Que el Celta de Vigo ha comenzado excelentemente bien la temporada es un hecho. No en vano es co-líder de la Liga BBVA. Lleva un tiempo practicando muy buen fútbol, por lo que este hecho no es, del todo, sorprendente. Tampoco es sorprendente que ponga en serios aprietos al todopoderoso Barcelona. Ya lo hizo la temporada pasada, por ejemplo. Lo que sí es sorprendente es que el conjunto blaugrana recibiera esta goleada. Muy meritoria, cierto, para los vigueses.
El Celta de Vigo fue superior en todo momento del encuentro. El Barça hizo un partido gris, parecía desganado. Continúa con muchos problemas en defensa, y si los tres de arriba no tienen un buen partido, pasa lo que pasa. Es la tercera vez que los de Luis Enrique encajan 4 goles esta temporada. Viendo esta situación, los de Berizzo supieron aprovechar el mal moemnto del rival, pusieron más ganas, fe y juego y se llevaron una victoria histórica en Balaídos.
El fútbol, como muchos otros, es un juego de errores. Muchos de los goles marcados se producen por un error del equipo rival. Un castigo tremendo. Pero así es el fútbol. En el partido contra el Celta de Vigo, el Barcelona cometió varios errores que le costaron, no solo el partido, sino también la goleada. Veamos cuáles fueron dichos fallos.
Lo primero que hay que decir del primero de los 4 tantos es que fue un golazo. Nolito, hombre de calidad sobrada y demostrada, pone un balón cruzado en la misma escuadra que es imposible de atajar. Pero eso es un acierto del rival. Solo se puede aplaudir en estos casos. Entonces, ¿dónde está el fallo? En la cobertura.
La jugada del gol viene por un centro desde la banda derecha. Piqué tiene a su espalda a un delantero rival. Dani Alvés, lateral derecho, cierra ante el posible remate y va a ayudar a su compañero en la marca del delantero para impedir el posible cabeceo. Pero el balón va pasado, y cae en las botas de Nolito, que entra en el área desde la banda derecha. El movimiento de Alves, quien en principio debería estar cubriendo la banda, hace que Nolito se quede sin marca. Ningún centrocampista del Barcelona ha bajado para ayudar en la cobertura y cubrir el espacio dejado por Dani Alves. El más cercano es Sergi Roberto, que simplemente hace de espectador. Y dejar a Nolito, en el área, y con todo el tiempo del mundo para pensar, es muy peligroso.
El segundo gol tiene una explicación mucho más fácil. Simplemente, es un fallo muy grave de Piqué. Intenta jugar un balón comprometido y falla. Quiere dar un pase con mucho riesgo a un compañero en una situación de máxima presión de un rival, siendo Piqué el último defensa del equipo. Simplemente el central catalán falla, y deja en la peor situación a su portero, Ter Stegen, que además de no poder hacer mucho, está cuestionado por los aficionados culés.
Veamos el tercer gol. Con 2-0 en el marcador, el Barcelona asume más riesgos. Se tira hacia adelante para intentar igualar el marcador. Pero eso significa tomar más riesgos en defensa y potenciar los contragolpes del rival. Como fue en este tercer gol. Un saque de esquina de los culés despejado por el meta del Celta provoca una contra rapidísima de los vigueses. Iago Aspas es el conductor del ataque, y solo tiene que deshacerse de Dani Alves, que se había quedado atrás para defender el contraataque. El brasileño se confunde, mide mal su entrada, y deja a Iago Aspas en disposición de plantarse solo frente a Ter Stegen. Y anota. Otro fallo más de la defensa, en este caso, de Dani Alves.
El cuarto gol es fruto de la pasividad defensiva de todo el conjunto azulgrana. La jugada, que viene por banda derecha, no encuentra la oposición de ningún jugador del F.C. Barcelona, Ni de Iniesta, ni de Dani Alves ni de Piqué. De nadie. Y si se deja jugar y permites que entren en tu casa, en el área, te pueden robar, como hicieron los celeste al anotar el cuarto gol.
Luis Enrique tiene que hacerse mirar los problemas que está teniendo su equipo en defensa. En muchas ocasiones, estos errores quedan difuminados por las buenas actuaciones de sus tres grandes estrellas, Neymar, Luis Suárez y Messi, que te pueden resolver un partido y darte la victoria, haciendo así que los fallos defensivos puedan pasar desapercibidos. Pero si estos tres no aparecen, al Barcelona se le ven más sus vergüenzas. Aun con todo, que nadie tenga ninguna duda de que el Barcelona sigue siendo favorito a todo. Eso, desde luego. Y que estará luchando por ello hasta el final de temporada, también es una realidad. Solo es un mal momento de juego.
Si (
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