En el último mes y medio la Policía española ha detenido, en varias ciudades, a doce delincuentes, fugitivos internacionales, que se escondían en nuestro país. Componen esta cuerda de malhechores con identidades falsas, reclamados por las autoridades de diversos países europeos y americanos, seis asesinos, dos homicidas, dos agresores sexuales, un secuestrador y el autor de un terrible acto de violencia física, localizados y detenidos todos ellos por la Policía española en Madrid, Barcelona, Alicante, Málaga, Orense, Gijón y Fuerteventura.
España siempre tuvo fama, y además merecida, de país acogedor en el que para un extranjero era fácil integrarse y asumir, a su manera, nuestras costumbres. Pero también era vox populi que en España era relativamente fácil pasar inadvertido y burlar la Justicia de los países de origen, por lo que fue elegida como escondite y como destino-tapadera por nazis que huían de la persecución internacional, por traficantes de armas o de drogas, por ladrones de guante blanco que procedían del entorno de la antigua Unión Soviética, y por sanguinarios cómplices de las dictaduras de Latinoamérica o de las teocracias de Oriente Medio.
Estas circunstancias habían pervertido la imagen de España, y la presentaban como un paraíso de la impunidad y como el lugar perfecto desde el que los "capos" seguían moviendo los hilos y daban órdenes a sus esclavos que pululaban por todo el planeta.
Afortunadamente, la Policía española, día a día y golpe a golpe, está haciendo que esa imagen perversa salte por los aires, y numerosos delincuentes internacionales han sido extraditados y puestos en manos de la Justicia de sus países... Los últimos, como les decimos, esos doce fugitivos -asesinos, homicidas, agresores sexuales, secuestradores- a quienes, en el último mes y medio, y gracias a nuestra Policía, se les acabó el "chollo" español.
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