El tiempo que resta para conocer ya la decisión de la Fed se mide en horas y eso se refleja en un mayor grado de nerviosismo en los mercados. Ayer tarde, un reportaje del Wall Street Journal en el que se señalaba que la Reserva Federal mantendría intacto en su mayor parte el comunicado posterior a la reunión, llevó al dólar a mínimos de la sesión y a las acciones en Wall Street a máximos del día. En el comunicado de hoy, la Fed incluirá sus últimas proyecciones económicas, extendiendo su horizonte de pronósticos hasta el 2017. Mientras tanto, en la espera, los datos que se publican pasan prácticamente desapercibidos, aunque tengan su lectura monetaria. En EE.UU, los precios de producción en agosto no registraron cambios como consecuencia de la caída en los precios de los alimentos y la gasolina. En los 12 meses hasta agosto, los precios al productor se han incrementado un 1,8% tras aumentar un 1,7% hasta julio. Esta moderación en la evolución de los precios podría ser un argumento para que la Reserva Federal no se apresure a subir los tipos de interés, aunque datos de ventas minoristas, de vivienda y del sector servicios y manufacturero han sugerido recientemente que la economía de Estados Unidos crece a un ritmo sostenido. Por su parte, aquí en Europa, la confianza de los analistas e inversores alemanes cayó en septiembre a su nivel más bajo desde diciembre del 2012, en una señal de que la mayor economía de Europa está viéndose afectada por la crisis en Ucrania y por la incertidumbre que rodea al resultado en Escocia. El Reino Unido es el tercer mayor mercado de exportación de Alemania.
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