Brillante ceremonia de entrega de los Premios Maná 2015

El toreo que estremece las fibras sensibles tiene dos caminos: el arte y el valor. Cantidades industriales de ambas cataduras derrocharon los dos galardonados por sus respectivas faenas más artísticas en la feria de San Isidro 2015: el matador Morenito de Aranda, el 10 de mayo frente a un sobrero de El Risco, y el entonces novillero y ahora ya doctorado Posada de Maravillas, el 18 demayo ante un bicorne de Conde de Mayalde.

Idénticas cantidades de derroche de testosterona que ofició Alberto López Simón antes y en el propio ciclo isidril, por lo que se ganó el premio al torero revelación, que refrendó de nuevo en la feria de Otoño. Ahí es nada, tres tardes y tres puerts grandes de Las Ventas -por cierto, ninguna sumaron las teóricas figuras-, subiéndose a la cima del toreo y con expectativas a tope para 2016.

No tuvo tanta suerte Victorino con sus bureles, pero sí en otras plazas, aparte de que su hierro ya es toda una leyenda, por lo que se llevó el trofeo a la trayectoria taurina que se da cada año a divisas encastadas y/o exigentes -que otros llaman duras- y tan del gusto de los aficionados también exigentes como rehuidas por las teóricas figuras.

Como el otro premio a la trayectoria que se otorga desde este año a no profesionales de los que se ponen delante del toro y que, claro, no podía tener otro destinatario que 'San Máximo Garcia Padrós', con sus cuatro décadas salvando cornadas y vidas en la enfermería de la Monumenta madrileña.

Todos los premiados, gente seria, acudieron a recoger personalmene sus títulos -realizados con gran originalidad por Luis Carlos Sanz- tal y cual habian prometido, y agradecieron el galardón. Incluso en el coloquio la terna de los coletudos y el ganadero se apuntaron a compartir un cartel esta temporada "si algún empresario nos lo ofrece", cual coincidieron.

Tertulias culturales taurinas

Más de centenar y medio de personas abarrotaron los salones de la Taberrna Maná, sede de las tertulias culturales taurinas, entre ellos algunos otros personajes del planeta táurico, como el gran banderillero y ahora apoderado Curro Alvarez, el extraordinario crítico Carlos Ilián -del escaso grupo de los independientes y exigentes- y el sastre taurino Justo Algaba -también de la línea artística, como Morenito y Posada-.

Después del acto de entrega, Alfonso Pedragosa, propietario de Maná, cocinero creativo a tope y mecenas cultural, ofreció con su Chef Factory y Escuela de Cocina de Madrid, un amplio y variado aperitivo merecedor de dos orejas venteñas. Él es el secretario sin voto del jurado de estos premios que ya van por su cuarta edición y que componen los periodistas y críticos taurino Norberto Carrasco, Emilio Martínez -redactor jefe de Cultura de Diariocrítico, a la que pertenecen los toros-, que presentó el acto, y Alejandro Martínez, y el sociólogo y también crítico Miguel Ángel de Andrés.