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A leer en verano

'Lágrimas de cocodrilo': ¡Vacaciones!

'Lágrimas de cocodrilo': ¡Vacaciones!

viernes 19 de julio de 2013, 18:13h
Este calor pide a voces vacaciones. Pero leer, leer libros -a lo mejor de otra manera, sin tomar notas- es parte integrante de esos momentos, tirados a la sombra. Y sin más obligaciones que las imprescindibles, O sea, vacaciones.

Hay que cargar pilas. El curso ha sido duro para el mundo cultural, y la insistencia en las malas noticias está dejando al personal un poco seco. Es hora de parar un tiempo y prepararse para esa "política de la buena vida" que empezará enseguida en www.ociocritico.com, en  esta casa digital que es la suya. Y más, si al final hay hasta brotes verdosos...

Lo celebramos el martes pasado en Torres Blancas, con un fiestón maravilloso, con todo el skyline de Madrid a nuestro alrededor, allá abajo, y un poniente de película, como son los ponientes en Madrid, Y una medialuna creciente, maravillosa. Y una gente estupenda, del mundo de la empresa, la política, el periodismo y las artes, que ya lo sabrán ustedes por las crónicas.... Una bonita noche para un hermoso proyecto. Este de Ociocrítico, en el que una espera seguir a partir de septiembre, con estas ambiguas "Lágrimas de cocodrilo". Que llorar, llora, pero morder, también muerde. Que no todo es triste de llorar. Por ejemplo, nos caen amargas de los ojos cuando sabemos que, por el mal de la crisis, una escritora como Lucía Etxebarría, con mucho y controvertido prestigio, se apunta a un reality fascistoide (¡¡¡prohibido fumar!!!! Y ya no he visto más), por el tema dinero; y más amargas aún cuando nuestros jóvenes, nuestros hijos y hermanos menores, que están en esto cultural, se buscan la vida afuera. Pero nos alegramos tanto cuando funciona: por ejemplo, el poeta -caudaloso y estimable y barroco y sevillano- Manuel Pérez-Petit , se largó a México hace ya tres años. Y allí hizo lo que sabía hacer: escribir, y editar. Publicó tres libros propios en sellos ajenos -el último, Sin tierra soy, con Tintanueva Ediciones- y montó su propia casa. Bueno, pues su editorial, Sediento, refundada en México en 2011, lleva ya más de medio centenar de títulos en todos los géneros, del ensayo y el guión cinematográfico, a la novela, el relato y la poesía. Que es su niña mimada, y que este mismo mes publicará la edición mexicana de Naipes marcados, de Marcos-Ricardo Barnatán. Porque Pérez-Petit quiere hacer lo que hicieron sus antecedentes del exilio, aunque ahora lo sean de la emigración: tender esos puentes que tanto cuesta tender, hasta cuando las editoriales -grandes- tienen delegaciones allá, en México, en Argentina, en Colombia: el puente del mutuo conocimiento entre las dos orillas de la mar Océana, que comparten, aunque no lo parezca, una misma lengua: el castellano.

Y no es el único. Déjenme que considere español de excepción a mi amigo, el enorme poeta sueco Lasse Söderberg, porque es quien más ha hecho por el entendimiento cultural entre Suecia y España, entre Suecia y América Latina. Traductor al sueco de Borges, de Octavio Paz y de Vicente Aleixandre -entre otros muchos, muchísimos poetas elegidos siempre con gusto-; introductor de artistas plásticos como Antonio Saura, en fin. Agitador cultural y embajador in pectore, acaba de publicar, también en México, y por la editorial La otra, una antología, Lo inconstante, traducida por él mismo y la muy estimable poeta colombiana Angela García, que ha hecho la selección y anotado los poemas. Leer a Lasse es un placer, es la poesía moderna, bebida de sus amigos surrealistas y pasada por toda la modernidad posterior. Leer a Lasse es un placerazo, como lo es compartir con él un buen vino, un paseo, una charla. Y para que vean que es absolutamente españolísimo, su hija, Alma Söderberg, es bailarina de flamenco y ballet español, y actuó recientemente, y con éxito, en el centro Conde Duque de Madrid.  

El verano es, seguramente, el mejor tiempo para la lírica. El descanso, que no exime de la lectura, muy al contrario -a ver qué coartada tienen los que dicen no leer por falta de tiempo!- nos deja alzar el vuelo, cruzar los mares, enriquecernos (espiritualmente, digo!) y dar suelta a la imaginación. Seguro que cuando volvamos en septiembre, con esas novedades que ya nos van anunciando los editores, calentitas en los escaparates, hay ideas nuevas, relaciones inéditas, adjetivos más acertados y afilados. De momento, los escaparates están llenos de lo reciente y de lo que se ha mantenido todo el año. Yo me remito a lo ya reseñado en las cincuenta lágrimas anteriores y.... buenas elecciones. Que leer es siempre una maravillosa opción. Para mí, una de las que más.

 

Ediciones anteriores de 'Lágrimas de cocodrilo'

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