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El ¡oído cocina! de los políticos

El ¡oído cocina! de los políticos

martes 01 de julio de 2014, 20:03h
Siempre he dicho que las elecciones, cualquier elección, sirven para poco y si lo que se elige es algo lejano y distante, para mucho menos. De ahí que considere que las municipales son las que más nos afectan a los ciudadanos y que las elecciones europeas no son sino una especie de campo de pruebas, de experimento que utilizan los partidos para saber por dónde van los tiros. En los últimos comicios que hemos celebrado lo único que ha quedado medianamente claro es que cada vez somos más los que estamos hasta la coronilla de los partidos al uso y de ahí el éxito de fuerzas alternativas como el "Podemos" del "coletas" Pablo Iglesias. Insisto, las elecciones europeas del pasado mes de mayo sólo han servido para dar un toque de atención a las dos grandes fuerzas españolas que se alternan en el poder, es decir, el PP y el PSOE, e incluso IU, y advertirle que, de seguir por el mismo camino que se habían trazado en los últimos años, podría llegar un momento que sus aspiraciones de poder y de gobierno tuviesen que apoyarse en otras formaciones como UPyD o Podemos que, al menos en teoría, han sabido conectar mejor con los diarios problemas y las aspiraciones de la sociedad española.

Mientras el PSOE sigue a lo suyo en busca del líder perdido con Eduardo Madina y Pedro Sánchez, con José Antonio Pérez Tapias como convidado de piedra, dándose mamporros dialécticos y destrozando aún más lo poco que queda en pie del partido sin proponer medidas concretas de autorregeneración que lo saquen de la profunda sima en la que se encuentra, la única que podría unir casi todas las voluntades de los militantes y propiciar un nuevo levantamiento del actual KO, Susana Díaz Pacheco, calla y juega al despiste. La presidenta de la Junta de Andalucía está sentada esperando tranquilamente en su despacho del Palacio de San Telmo, ver pasar el cadáver de su enemigo Madina vs Rubalcaba para elegir el tiempo y la forma con la que acceder al máximo poder con posibilidades de éxito y sin nadie que le tosa. Madina y Sánchez andan vendiendo juventud y renovación, unas tesis que le vienen ni que bordadas a Susana para cuando le llegue la hora de dar el salto. Por eso el PSOE de Andalucía, guiado por la sabia mano de su secretaria general, ha apoyado masivamente a Sánchez a cambio de que éste, si como todos esperan llega a Ferraz, no ponga ningún impedimento y controle el aparato para el día que Susana quiera convertirse en la candidata socialista a la Presidencia del Gobierno. Si, como es más que previsible, la semana que viene sale elegido Pedro Sánchez como nuevo secretario general y lo ratifica el Congreso Extraordinario de finales de mes, algo que nadie duda, Susana Díaz habrá ganado una batalla más en esta particular guerra por el poder. Que mejor arma que tener un títere en Madrid. Más claro, agua.

Pero a lo que iba, que poco a poco los dos grandes partidos comienzan a desengrasar sus aparatos y a proponer medidas, todavía tímidas pero medidas al fin y al cabo, la cosas de palacio van despacio, para acercar la democracia a los ciudadanos. Ha sido el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que es quien en estos momentos tiene en sus manos el poder llevar a la práctica y hacer realidad cualquier ley, quien ha hablado de la elección directa de los alcaldes y de reducir el número de aforados. No es mucho, pero algo es algo. Ahora que estamos atiborrados de programas televisivos de chefs, parece que el aviso de las elecciones europeas se ha oído en las cocinas de los partidos. Para llegar a eso que tanto se ha hablado de las listas abiertas y de la reforma electoral, queda aún mucho camino por recorrer, pero al menos se ha abierto el melón del debate y parece que existe una disposición generalizada para afrontar cambios que puedan darle a los ciudadanos la posibilidad de intervenir más directamente en lo que ahora manejan exclusivamente los partidos y sus clases dirigentes.

Han tardado en ponerse las pilas pero le han visto las orejas al lobo de los partidos alternativos que en otros países cercanos han dado la campanada. De aquí a mayo del año que viene, fecha en la que se celebrarán las claves elecciones municipales, vamos a ver mucho barullo electoralista, mucha demagogia barata y escasas realidades que afecten a los ciudadanos, pero no cabe duda que estos pasos hacia el acercamiento de los partidos al votante no son otra cosa que el sacrificio obligado de unos dirigentes bastante apartados de la realidad que buscan desesperadamente conservar sus privilegios. El ¡oído cocina! se ha escuchado con fuerza en los fogones del poder político.
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