Las encuestas más fiables dan un empate ajustado, aunque con Chávez de ganador. Sin embargo, el análisis contrastado de algunos datos sociológicos de las propias encuestas parecen indicar que puede haber un porcentaje de voto oculto a favor de Capriles cuya magnitud no se desvelará hasta el domingo. También será muy interesante el análisis del voto exterior que, en Colombia al menos, se espera que sea masivo. La embajada venezolana en Bogotá ha preparado un dispositivo por todo el país, especialmente en las zonas fronterizas.
Los dos escenarios posibles, gana Chávez o gana Capriles -en Venezuela no hay segunda vuelta en ballotage- prometen traer cambios grandes para el país. Así, de ganar Capriles, Venezuela se abrirá al mundo occidental y la política internacional cambiará grandemente en comparación con la desarrollada por Chávez. Entre otras cosas, se producirá un acercamiento y normalización de las relaciones con EEUU y Europa y se "enfriarán" los lazos estrechos con el Irán de Ahmadineyad.
Al mismo tiempo, Capriles apostaría por reforzar las alianzas locales. Una de ellas de suma importancia es la relación con Colombia, históricamente buena pero con muchos altibajos y roces. Por otra parte, habrá que ver hacia dónde evolucionan algunos de los compromisos de Chávez con la Bolivia de Evo Morales o las dádivas a la Nicaragua de Ortega. Capriles, además, deberá trabajar sobre dos ejes de importancia, la seguridad y la restructuración empresarial.
Hoy por hoy, Caracas se ha convertido en una de las ciudades más inseguras y peligrosas del subcontinente y el raponeo, el robo con intimidación, el secuestro y hasta el asesinato son pan diario. Por otra parte, el tejido empresarial venezolano debe ser remozado y renovado y es necesaria una política a medio y largo plazo que apueste por las medianas empresas y por la industria nacional frente a las importaciones principalmente de Estados Unidos.
Si Chávez revalidara su mayoría, el gran debate será si está enfermo o no. Según varios oncólogos consultados, "si Chávez llegó a estar enfermo de cáncer en los tejidos blandos, es difícil que esté completamente curado". El nuevo mandato de Chávez, el último en cualquier caso, tendrá una carga adicional intensa: buscar y definir un sucesor adecuado ya que, según establecen las leyes venezolanas, en caso de muerte del presidente deberá convocarse nuevas elecciones presidenciales inmediatamente.
El chavismo sin Chávez no resistirá mucho, pero necesitará una cabeza visible capaz de retomar el país y el testigo chavista y capaz de canalizar y rentabilizar todo el carisma innegable del presidente Chávez. De ser así, de ganar Chávez, el gran sacrificio será conseguir mantener a la oposición unida detrás de Capriles y apuntalándolo a la espera del deceso presidencial. De conseguirlo, de poder mantener intacto el impulso de hace unos meses cuando toda la oposición venezolana, tradicionalmente fragmentada, se unió frente a Chávez y tras Capriles, alcanzarán el gobierno a la segunda.
Por último, destacar que los bulos que corren acerca de la transparencia de las elecciones venezolanas son solo eso, bulos. El sistema es transparente, vigilado, con la participación de todos los contendores a lo largo del proceso y controlado electrónicamente en todas sus fases. Los datos están a disposición de los observadores internacionales y de la oposición. No parece razonable pensar en un pucherazo sin más pruebas que los rumores interesados.
En fin, lo que sea será... el domingo.
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