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'25' de Adele: Una voz prodigiosa en un disco sin riesgos
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'25' de Adele: Una voz prodigiosa en un disco sin riesgos

> Crítica del disco

viernes 20 de noviembre de 2015, 22:00h
'Hola, soy yo', así se abre el nuevo disco de Adele, como el regreso de alguien muy cercano que hubiera pasado un tiempo fuera. Supuestamente '25' iba a ser un disco de madurez tras la el disco de ruptura que fue '21'. Tampoco es del todo cierto, a pesar de tener nueva pareja y un hijo, Adele se sigue lamiendo las heridas de su anterior relación. Musicalmente es un disco conservador en el que, a pesar de contar con un equipo de colaboradores de lujo, nadie ha arriesgado mucho, siendo el patrón más fiable la balada tipo 'Someone like you'.

Éso no quita para que sea un mal disco, la voz de Adele sigue siendo portentosa, esta chica podría hacer que llorases con el BOE si te lo cantara. Lo malo es que, como decíamos, en '25' no hay ningún tipo de riesgo, es como un viaje en bicicleta con ruedines. A los más fans les encantará pero no logrará ninguno nuevo. Además a la sonoridad más soul de '21' le ha tocado un viraje más hacia el pop y la canción de autor.

Entre sus aciertos destacan 'Hello', el single de presentación en el que demuestra todo su poderío vocal pero también su clase a la hora de cantar. Y es que más allá del registro Adele sabe cantar, y contar, con clase. Las otras dos gemas del disco son 'When We Were Young', la canción que va convertir en una estrella a su coautor, Tobias Jesso Jr., pero que no sorprenderá a los que hayan escuchado su magnífico disco de debut, 'Goon', también publicado este año. Y, por último, 'Sweetest devotion', la canción que cierra el disco, que es en la única en la que se pude apreciar un tono más soul, cercano, pero sin llegar a tanto, a la gloriosa 'Rolling in the deep'. Se nota la mano de Paul Epworth.

En el cajón de los fallos destaca sobremanera 'Water under the bridge', una canción que recuerda los peores momentos de la discofrafía de Phil Collins y que huele a canción de los 40 principales. Tampoco termina de encandilar mucho 'Send My Love (To Your New Lover)', su colaboración con Max Martin, el productor sueco hacedor de números unos para nombres como Britney Spears, Taylor Swift, Bon Jovi o The Weeknd. Y no es que sea una mala canción, sino que sencillamente no cuadra con el estilo de Adele, con ese estribillo perfecto para aparecer en un video de Taylor Swift bailando.

Claro que el resto del disco, sin ser para nada mediocre, descansa demasiado en la balada de piano convencional. Unas baladas que difieren según como se vean, si las miras con buenos ojos suenan a Carole King o The Carpenters, si no a (maldición) Barbra Streisand o Celine Dion.

Adele ha decidido ir sobre seguro y nadie se lo puede reprochar después de vender más de 30 millones de discos con su anterior trabajo pero tampoco le hubiera venido de más algo de riesgo, una voz como la suya merece algo más que una producción estándar... Quizás en '29'
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