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Quince inmigrantes

Quince inmigrantes

miércoles 05 de marzo de 2014, 08:04h
Éste es un país donde llevar razón es más importante que conocer la verdad. Unos porque han mezclado el debate de la inmigración con aquellos trágicamente ahogados en el Mediterráneo. Otros porque han querido confundir el respeto a la Guardia Civil con el cumplimiento de la legalidad.
 
Confundida la opinión pública nos preguntamos si es de recibo mantener un ministro en cuyo mandato se han producido quince muertos en un incidente en el que se cometieron tantas irregularidades.
 
Por fin el Grupo Parlamentario Socialista decide reprobar al ministro del Interior por unos hechos que bien hubiese valido al menos una comisión de investigación y un cese más temprano que tarde.
 
Desde mi punto de vista son cuatro los argumentos para el cese del ministro. Primero porque no es de recibo lanzar pelotas de goma y botes de humo a aquellos cuerpos que trataban de llegar a la playa del Tarajal. Y menos con el argumento de trazarles una línea imaginaria en un océano oscuro y peligroso.
 
En segundo lugar, el ministro del Interior tiene que ser cesado por haber permitido a su director general mentir de forma tan impune como grave. Por haber ocultado de forma dramática la verdad a todos y cada uno de los españoles.
 
En tercer lugar, por haber tardado en mostrar las imágenes del vídeo en el que se observan las irregularidades cometidas, cuestión que no deja en buen lugar a las autoridades españolas y por extensión a nuestro país.
 
En cuarto lugar porque, añado, no se pueden hacer deportaciones en caliente tal como se observa también en los vídeos que, aún con retraso, hemos conocido estos últimos días. Y no se pueden hacer porque atentan contra nuestras normas, el derecho internacional y los derechos humanos.
 
Por todos estos motivos el ministro del Interior debiera dejar de serlo. Al menos cuatro argumentos que deben dejarle fuera de un ministerio que ha vivido sus peores horas en mucho tiempo.
 
La muerte de quince inmigrantes bien merecía una comisión de investigación, una explicación, una respuesta. La imprudencia nos llevó a esta catástrofe y, más tarde, las mentiras les acercó a la indignidad como hombres públicos que no merecen serlo.  
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