www.diariocritico.com

La feria confirmó muchas cosas, pocas buenas

San Isidro 2014, el de un antes, un después y un adiós Madrid

San Isidro 2014, el de un antes, un después y un adiós Madrid

jueves 12 de junio de 2014, 08:56h
Anotemos año, 2014, y lugar, Plaza de Toros Las Ventas, porque a partir de ahora todo cambiará. Este ha sido el San Isidro de la confirmación de muchas, muchas cosas. Andan los estamentos taurinos intentando levantar "esto" a la desesperada, sin pensar en el efecto boomerang que ya ha llegado y les va a dar en plena frente.Cuánto ha dejado este San Isidro...Cuanto se ha llevado...
Toros, por algo hay que empezar. Mal van los ganaderos si siguen "haciendo" toros para los toreros. Cuando lleguen las ferias de Pamplona y Bilbao, podremos comprobar perfectamente que a Madrid ya no viene la cabeza de camada. Siguen blandeando los toros y mucho, y ofreciendo ese aspecto y visión contrarios a la tauromaquia: pobrecitos animalitos... La realidad de las historias de los corrales ha superado toda ficción. Después de lo de la Corrida de Beneficencia de 2013 vale todo, ¿verdad, matadores, ganaderos, veterinarios, empresa y presidentes?Toreros: cortos, muy cortos y sin improvisación; las mismas faenas de siempre. Toros iguales equivalen a toreros iguales. De las muchas suertes que hay en el toreo solo quedan dos o tres, las otras nadie sabe dónde andarán. Quizá hayamos visto echar las manos a la verónica un par de veces en la Feria (se ha solicitado a gritos cada tarde desde los tendidos, pero los toreros no han admitido peticiones); o no terminan el lance o suben las manos hacia arriba no se sabe porqué, quizá por esos percales descomunales, ahí están las fototecas para echar la vista atrás. 

De los cientos de posibles quites que cabrían en este específico tercio durante la Feria quizá se llegue al 4% de ejecución, y dentro de este porcentaje, triunfan con un 95% las chicuelinas; no hay muchos más lances, ¿verdad? Paso a la faena de muleta, el otro desmesurado trapo, y vamos a olvidarnos de aquello que se llamaba cargar la suerte, echar la pierna "palante", traerse al toro y rematarlo tras la cadera (esta se utiliza ahora para otras cosas) y vamos a centrarnos en lo rectilíneo con un toreo a base de voz."Estaba cansado de torear retorcido, me he dado cuenta de que puedo transmitir más a la gente haciendo lo mismo, pero colocándome más derecho, más de frente y más cruzado con los toros", dijo hace unos meses "un figura". Cuánta sonrisa hay aún... Ni se lo hemos visto a él ni a otros. De esto hay que olvidarse ya, es tontería. Solo veremos faenas de alcayata (podía haberme quedado callada cuando lo acuñé hace ya varios años... y que conste que ya se lo he escuchado a algún colega) y "tumbadas" muleta en mano. Todas las tardes hemos escuchado al mismo abonado: "pero ponte derecho", "así no". Un día tras otro. Del concepto de lidia ni hablar, todo es hacer su particular toreo a lo que tengan delante, se pueda o no. 

¿Toreo puro?

Mejor olvidarse..., eso del toreo puro en Madrid es de otra época, no creo que se vuelva a ver; bueno, sí, se cruzan siempre a final de faena, cuando el toro está medio muerto, qué curioso. Lo que ahora se ve en el ruedo lo saben hacer los muchos aficionados prácticos que ya se han aburrido de estar en los tendidos. Y han sido 27 festejos de toreo a pie, seis matadores, 162 suertes supremas a lo que llaman volapié (excepto Iván Fandiño) junto a un sobrante y horroroso grito apache, "el vuelavoz". ¿Cuántas recibiendo? ¿Todos eran toros "paraos"? Este año se han visto más muletas perdidas o soltadas en la cara del toro que buenos volapiés, y oh... gran ovación y el torero desplantándose con el trapo en el suelo.No hay competencia entre los espadas ni rivalidad, ni va con ellos. Nadie ansía ese número uno. Uno o dos matadores son los que han demostrado que "venían a Madrid", para el resto, un contrato más en la temporada. Un paseíllo más en el que alguno hasta iba "probando" las zapatillas y el estado del piso del albero como si fuera un futbolista.

Banderillas, 27 festejos por 18 pares por tarde, igual a 486, de los que optarán a premio diez o doce. Puyazos, de estos optarán tres o cuatro. Ay... los del caballo, uno que no fue capaz ni de mover al animal (en la corrida de Cuadri, un matador cogió de las bridas a un caballo y lo llevó hasta casi "la puerta"), otro discutiendo a grito pelado con los espectadores... Y los presidentes allá arriba... que esta ha sido otra, "el palco", qué gran despiste general. Sacan pañuelos cuando se ya se arrastra al toro, dan orejas sin mayoría de petición... Démoslo también por perdido, la seriedad, palabra por antonomasia en Las Ventas, ya se acabó. La palabra feria deja paso a la de verbena,  Verbena de San Isidro 2015, 31 tardes de abono. Mal la autoridad en general, muy mal. Y baste añadir, además, que llevamos ya dos o tres años de Puertas Grandes de auténtico asalto a los trajes de luces y al que lo lleva, qué espectáculo tan bochornoso. 

Ambiente y descontrol en el callejón

He ahí la nueva cultura y respeto taurinos.No hay respeto, no, pero vamos, ni entre los propios profesionales. Se mueven en el ruedo durante los quites, continuamente en el callejón. Que ahí sí que hay ambiente... y descontrol, y también un burladero para la autoridad, y muchos paseítos.El abonado, el aficionado, ha optado por el silencio; la masa berrea muy fuerte. Es una marabunta de comida y bebida, mucha bebida, por eso todo lo aplauden, quieren fiestas, salidas a hombros, algarabía. Pueden hasta con las diferentes tribus del 7, que algún bandazo vienen dando ya en función de intereses varios. A este sí se le pita, a este no... Aunque en algunos momentos siguen manteniendo un mínimo de cognitiva cordura, como el día de los victorinos, cuando respetaron a los toreros mientras caían almohadillas de la zona de ese ansiado nuevo "aficionado", tendidos 5 y 6. 

Bienvenido público de chanclas. Ahí le tenéis, toreros y empresas, en una victorinada aplaudiendo a rabiar en el arrastre a un marrajo porque se levantó dos veces con la espada dentro. Ahora los toros, bravos o mansos, encastados o descastados, ya no descubren solo a los toreros, sino también al público.Pero ellos a lo suyo, en su jolgorio, se levantan durante la lidia, piden una bebida, y lo peor es que se la llevan hasta su asiento. Tienen que celebrar banderazos de toreros que se desplantan antes la plebe, retadores, gritando, provocando la oreja que sabe pueden cortar de esa guisa. Y los del tendido se lo creen... todo, ebrios de tarde de toros, ebrios, sí.Los porteros permiten abandonar el tendido sin que haya caído el toro... Esto ya no tiene remedio. El aficionado ha abandonado, la puntilla ha sido la saturación psicológica de pensar en las 31 tardes, un mes viendo lo mismo. Que vaya a la plaza la masa, esa que solo la ha llenado cuatro o cinco tardes. 

No se han ganado nuevos aficionados, han perdido, año tras año, serios y buenos abonados. Los abonos ya no interesan, no son las piezas codiciadas de los años 90. ¿Para qué sacarlos si sobran entradas y las venden por ahí a mitad de precio? Y, de todas formas, al año que viene se repetirán los mismos carteles, esos de temporada tras temporada.El toro ya no pone a nadie en su sitio, ahora lo pone la masa donde le apetece. Ya no hay cátedra en Madrid, solo echa raíces la inconsciencia y la ignorancia y, por ello, el griterío.El 2014 queda como el San Isidro en el que pudimos comprobar que se han perdió los valores de la tauromaquia, el año en que ya no se vio torería. No hay rito ni mito, ni esencia ni pureza. Fin de la liturgia.Solo haría falta una palabra que lo engloba todo: seriedad. Pero...Aquí hubo un antes y un después. Ya estamos en el después y en un punto sin retorno Así que, adiós Madrid. 
-PINCHE AQUÍ PARA VER TODAS LAS INFORMACIONES Y CRÓNICAS DE LA FERIA

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)

+
0 comentarios