Tras meses de preparación técnica y superada la posible limitación legal tras el dictamen la semana pasada del abogado general de Tribunal de Justicia de la Unión Europeo en el señalaba que el programa de compra de deuda anunciado en 2012 por el BCE era compatible con los Tratados del la UE, el BCE ha dado luz verde al programa de compra de bonos gubernamentales. Las compras de activos empezarán en marzo a razón de 60.000 millones mensuales, incluyendo en esta cuantía las de los otros programas puestos en marcha a finales de 2014, y se extenderán al menos hasta septiembre de 2016. Las compras están destinadas a cumplir con el mandato de estabilidad de precios consistente con el objetivo del BCE de lograr tasas de inflación alrededor del 2%. El montante superará los 1,1 billones de euros. Las compras serán en porcentaje al peso de cada país en el capital del BCE y los riesgos, en gran medida, sin compartir ya que serán asumidos en un 80% por cada uno de los bancos centrales, y solo el 12% se mutualiza entre todos los bancos centrales y el 8% restante lo asume el BCE. Se establecen límites, ya que no se podrá comprar más del 33% de la deuda en circulación de un Estado ni más del 25% de una emisión concreta. Estos ratios impiden la compra de deuda griega hasta julio, periodo en el que se precisarán las condiciones para comprar deuda de Grecia que no cumple con la calificación de riesgo requerida. El presidente del BCE señaló que este plazo será muy conveniente para ver como se desempeña el nuevo Ejecutivo griego que saldrá de las elecciones del domingo.
Si (
No(
