Una de las preocupaciones principales de los Gobiernos occidentales es la violencia de género. En España, según Amnistía Internacional, las muertes por esta causa siguen superando la media europea, y aunque se destinam miles de millones de euros para luchar contra esta tragedia, el párroco italiano Piero Corsi ha dado con la respuesta definitiva al problema: que las mujeres dejen de "provocar". Así mismo, para el padre Corsi el problema de la violencia machista se debe a que las mujeres "cada vez más, provocan, se vuelven arrogantes y se creen autosuficientes y acaban por exasperar las tensiones". O sea, ¿llevar una minifalda puede ser el origen de una violación? o ¿un escote pronunciado el de una paliza?
Para colmo, la prensa italiana de la localidad de La Spezia (a donde pertenece la parroquia de Corsi) había publicado una supuesta carta en la que el párroco pedía perdón por sus palabras y anunciaba que colgaría los hábitos, pero Corsi lo ha negado rotúndamente.
"¡Cuántas veces vemos a muchachas y señoras maduras caminar por la calle con vestidos provocadores y ceñidos!,¡Cuántas traiciones se consuman en los lugares de trabajo, en los gimnasios y los cines! Podrían evitarse, ya que desatan los peores instintos y después se llega a la violencia o al abuso sexual", las palabras de Corsi no tienen desperdicio. A ver si alguien le presta alguna estadística para que vea que la violencia de género no se inventó a la vez que el tanga.
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