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El Teatro del Barrio 'mata' a Pinochet
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El Teatro del Barrio 'mata' a Pinochet

viernes 02 de octubre de 2015, 13:56h
La siempre atrevida e interesante programación del Teatro del Barrio nos presenta en estas dos próximas semanas de octubre dos estrenos, 'Yo maté a Pinochet', y la ya mítica 'Ay Carmela', tras las cuales será turno para 'No te salves. Homenaje a Mario Beneddeti'. Todo ello sin olvidar a la infantil 'Aúpa Leré, percusión para creer'. En definitiva, un conjunto de citas obligadas, con el denominador común de la máxima calidad, y a precios más que asequibles.

'Yo Maté a Pinochet' -con texto de Cristian Flores Rebolledo, también intérprete y director junto a Alfredo Basaure Espinoza- profundiza sobre el aspecto discursivo del sujeto popular y su praxis política desde la cotidianidad y la militancia. El montaje pone en escena un texto, monólogo, que a través de su personaje pondrá en relieve como la memoria permite un ejercicio crítico de evaluación del presente, no siempre grato de aceptar y de escuchar.
La obra nos mostrará a Manolo, un ex combatiente de un grupo revolucionario marginado del relato oficial, quien nos cuenta sobre el reencuentro con personas de su historia a las que le confiesa, impulsado por la nostalgia y el deseo de darle sentido a sus pérdidas, a sus decisiones y a su lucha, que el mató a Pinochet. Esta declaración provocará reacciones que no espera y que despertará su memoria en torno a la política, el amor, la amistad, la muerte, el espacio festivo y sus derrotas.

Una obra de muerte y de vida

Respecto a 'Ay Carmela' -el mítico texto de José Sanchís Sinisterra, al que dan vida Paula Iwasaki y Guillermo Serranio-, nos cuenta la historia de Carmela y Paulino, una pareja de actores que cruzan por error la línea que separa a los dos bandos contrincantes de la última Guerra civil española. De forma sorpresiva recalan en la villa de Belchite -plaza que el Ejército Nacional acaba de “liberar” y así ambos artistas se verán forzados a improvisar una velada teatral para celebrar la derrota del enemigo. Sin embargo, lo que comienza como un divertido homenaje a los vencedores, termina como una trágica comedia.

Es una obra donde muerte y vida se confunden, gracias a oportunas rupturas temporales que nos trasladan del pasado al presente y viceversa. El unánime vacío en el que transcurre “¡Ay, Carmela!” es un escenario ideal para que la soledad, la rabia, el miedo y la injusticia entren en conflicto con la añoranza, la complicidad, el amor y la bondad. “¡Ay, Carmela!” le abre al espectador una rendija para que mire de reojo la estupidez humana, a través del humor, la risa y la escalofriante semejanza que Paulino y Carmela guardan con nosotros mismos.

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