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Rinomodel advierte que la cirugía estética nos puede convertir en otra persona

martes 16 de diciembre de 2014, 10:10h
Las operaciones de estética pueden transformar el rostro de manera radical, hasta el punto de que no nos reconozcan ni nuestros más allegados, o lo que es peor, que nosotros mismos no aceptemos nuestra nueva imagen.
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Todos hemos visto cómo actores y famosos se transformaban en otras personas a fuerza de bisturí. Mickey Rourke ya no es ni parecido al seductor que fue en Nueve semanas y media; Renée Zellweger ha dejado de ser la expresiva Bridget Jones; y eso por no hablar del infortunado Michael Jackson, de Meg Ryan, Sylvester Stallone, Melanie Griffith... Todos ellos claros ejemplos de cirugías inadecuadas.

Cuando una persona decide someterse a una intervención estética busca estar más satisfecha con su imagen y mejorar su autoestima. Antes de tomar la decisión, debe hablar con un cirujano plástico experto y profesional que valore cuáles son sus expectativas de manera realista, que tenga conocimientos de psicología y que pueda asesorar al paciente no solo con criterios estéticos sino también éticos.

No es como ir de compras

Un médico experto podrá descartar a un paciente si ve que sus objetivos para someterse a una cirugía estética no son los adecuados o si padece un desequilibrio emocional. También si observa que la persona se vuelve adicta a los retoques, con un afán de perfeccionismo que, en el fondo, encierra otros problemas de ansiedad y autoestima.

La cirugía estética no es como ir de compras. Se trata de una intervención quirúrgica que solo puede hacer un cirujano cualificado, debidamente colegiado y en condiciones de máxima higiene y seguridad. Antes de dar ningún paso, es importante comprobar su formación, experiencia y resultados.

Puede que haya otra solución

Existen problemas estéticos que solo puede resolver la cirugía, pero hay otros que se solucionan con una intervención menor, no invasiva. Cuando esto es posible, tenemos la solución ideal para mejorar nuestra imagen sin someternos a una operación quirúrgica y sin cambiar radicalmente.

Las modernas técnicas de bioplastia y bio-osteoplastia están indicadas para los retoques estéticos que mejoran la imagen sin cirugía. La bioplastia y la bio-osteoplastia consisten en inyectar biomateriales, compatibles con el cuerpo humano, en diversas zonas del rostro, con el fin de armonizar los volúmenes, corregir defectos, crear simetrías... Como se trata de injertar en capas muy profundas, el resultado es natural, no provoca rechazo ni alergias y, sobre todo, no se sufre un posoperatorio.

Alternativa al cambio radical

Esta opción no invasiva también es posible para corregir defectos de la nariz. Hasta ahora se pensaba que la cirugía estética era la única posibilidad para arreglar un rostro poco armónico por culpa de una nariz en punta, torcida, demasiado larga, excesivamente corta, aplastada... pero no siempre es así. El doctor Mauricio Verbauvede, cirujano plástico, estético y reparador, ofrece en su web fotos de estas técnicas sin cirugía (el típico antes y después), que resultan muy naturales. También hay un sorprendente vídeo sobre cómo, en un momento, se realiza una rinomodelación. La técnica se puede utilizar además para otros problemas estéticos del resto de la cara, ya sean genéticos, accidentales o producidos por el envejecimiento.

En cualquier caso, uno nunca debe fijar sus expectativas vitales en una operación de estética y, mucho menos, permitir que una intervención nos convierta en otra persona, salvo que estemos intentando huir de la justicia, claro.

Más información en:

www.rinomodel.com/

Fuente Comunicae

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