José Luis Garci: "Los españoles somos una familia mal avenida. Nunca nos hemos querido"

José Luis Garci (Madrid, 1944), obtuvo el primer Óscar del cine español (‘Volver a empezar’, 1982), lo que -supongo-, le da, al menos, un cierto derecho a ocupar algún rinconcito en el Olimpo de los cinéfilos, justo al lado de sus admirados Berlanga, John Ford, Billy Wilder, Buñuel, Hitchcock, Fritz Lang, Woody Allen o Spielberg. Pero estoy seguro de que su natural discreción le haría difuminarse entre todos en muy poco tiempo y, haciendo mutis por el foro, lo abandonaría para acabar volviendo a la cotidianeidad, a su Retiro madrileño -el gran y hermosísimo parque de su ciudad- en donde sigue paseando a diario para seguir descubriendo los mil y un secretos que se esconden allí, entre sus árboles centenarios, sus visitantes asiduos y los esporádicos.

Sabe que el cine es el Hollywood clásico y que esa época representa en el séptimo arte lo que Shakespeare, Cervantes, Lope o Quevedo en la literatura: el zénit, el máximo esplendor en unas disciplinas, que jamás otros humanos podrán ni siquiera rozar durante siglos. Pueden, a lo sumo, aspirar a emularlos, pero nunca a igualarlos. Esa conciencia ha guiado siempre sus trabajos…

Antes que director, fue crítico, guionista y cortometrajista hasta 1977, año en que dirigió ‘Asignatura pendiente’, en donde retrató elmomento político (la Transición española a la democracia). Después vendrían ‘Solos en la madrugada’ (1978), ‘Las verdes praderas’ (1979) y ‘Volver a empezar’ (1982), retrato de un exiliado español de la Guerra Civil. Simultáneamente, en ‘El crack’ (1981) y ‘El crack II’ (1983), protagonizadas por Alfredo Landa, su actor fetiche, adaptó el género policiaco estadounidense al Madrid de la década de 1980. Durante siete años se dedicó a la televisión debido a la crisis del cine español, pero en 1994 volvió a dirigir con ‘Canción de cuna’, a la que siguió ‘La herida luminosa’ (1997), títulos ambos de melodramas clásicos del cine español. Posteriormente rodó ‘El abuelo’ (1998) y ‘Una historia de entonces’(2000), primera parte de la “trilogía del amor”, que tiene su continuación en ‘Historia de un beso’ (2002), interpretada también por Alfredo Landa… Y así, hasta 18 películas… Garci es, sin duda, uno de los grandes del cine español, aunque su humildad le hace minimizar su propio trabajo. Con él hablamos hoy en Diario Crítico.

J.M.V.- ¿Queda algún genio por descubrirse en el mundo del cine…?

J.L.G.- Supongo que sí. ¡Ojalá que sí!

P.- En su último libro, ha hecho un ejercicio de síntesis encomiable y, además, lo ha justificado, con la elección de las siete películas irrenunciables en su vida (Casablanca, de Curtiz; La palabra, de Dreyer; 2001, de Kubrick, entre otras…). ¿Es el cine el arte del siglo XX, el que ha democratizado y acercado el arte a la gente?

R.- Sin duda ha sido el primer arte del siglo XX, el que ha estado más cerca de la gente en ese centenario, en el que también ha destacado el deporte. Deberían compartir ambos, Cine y Deporte, el puesto número 1. (También podría haber elegido otras siete maravillas para mi libro. ¿Quién puede dudar de maravillas como ‘El apartamento’, ‘Tú y yo’ (1957), ‘Encadenados’o ‘La Evasión’?).

P.- Cada fin de semana se bate un nuevo «record» de menos público en las salas. ¿El cine está ya en vías de extinción, o es solo una percepción personal? ¿No están ocupando las series de televisión el lugar que hasta hace dos días ha tenido el cine en la vida del espectador?

R.- No creo para nada que el cine esté en vías de extinción, como dice, y sí en vías de transformación. Esto que vivimos es mucho más importante que el paso del mudo al sonoro.

“… diez u once años inolvidables”

P.- ‘¡Qué grande es el cine!’ es, probablemente, uno de los programas de televisión que más ha hecho por el cine en España. Su permanencia demuestra, sin embargo, que el cine interesa. ¿Por qué tuvo que dejar el timón del programa?, ¿es que ninguna fórmula probada más que suficientemente puede permanecer?, ¿la envidia sigue siendo uno de los pecados capitales de los españoles?

R.- ‘¡Qué grande es el cine!’ Lo pone en marcha Jordi García Candau. Tuvimos una conversación en Dallas, el día antes de echar a caminar el Mundial de Fútbol de Estados Unidos, donde le conté la idea del Programa. Cuando llegó el PP al poder, la nueva Directora General de RTVE, Mónica Ridruejo, quitó el Programa. Año y pico después, más o menos, llegó a la jefatura de TVE López Amor, y me pidió que volviera a presentar y dirigir ‘¡Qué grande es el Cine!’. Después, y con la llegada del PSOE, la Directora General, Carmen Cafarell, quitó el Programa. Naturalmente, ni cuando me “dieron” el espacio ni cuando me lo “quitaron”, dije esta boca es mía. RTVE era, y es, soberana para hacer el programa que más le apetezca. Sí quiero certificar que fueron diez u once años inolvidables. Y sin presunción alguna, sabemos quienes lo hicimos la enorme influencia que tuvo en una generación cinéfila. Cobos, Torres-Dulce, Miguel Marías, Lamet, Giménez-Rico, Méndez Leite, Porto, Sarrión…, no solo amaban y aman el cine sino que sabían transmitir su amor a los telespectadores.

P.- ¿Ha sido el IVA la mano que ha clavado el cuchillo en el corazón del cine en España?

R.- Lo del IVA es un disparate…

P.- Ha dicho recientemente que le gustaría ser “corresponsal en El Retiro”. ¿Es que por el Retiro pasa todo lo que hay que saber en el mundo para entenderlo?

R.- He nacido junto al Retiro y ha sido siempre como mi casa. Desde hace ocho o diez años, o quizá más, paseo diariamente por sus caminos y paseos. Dije que me gustaría ser corresponsal de ABC en el Retiro. Y el Director de ABC, Bieito Rubido, me dijo que adelante. He sido yo quién ha fallado. De momento. Cuando me quite de encima unas cuantas cosas pendientes, espero ejercer como tal una vez a la semana.

P.- Hace tres años dijo también que dejaba el cine y se puso a escribir. ¿Qué da más satisfacciones, el cine o la escritura? ¿No será Vd. como esos toreros que se retiran y vuelven tantas veces como les demanda su bolsillo?

R.- De momento, sigo escribiendo. En cuanto a lo de dar más o menos satisfacciones, por ahí, por ahí… En cuanto a lo de los toreros, la verdad es que no creo que vuelva a filmar una película, quizá un cortometraje, o un documental. Lo bueno de apartarse del cine es que vives en un mundo sin reuniones.

“Uno jamás se ve a sí mismo con objetividad”

P.- Jiménez Losantos ha dicho de Vd. que “Garci es una mezcla curiosa de narcisismo y discreción”. ¿Está de acuerdo con esa definición?

R.- Pues no sé. Es posible. No sé. Uno jamás se ve a sí mismo con objetividad. No lo sé, la verdad.

P.- Si no he contado mal, Vd. ha hecho 18 películas. ¿Considera ‘El crack’ como la mejor, o pondría alguna otra?

R.- Dieciocho, sí, sin contar las trece -de una hora- que hice para TVE (‘Historias del otro lado’). Sinceramente, no creo que tenga una mejor película. Nada que se le aproxime a ‘Plácido’ o ‘El espíritu de la Colmena’. ‘El Crack’, de manera imprevista (para mí) se ha convertido en una cult movie. A mí me gustan cosas de ‘Canción de Cuna’, ‘El Abuelo’, ‘You´re the one’, ‘Tiovivo c. 1950’, ‘Sangre de Mayo’, ‘Asignatura pendiente’ o ‘Holmes & Watson: Madrid Days’. Pero, eso, planos, una secuencia en particular, la mirada de esa actriz o ese actor. Momentos aislados. No me quejo. Sé todo lo que no funciona de lo que he rodado, pero ignoro, no veo, lo válido de mi trabajo. Sé, eso sí, que he sido un buen director de actores. Pero, ya le digo, la película hasta donde yo sé, no he ni podido, ni sabido hacerla.

P.- ¿Es lícito identificar el trabajo del creador con sus ideas políticas? Dicho de otro modo, ¿el arte debe predicar la neutralidad o el compromiso?

R.- Cada uno debería expresarse tal y como es.

P.- ¿Realmente los españoles somos capaces de convivir, respetando la ideología del adversario político, o somos un pueblo cainita?

Los españoles somos una familia mal avenida. Nunca nos hemos querido. Ahora, menos. Ahora predomina el odio sobre la generosidad, el rencor sobre la bondad. Eso sin contar que nos escasea el sentido común por no hablar de nuestro bajo nivel cultural e histórico.

“ni cinco minutos he dejado de sentirme español”

P.- Trueba acaba de recibir el Premio Nacional de Cinematografía y, poco después, ha dicho que “ni cinco minutos de mi vida me he sentido español”. ¿Le quitaría usted el premio por declaraciones como esa?

R.- Yo, ni cinco minutos he dejado de sentirme español. Si hubiese nacido en Francia, me sentiría francés, y en Italia, italiano. Mi vida, mi infancia, mi colegio, mis compañeros, mis primeros recuerdos, mis primeros amores y besos de niño bajo el agua en los veranos… Eso no quiere decir que no ame Manhattan y Hollywood, a John Ford y a Hitchcock, pero también a Berlanga y Buñuel, a Velázquez y a Picasso, a Vermeer y Rembrandt. Pero mi primera luz, la que alumbró mi vida al abrir los ojos, fue la de aquí. Soy de esa luz.

P.- ¿El poder persigue a los cineastas, los adula, los necesita, o puede sobrevivir al margen de ellos?

R.- Nunca he tenido relaciones serias con el poder. He conocido gente con poder, muy superficialmente.

“El cine español de los años 50 es formidable”

P.- Sus otras dos pasiones confesadas son el fútbol y el boxeo. El primero ha estado mucho menos presente en el cine (a pesar de que Vd. ha contribuido contrapesando la balanza con su ‘Volver a empezar’) que el segundo. ¿Por qué?

R.- Me gusta el fútbol y me apasiona el boxeo, que no es lo mismo.

P.- De su oficio, ¿en qué procesos disfruta más y cuáles le han resultado siempre más tediosos o incómodos?

R.- Lo mejor es el proceso de las mezclas. Tedioso siempre resulta esperar a que se nuble o deje de llover. Esas cosas…

P.- ¿Qué balance haría del cine español en estos casi 40 últimos años de democracia?

El cine español siempre ha sido bastante bueno. El de los años 50, en particular, es formidable.

P.- Y, por último, ¿se atreve a vaticinar el futuro del cine en general, y del español en particular, en los próximos 50 años?

R.- No.