Pasar de las palabras a los hechos

Hay que ver la perra que le ha dado a todos los presidentes autonómicos por imitar al Rey. Ni uno solo se priva en estas fechas de salir en su televisión para decir lo que todos sabemos que va a decir y contarnos el cuento de la buena pipa sobre lo bien que lo están haciendo. Como no podía ser menos, nuestra superpresidenta, la ínclita e inigualable Susana Díaz ha comparecido no una sino dos veces en su Canal Sur para recordarnos a sus súbditos andaluces lo mucho que está trabajando ella y su Gobierno bipartito para combatir el paro y la corrupción. De lo primero ya nos hemos dado cuenta de su incansable esfuerzo para seguir siendo la comunidad con más parados de España, de lo segundo mejor lo obviamos porque mientras la juez Alaya siga tirando de la manta de los EREs fraudulentos y de los falsos cursos de formación esto parece el cuento de nunca acabar. De todas formas, esta vez la superpresidenta le ha dedicado al menos dos párrafos de su intervención a la corrupción, algo que tenía olvidado en otros discursos precedentes.

Supersusana, tras repetir, una vez más que "mantiene una voluntad implacable de lucha contra la corrupción y está apostando por medidas de transparencia para evitar que se acerquen a la vida pública quienes pretenden beneficiarse de lo que es de todos", ha dicho sin citar ni a Chaves ni a Griñán ni a Zarrías ni a sus excompañeros de Ejecutivo preimputados por Mercedes Alaya, que entiende "la desconfianza y el recelo" de los andaluces y se ha comprometido a seguir "luchando con toda la energía de la que dispongo para impedir que nadie se aproveche de lo público". Y como sabe que muchos le vamos a decir que ya está bien de palabrería, ha recalcado que "sé que no es tiempo ya ni de promesas, ni de pactos, ni casi de palabras, sino de hechos. Por eso, a partir de este año que ahora comienza, hasta el último euro que salga de las arcas públicas andaluzas va a estar sometido al escrutinio de todos los ciudadanos, desde sus casas, a través de Internet. Porque quien no tiene nada que ocultar no tiene nada que temer". Ahora lo tenemos claro, Será a partir de 2015 cuando la Junta se ponga las pilas y comience a combatir la corrupción. Pues ya era hora porque Mercedes Alaya ya lleva cinco años investigando tramas y raro es el día en el que no descubre nuevos fregados.

Yo, que quieren que les diga, que no me lo creo. Como Santo Tomás estoy esperando ver con mis propios ojos como la Junta deja de tocarle las narices a la juez recurriendo sus autos y se aviene a facilitarle de una vez por todas los diversos documentos que le pide Alaya. Si es verdad que no tiene nada que ocultar, como dice Supersusana, ¿a qué tanto impedimento? Mientras esto no ocurra todo este supuesto ímpetu anticorrupción de Supersusana me parecerá mera palabrería electoralista de la que, se lo aseguro, estamos todos hasta la mismísima coronilla.

Si en algo estoy de acuerdo con el discurso de fin de año de la presidenta andaluza es que 2014 ha sido un año extraordinariamente difícil para la mayoría de los andaluces. ¡Vaya si lo ha sido! Sobre todo para los más de un millón de parados que, pese a los brotes verdes de Rajoy y a las esperanzas de Susana, continuan viendo un panorama bastante desalentador. Esperemos que ese desaliento no abone el campo a nuevas fuerzas políticas cargadas de demagogia que parecen estar esperando recoger los frutos de unos partidos mayoritarios que no han sabido, no han querido o no han podido escuchar la voz indignada y los gritos de los ciudadanos que pedían, al menos, una mayor sensibilidad social con los desfavorecidos.