institución ya deriva 25.000 toneladas de residuos anuales al vertedero de Igorre.

El acuerdo fue suscrito en 2008 y ha permitido depositar ya más de 75.000 toneladas de desechos gipuzkoanos en Igorre ante la saturación de sus vertederos. El convenio expira en mayo, aunque existe una cláusula que permite una prórroga por tres años si la incineradora de Zubieta no estuviera concluida antes de la primavera de 2012 "por una causa justificada". La decisión de seguir permitiendo la entrada de camiones del territorio vecino por más años debería ser, en todo caso, refrendada por las Juntas Generales.

Esto debería servir para desenmascarar el discurso de un seudo ecologismo que prefirió en su día callar ante el asesinato de Inaxio Uria como consecuencia de la construcción de la Y vasca, que al parecer rompía el equilibrio del medio ambiente. Ocurrió lo mismo con la autovía por el valle de Leizaran (la protección del valle era lo que menos importaba a HB) y ahora con las basuras de Gipuzkoa pasa lo mismo. El puerta a puerta y sus supuestas alternativas no son más que excusas infantiles para seguir queriendo implantar la dictadura de las basuras en Gipuzkoa, supuestamente protegiendo al medio ambiente, y no son más que variaciones y derivaciones de la misma forma de pensar e imponer.
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