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Sánchez o no Sánchez; ese es el problema

Sánchez o no Sánchez; ese es el problema

martes 27 de enero de 2015, 12:29h
Dicen que el secretario general del PSOE vive horas bajas: que hay personajes en su propio partido que quisieran cercarle, que maniobran en su contra, que Susana Díaz ha anticipado las elecciones autonómicas andaluzas para, luego, poder disputarle las primarias y concurrir ella contra Rajoy para ocupar el principal despacho en La Moncloa. Creo, sinceramente, que casi nada de todo esto tiene gran fundamento. En tertulias y cenáculos varios, de los muchos que estos días frecuentamos los periodistas de este gran mentidero que es la Villa y Corte, voy aventurando la hipótesis -y hasta apuesto cenas por ello- de que será Pedro Sánchez, y no otro, quien se enfrente a Rajoy -y pienso que no a otro- en las elecciones generales que -sigo con las hipótesis-me susurran que podrían tener lugar allá por el 20 de diciembre, fecha prenavideña de paz, amor, optimismo y, para algunos, extra cobrada.
 
Pienso que entre todos estamos magnificando los ruidos --¿de veras que el hecho de que Zapatero se entreviste con Errejón merece tanto estruendo?-- en el interior del que oficialmente sigue siendo el principal partido de la oposición. Y que, de paso, estamos, entre todos, querámoslo o no, impulsando a una opción que aún no está oficialmente presente sino en el Europarlamento (y en las encuestas), a base de 'anular', favoreciendo al partido de Pablo Iglesias, a la formación que creó otro Pablo Iglesias, hace la friolera de ciento treinta y seis años. Peligrosa operación, en la que se complacen tanto el PP como Podemos, sin darse cuenta el primero de que el PSOE, y no los 'populares', será el único valladar frente al peligro que yo entiendo que significa un Gobierno de Podemos, y consciente el segundo precisamente de eso, de que su enemigo principal es el PSOE, por lo que les beneficia no poco esta estrategia de 'olvidar' simplemente que el PSOE existe.
 
De hecho, el adelanto electoral decidido por Susana Díaz en Andalucía supone ya una primera batalla ante las urnas entre socialistas y Podemos: si Díaz gana, demostrará que se puede vencer el aparentemente imparable ascenso de la formación 'morada'. Si pierde, lo que resulta menos probable, se abrirá, eso sí, un nuevo y complicado escenario; pero esa sería una película diferente. Me consta que la presidenta de la Junta andaluza es persona que sabe de política y es muy consciente de lo que está en juego en esta partida: por eso me atrevo a afirmar que acaso las tesis 'conspiratorias' que aventan algunos, suponiendo segundas intenciones -hostiles hacia Sánchez- en esa disolución anticipada del Parlamento andaluz para celebrar elecciones el 22 de marzo, están equivocadas.
 
Difícilmente podría la señora Díaz justificar que, habiendo ganado la presidencia de la Junta en las urnas, y contradiciendo todo lo que ha dicho hasta ahora, abandona su puesto a los tres meses para enfrentarse a un correligionario, a la que ella misma ayudó a colocar en el puesto no hace ni medio año, en unas elecciones primarias que ella podría ganar (o no), pero no sin una dura pugna interna en la formación socialista, una de esas pugnas coyunturales que debilitan a todos los contendientes. Y, aunque no sea lo más decisivo -sí puede que sea lo más importante  para ella--, en la fecha en la que estas primarias han de celebrarse, el mes de julio, Susana Díaz estará dando a luz a su primer hijo.
 
Los 'conspiracionistas', incluso dentro del propio PSOE, ante la solidez de estos argumentos, dicen ahora que acaso sería una nueva figura, la de Carmen Chacón, por ejemplo, la que podría concurrir a las primarias frente a Sánchez. Hasta donde yo sé, la señora Chacón, que no sé si sigue con sus clases en Miami, fue recompensada con una importante secretaría en la actual ejecutiva socialista a cambio de comprometerse a no concurrir a esas primarias. La presencia de Carmen Chacón en el coso electoral interno sería un nuevo factor de barullo. Y, la verdad, entre la señora Chacón, que ya ha mostrado lo que puede dar de sí, y un Pedro Sánchez que es toda una promesa, con sus claros y oscuros, reconozco que me quedo sin duda con la promesa, y no con aquella (dura) realidad que conocimos.
 
Tengo, en todo caso, la impresión de que 'barones' y notables en el PSOE, comenzando por la propia Susana Díaz, van a cerrar filas de manera inminente en torno a Sánchez. Quizá ya este fin de semana, cuando los socialistas celebren una conferencia autonómica que inaugurará Díaz y clausurará Sánchez, y en la que intervendrán varios 'barones' autonómicos, este apoyo, ante las importantes elecciones municipales y autonómicas de mayo, se haga ya más que patente. Otra cosa sería un suicidio que me parece que el PSOE ahora no se puede permitir. Y quizá, visto el panorama, nosotros tampoco. Así que Sánchez o no Sánchez: esa es la cuestión. Y lo saben Díaz, y Fernández el asturiano y, me parece, hasta González el sevillano.


El blog de Fernando Jáuregui: 'Cenáculos y mentideros'>>
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