www.diariocritico.com
Scotland

Scotland

Por Gabriel Elorriaga F.
x
elorriagafernandezhotmailcom/18/18/26
lunes 17 de febrero de 2014, 10:49h
            El Presidente de la Generalitat de Cataluña tuvo el atrevimiento de decir, jugando a paralelismos irreales, que: "la decisión de que tiene que ser Cataluña corresponde a los catalanes, igual que la decisión en Escocia es de los escoceses". Sabe que el próximo mes de Septiembre se celebrará un referéndum en Escocia para que allí opinen si se convierten en un escuálido reducto político o continúan dentro del Reino Unido, con todas las expectativas de que la campaña de aquellos nacionalistas escoceses sea un fracaso, previo a lo que Artur Mas pueda intentar con sus propios experimentos.
 
            Artur Mas desconoce o finge desconocer que Escocia fue un reino separado de Inglaterra desde tiempo inmemorial, cuyo Rey Robert Bruce consiguió derrotar y expulsar a los ingleses en 1314 y que, después, la dinastía católica de los Estuardo mantendría la independencia frente al protestantismo, hasta que Jacobo VI, al morir sin descendencia Isabel I de Inglaterra, reuniría a las Coronas de ambos reinos y parlamentos por el Acta de 1707. El Partido Nacional Escocés soñaría con volver al romántico y anacrónico aislamiento desde 1928, consiguiendo poco éxito electoral en su propio territorio, hasta lograr, en 1974 situar once diputados en la Cámara de los Comunes del Reino Unido. Los proyectos para establecer un simple sistema autonómico no consiguieron aprobación ni en 1979 ni en 1983 y, fracasado el Partido Nacionalista por insuficiencia de votos, tuvo que ser el Partido Laborista de la Gran Bretaña ?que es como si aquí hablásemos del PSOE- el que pudo llevar a la práctica un régimen de autonomía con una asamblea parlamentaria escocesa en 1997, con la previa condición de no poder votar modificaciones constitucionales ni emprender ninguna acción de carácter independentista. Es decir, que, con todos sus antecedentes históricos, Escocia llegaría a un cierto sistema autonómico más tarde que Cataluña.
 
            Cuando, en nuestros días el Gobierno británico decidió pactar un referéndum en Escocia para estudiar la expansión que pudieran tener las ideas independentistas, dejó establecido, sin dejar lugar a dudas, que quedaba excluida cualquier tentativa de las instituciones autonómicas escocesas de actuar con la presunción de dar pasos adelantados antes de conocer el resultado de la consulta como serían, por ejemplo, iniciar "estructuras de Estado". También se descartaba cualquier negociación o prenegociación antes de la celebración de la futura consulta. Pero, lo que es más importante, es que también se prohibía a las instituciones autonómicas de que goza Escocia en la actualidad utilizar sus medios públicos para preparar o favorecer el acceso o la transición a la independencia. Todas estas condiciones fueron aceptadas por los promotores de la consulta, reservándose para un futuro parlamento, elegido tras la consulta, el inicio de las tareas preparatorias a una presunta independencia.
 
            Como puede deducirse, estamos ante un estilo de conducta política completamente distinto al seguido por Artur Mas y su estrategia de hechos consumados. Este viene utilizando todos los poderes y medios de su Autonomía para actuar como "sujeto político y jurídico soberano", cuando no lo es, utilizando lo que llama "todos los marcos legales existentes", para ejercitar unilateralmente un "derecho a decidir" que no existe como recurso legalmente reconocido. Ha sido y es una manera de actuar que hace imposible la normalidad de ningún tipo de consulta al considerar "como una realidad actual y efectiva" lo que no es más que una propuesta partidista y excluyente. La creación de presuntas embajadas, secretarías de Hacienda, el incumplimiento de las sentencias del Poder Judicial y de las orientaciones educativas del Estado y el establecimiento de un Consejo de la Transición, explican por sí mismos que el Sr. Mas ha hecho todo lo posible para hacer imposible e intragable su delirio, basándose en la arrogante temeridad de que los mecanismos de defensa del orden constitucional no funcionan en España. Jamás, en el Reino Unido de Gran Bretaña se hubiese autorizado una consulta con este comportamiento y bajo estas condiciones. La insolidaridad anacrónica del nacionalismo escocés contrasta, a pesar de todo su reaccionarismo histórico, como un ejemplo de hasta dónde llega la insensatez de la insumisión de Artur Mas. Mas debería saber, si conserva algo de discernimiento, que con una previa resolución soberanista, como la promovida por él en 2013 en el Parlamento catalán, jamás se habría permitido una consulta en Escocia. La Cámara catalana o cualquier otra institución correcta en cualquier país del mundo no puede utilizar las competencias que el marco legal le ha facilitado y actuar por su cuenta contra el Estado que legitima su existencia.

Gabriel Elorriaga F.

Ex diputado y ex senador

Gabriel Elorriaga F. fue diputado y senador español por el Partido Popular. Fue director del gabinete de Manuel Fraga cuando éste era ministro de Información y Turismo. También participó en la fundación del partido Reforma Democrática. También ha escrito varios libros, tales como 'Así habló Don Quijote', 'Sed de Dios', 'Diktapenuria', 'La vocación política', 'Fraga y el eje de la transición' o 'Canalejas o el liberalismo social'.

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)

+
0 comentarios