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La columna de Gema Lendoiro: ¿Quién le pide cuentas al Rey?

lunes 03 de diciembre de 2012, 11:57h

Es bastante probable que si a cualquier presidente del gobierno (o mandatario) le pillasen de cachondeo en el extranjero cuando en su país pasa algo, se le cayese el pelo Al menos mediáticamente hablando si hablamos de España porque aquí, ya se sabe, nadie dimite. Y sino que se lo pregunten a Ana Botella que estaba dándose masajes cuando lo del Madrid Arena. Si además ese dirigente vive como un pachá cuando en su país se está pasando mal, es más que probable que las críticas serían feroces. Ya ni te cuento si un familiar directo está imputado en delitos económicos penados con cárcel. Y, como colofón, pongan que no fue elegido democráticamente en ninguna urna sino que fue desigando por un anterior jefe de estado. Suena a cachondeo pero no lo es. El Jefe del Estado español, SM don Juan Carlos de Borbón es esto que acabo de narrar. Y SM entra o sale del hospital y los periodistas allí apostados le preguntan bondades y el dedican hasta piropos tipo: "Qué guapo está" Manda huevos.

Esto se llama en mi pueblo y en la Conchinchina, hacer la pelota. Y además babeando. Aunque ya es posible hablar abiertamente de lo que uno piensa (afortunadamente) en esta España nuestra al Rey se le permite y perdona TOOO-DOOO. ¿Por qué? ah pues no se sabe. Igual hasta Jaime Peñafiel va y tiene razón y somos unos cortesanos. He visto a más de uno derretirse en una cola por hablar con el Rey y hacerse fotos con él. Y a más de una revolucionaria hacerle la reverencia a los "preparaos" que es así como el pueblo llano llama a los herederos a la Corona. ¿por qué? pues tampoco se sabe.

Entono el "mea culpa" como periodista que soy. Nos hemos pasado de halagos, nos hemos pasado de baboseo y ahora no hay forma de dar marcha atrás. ¿Dónde están los periodistas aguerridos que deberían hacer preguntas que de verdad nos importan? Porque lo que he visto a la entrada de SM al "taller" y a su salida, no es más que actitudes propias de las señoronas que tomaban el te en El Pardo con la collares que, podían haber fusilado dos horas antes a alguien pero para ellas todo estaba genial y fantástico, "gracias a Dios"

Si es que en el fondo no hemos cambiado tanto. Nos hicimos "ricos" como el Bardem de Huevos de oro construyendo casitas pero la riqueza intelectual, la que nos tiene que dar un poco de sentido común, ésa sigue anclada ahí, en esa España que creíamos olvidada.

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