Pregunta.- Fue usted alcaldesa de Guadalajara durante un año, entre
1991 y 1992 ¿Qué recuerda de aquella época?
Respuesta.- Fue un año, un mes y un día que
recuerdo como una condena. No tenía tiempo, ni yo ni los otros dos concejales
que estaban conmigo. Todo el tiempo estábamos dándole vueltas a cómo sacar las
cosas adelante.Recuerdo
tener que comprarle unos zapatos a mi hijo y no encontrar el momento.
Al mismo
tiempo fue una etapa ilusionada en la que echamos el resto para demostrar que
un grupo pequeño también podía gestionar una ciudad con eficiencia y honradez.
Cuando el PSOE me votó nos reunimos a ver qué hacíamos y tenía claro que por
dignidad había que tirar adelante. Una era la dignidad del cargo, otra la
dignidad personal, (yo no quería que se jugara conmigo) y la otra era la
dignidad de la ciudad que no se merecía un alcalde interino, aunque
evidentemente todos los políticos lo sean.
Valió la
pena. Fue un tiempo que volvería a vivir
porque se me abrieron otros horizontes.
P.- La primera y la única alcaldesa de Guadalajara...
R.- Durante un tiempo he pensado que si las
mujeres gobernasen más, la sociedad sería mejor. Pero después de ver algunos
ejemplos, y el más simbólico es Margaret Thatcher, y de alguna que otra persona
que tenemos cerca... no me parece que sea así.
Es cuestión
de sensibilidad, de ir a los cargos con desinterés general e interés social y
colectivo. Eso lo pueden dar igual los hombres y las mujeres. Lo que necesitan
las ciudades son buenos alcaldes. Lo justo sería que hubiera la mitad y por eso
todavía defiendo la cuestión de los cupos. Si hubiera más mujeres que hombres
también defendería el cupo masculino.
P.- Fue un periodo en el que comenzaba a gestarse el gran cambio
urbanístico de Guadalajara, con el que usted no llegaba a entenderse muy bien,
sobre todo en lo relativo a Aguas Vivas
R.- Me parecía entonces que Aguas Vivas había sido
más una forma de campaña electoral por parte de Javier Irízar, poniendo la cuestión
sobre el tapete como muy ilusionante para la gente porque parecía que todo el
mundo encontraría casas baratísimas. Me parecía que había sido una cosa apresurada y que
no se había consultado con el arquitecto que había diseñado el plan urbano
vigente entonces, con Pérez Blanco. Más bien se le había llevado la contraria.
No fue por
capricho ni por poner trabas pero nos pareció que había que darle un segundo
pensamiento para ver si valía o no la pena. Se nos acusó de frenazo pero no fue
un periodo de inactividad.
Sigo
convencida de que fue electoralismo y con una cierta connivencia probablemente
con ciertos poderes económicos de la construcción. También es cierto que el
UP-10, el prólogo de Aguas Vivas se aprobó por unanimidad en el pleno en el que
yo dimití. Hubo muchas cosas, durante ese tiempo, que aprobamos por unanimidad.
P.- ¿El mejor y el peor recuerdo?
R.- Me
gustó mucho restablecer las elecciones en los pueblos anexionados, era como una
fiesta. En vez de nombrarlo a dedo, se votaba. Eso ha permanecido.
A nivel
personal me gustó cuando hicimos hijos adoptivos a José Luis Sampedro y a Ramón
de Garciasol. Aquella tarde fue preciosa.
Como mal
recuerdo...Quizá la oposición cerril para conseguir no lo que hay sobre la mesa
sino lo que está debajo de las faldas de la camilla.
También el
momento de los heridos del encierro en Guadalajara. No dormimos en toda la noche
pensando que podía morir alguien. Lo primero fue desterrar el encierro nocturno
en el que la gente va cargada de alcohol y muy fuera de forma.
Además recuerdo cuando habíamos acordado un programa riguroso con el PSOE y de repente una persona se
descuelga del grupo político...Ver la oposición tan gratuita que se hacía al
final. O cuando
los trabajadores de Tragsa llevaron los autobuses municipales a la plaza Mayor
para protestar. Estaban encerrados en que se subieran los sueldos y en vez de
negociarlo con su empresa hicieron lo que ahora se llama 'escrache'. Fue
doloroso. Desde el otro lado, ahora, es bueno saber que cuando uno es
'escrachista' tiene tanta fuerza.
Pregunta.- ¿Alguna espinita por lo que no pudo hacer?
Respuesta.- Algo que mi hija me ha
recriminado. Casi todas las ciudades tienen bibliotecas al margen de las
públicas del Estado. No me dio tiempo. Debería haberse organizado una red
municipal de salas de lectura, quizá en los centros sociales...
Pregunta.- Ponga calificativo a sus 'homólogos' en el periodo
democrático del Ayuntamiento de Guadalajara. Sobre Javier Irízar...
Respuesta.- Un mal alcalde. Una persona que
guardaba más información de la que daba... Es que decir retorcido es muy fuerte
pero su forma de actuar era así.
Pregunta.- ¿José María Bris? Fue quien la sustituyó tras una moción de
censura apoyada en un concejal tránsfuga del PSOE...
Respuesta.- Bris me parece un hombre honesto.
Demasiado comprometido con necesidades de su partido a lo mejor pero, en
definitiva, un hombre que ha tratado de hacer su trabajo lo mejor posible. Le
tengo mucho respeto a Bris, mucho.
Pregunta.- ¿Jesús Alique?
Respuesta.- Bueno es un político más al uso. Le
he tratado menos que a los otros dos. Un típico político del PSOE.
Pregunta.- ¿En qué sentido?
Respuesta.- Jajajaja. Quizá demasiado acomodaticio.
Pregunta.- ¿Y el alcalde actual, Antonio Román?
Respuesta.- Un hombre equivocado. No sé si
consciente o inconscientemente, pero está haciendo cosas muy dañinas para la
ciudad. Por ejemplo, ceder la gestión del agua por 20 años.
Cuando veo a Antonio
me parece un hombre simpático y su condición de médico le da una cierta calidad
humana pero luego veo sus hechos y me decepciona y me parece sintomático que no sólo haga contratos que comprometen su gestión -que estaría en su derecho si la
gente le da sus votos- sino la de otras cuatro corporaciones posteriores que
pueden ser de cualquier otro signo ideológico, en definitiva compromete a los
ciudadanos. No se puede asignar una cosa tan fundamental para los ciudadanos
como es el agua por 20 años que son cinco legislaturas.
Lea también:
- "Se ha empezado a asomar la patita de la gestión privada para las bibliotecas"
- "No perdono a Cospedal. Ha cometido el principal pecado de un político, puede equivocarse pero ha de ser sincero"