No obstante, preguntado si está emplazando al socialista Pedro Sánchez a elegir entre su apoyo o el de Podemos, ha asegurado que a él el partido de Pablo Iglesias, le "da igual", pero que no quiere que se cuestione la igualdad de los españoles y que lo que no le gusta es su modelo de "machacar a impuestos a la clase trabajadora".
En una entrevista en 'Los Desayunos de TVE', Rivera ha dicho que con el PSOE hay "negociaciones serias y responsables", "con números" para poder hacer las reformas necesarias. Y ha añadido que están "sentados permanentemente, a veces con más discreción de lo que parece", porque su partido no busca "órdagos sino acuerdos".
Según ha dicho, los escollos de la negociación en este momento están en materia fiscal, donde Ciudadanos es partidario de la "moderación" y ha mencionado también el rechazo al referéndum y la regeneración democrática, incluida una reforma de la ley electoral.
Rivera ha admitido que un acuerdo de PSOE con Ciudadanos no serviría para formar Gobierno sin la abstención del PP, igual que un pacto de PSOE con Podemos tampoco tendría votos suficientes en el Congreso para salir adelante. Con todo, está convencido de que el PP estaría cómodo con varias de las cosas que puedan estar en un acuerdo entre el PSOE y Ciudadanos, entre ellas la estabilidad presupuestaria.
Todos quieren un acuerdo PSOE-Ciudadanos
Es un lobby y es un clamor en la sociedad, en las altas esferas políticas y también en las élites económicas: el PP está caduco y debe limpiarse por dentro de los casos de corrupción, y Podemos no puede estar en un gobierno estable porque supondría continuas curvas en un viaje peligroso para el país. Eso es lo que piensan en estas esferas, que prefieren claramente que Sánchez gobierne, como mal menor, con los apoyos puntuales del centro-derecha moderado de Ciudadanos, como ya pasa en Andalucía desde hace casi un año.
Puntos de coincidencia. Es la frase más repetida entre muchos sobre lo que une a PSOE y Ciudadanos, mientras que se coincide en señalar que con Podemos sólo habría problemas a medio y largo plazo. Eso, por no hablar de Pablo Iglesias, más allá de los programas y los colores del gobierno que se formaría con Sánchez al frente. Se percibe al político de Podemos como una auténtica bomba de relojería que pretende ser vicepresidente y dinamitar la tranquilidad del día a día en la política tradicional del país.
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