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Federalismo asimétrico y hecho diferencial

martes 29 de septiembre de 2015, 19:07h

Bueno, pues ha pasado el tan temido 27-S y las cosas siguen más o menos como antes, aunque con más datos ofrecidos por los electores catalanes a los políticos de turno. Ya sabemos que los muchachos del Juntos por el Sí no han conseguido esa mayoría absoluta que tanto ansiaban y hemos confirmado que Arturo Mas y sus colegas han logrado dividir la sociedad catalana en dos mitades casi exactas enfrentadas entre sí a las que solo les falta calentarlas un poco más para que se lien a tortas en plena Rambla. Nada nuevo bajo el sol de Montserrat. La historia del supuesto independentismo catalán se viene repitiendo en este país con sus altibajos desde hace varios siglos y seguirá repitiéndose mientras haya políticos que saquen tajada electoral de todo esto. Porque vamos a ser serios, todo esto sólo es cuestión de dinero. Mientras hubo dinero para taparles la boca, con González, Aznar o Zapatero, la cosa reivindicativa se mantuvo tranquila, cuando no hay un duro para nadie, como ocurre ahora, hay que apretar las tuercas y amenazar al Estado. Me da a mí que son faroles a los que no hay que hacerles el menor caso y aplicar la ley, con todo el rigor de la misma, en cuanto traten de saltársela. Y punto y pelota.

Visto desde aquí abajo, desde el sur del sur, el resultado de las elecciones autonómicas catalanas del pasado domingo solo ha servido para confirmar la españolidad de Andalucía. Ya lo dice nuestro himno, “Sea por Andalucía libre, España y la Humanidad”, La propia Susana Díaz, haciendo de portavoz de su pueblo, lo ha dejado claro y ha pedido la dimisión inmediata de Arturo Mas. Por una vez y sin que sirva de precedente le doy la razón a nuestra presidenta que, desde luego, se está comportando más como estadista candidata a la Presidencia del Gobierno que como mera lider autonómica. Su jefe de filas,Pedro Sánchez, debería de aprender la lección y dejar de marear la perdiz nadando entre dos aguas para pescar truchas.

Y es que los socialistas insisten en que la única forma de acabar con las ansias independentistas catalanas es aplicando eso tan etéreo que ellos llaman el federalismo asimétrico y que nos es sino cambiar la actual Constitución para rediseñar una nueva España autonómica con privilegios para algunas comunidades, llámense concretamente Cataluña y País Vasco, y chocolate del loro para el resto. Vamos, aplicando la máxima del ex ministro Manuel Clavero, café para dos y descafeinado para el resto.Como diría Ortega, no es eso, no es eso. Lo que pretenden los socialistas es una barbaridad que no cabe ni en ésta ni en ninguna otra Constitución. No es de recibo que un español que viva en Llobregat tenga las mismas obligaciones pero muchos más derechos que otro que viva en Almendralejo. ¿En qué cabeza cabe dicho disparate? Aunque también es verdad que pese a que el artículo 14 de nuestra actual Carta Magna recoge textualmente que “los españoles son iguales ante la ley sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”, algunos privilegios como el Fuero Vasco, siempre discutido pero nunca cuestionado por los gobernantes, pone en duda la validez del texto.

A tenor con el federalismo asimétrico, algunos han sacado estos días a la palestra lo que denominan el “hecho diferencial” catalán como si su cultura o su idioma fuese un acicate que soportara los pilares de su independencia. A mí eso del hecho diferencial me suena como lo de la “deuda histórica” andaluza (histérica la llamaban algunos), un invento de los políticos para seguir trincando. Los únicos hechos diferenciales que yo observo son el de “la pela es la pela”, el cava y el pan con tumaca. Y es que para hechos diferenciales no hace falta acudir a Barcelona, aquí en Sevilla los hay a porrillo empezando por Curro Romero y terminando con la Macarena o el Betis y si es en Cádiz, ¡qué les voy a contar! Por tener tienen hasta un alcalde chirigotero que canta en los Carnavales, el Kichi. Esa sí que es una diferencia a tener en cuenta.

En fin que, para resumir tampoco hay que rasgarse las vestiduras con lo ocurrido en Cataluña. Unos y otros seguirán dando la matraca con la independencia y la aplicación de la ley ante el estupor y el hartazgo del resto de los españoles muchos de los cuales desearían, de verdad, que Cataluña se marchara de una vez por todas. Mucho peor va a ser lo que ocurra en vísperas de las Navidades donde, si no lo remedia el voto del miedo, hay un partido que actualmente ostenta la mayoría absolutísima que se va a ir, hablando mal y pronto, al carajo por la ineptitud de sus dirigentes. Me da a mí que estas próximas Navidades van a ser más de mortadela, pollo y sidra que de jamón, langostinos y cava. Ojalá me equivoque.

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