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Foto: Marcos G punto
Foto: Marcos G punto

Astrofísica y familia en 'Los dramáticos orígenes de las galaxias espirales'

martes 29 de marzo de 2016, 08:13h

Hablábamos ayer de Denise Despeyroux. Hoy seguimos hablando de ella. Y me temo que, afortunadamente, tenemos Despeyroux para rato. La dramaturga hispano uruguaya arriesga, no mira hacia afuera, sigue construyendo su mundo, su universo, sus galaxias y eso es lo mejor que puede seguir haciendo porque, al fin y al cabo, todo dramaturgo -todo escritor- es lo que busca: un conjunto de rasgos, de temas, de estilo, de características, que den personalidad y profundidad a su obra, y que la hagan rápidamente tan reconocible como seguida. ‘Los dramáticos orígenes de las galaxias espirales’ es su último paso en esa dirección, y está perfectamente conectado con los anteriores y se identifica como una tragicomedia netamente Despeyroux, y de principio a fin.

‘Los dramáticos orígenes de las galaxias espirales’ se estrenó el pasado 9 de marzo en la Sala de la Princesa del Teatro María Guerrero de Madrid, y gira en torno a la familia, y a esas relaciones casi siempre complicadas entre sus miembros cuyo acomodo en ese universo íntimo no siempre resulta fácil y, muchas veces, termina por ser traumático porque no siempre el rol que nos toca desempeñar en ellas es el que nos hubiera gustado tener o -¡peor aún!-, que alguno de sus miembros puede llegar a sentir que allí no hay papel para él. Algo de esto pasa aquí, en este universo doméstico que, por lo menos, puede calificarse de ‘peculiar’. Bajo un mismo techo viven dos hermanas, Aurora (Ascen López) y Casandra (Ester Bellver), aunque a esta su hermana siempre la llama Marisa. Aurora tiene dos hijas gemelas, Andrómeda y Luz (Cecilia Freire da vida a ambos personajes), y Casandra un hijo, Oliver (Juan Ceacero). En esta familia es tan común la práctica de la mística alternativa, el reiki, los estimulantes como la ayahuasca, el yin y el yang, hablar de constelar, o de grupos de pop lacaniano (“… ‘Cumpleaños feliz’ es un clásico a la altura de ‘La Marsellesa’”), del mismo modo que en tu casa o en la mía pude hablarse del calentamiento global o de la falta de acuerdo para formar gobierno en España después de las elecciones.

Las ocho escenas de que consta el montaje transcurren en la casa familiar: a la derecha del salón, un sofá, y a la izquierda una mesa de comedor con sillas; fuera, un jardín. Al fondo, hay varias pantallas gigantes de vídeo donde se proyectan las imágenes de las conversaciones que Andrómeda y Oliver tienen por skype con Luz, la hermana de Andrómeda. O cuando, casi al final del montaje, hablan también por la red con Aurora, la madre de las gemelas, que se encuentra en la sierra con su novio, el director de El Corte Inglés (Pepe Viyuela). Sirven, al mismo tiempo, para enunciar los títulos de cada una de las escenas.

En síntesis, algunas de las cosas que se cuentan en estas “galaxias espirales” familiares son estas: Luz, la hermana gemela de Andrómeda, está -o se cree…- gravemente enferma, y le pide a esta que suplante su personalidad y visite a su madre el día de su cumpleaños y en Navidad. Después de dudarlo, finalmente Andrómeda se hace pasar por Luz, la preferida de su madre. Luz es risueña y generosa, mientras que Andrómeda, -según su tía-, tiene un aura opaca… Andrómeda sufre porque su madre la compara negativamente con Luz. Andrómeda se hace pasar por Luz durante un mes y, en ese tiempo, todos la echan de menos, aunque solo su primo se lo dice explícitamente (Andrómeda es responsable, seria, limpia, cocina bien, lleva la casa, es más fuerte, conoce bien el juego del domino...). La farsa del desdoblamiento de papeles se complica porque Luz, en vez de morirse, le cuenta a su hermana que se va a meter a monja en un monasterio budista. Andrómeda le escribirá cartas que Luz promete leer pero nunca le contestará y, al cabo, los dos primos abandonan la casa y tratarán de buscarse a sí mismos en la selva amazónica... Mientras, Aurora, la madre de Andrómeda y Luz, ha seguido manteniendo su correspondencia personal con el director de El Corte Inglés y se va con él a pasar algunas temporadas a la sierra, lo cual demuestra que esa práctica puede ser más razonable que escribir misivas literarias a Rilke o a una hermana muerta…

El azar y el universo

El hallazgo en un periódico, a principios de 2010, de un artículo titulado ‘Los dramáticos orígenes de las galaxias espirales’ por parte de la autora, fue el origen de la obra, según confesión púbica de Denise. El artículo hablaba estrictamente de astronomía, pero ella decidió que sería el título de una obra que hablaría de una familia, y que para escribirla tendría que adentrarse en el marco teórico de las constelaciones familiares. El resultado, desde luego, ha sido tan brillante como desternillante y surrealista, y en ella -como en el resto de las obras de Despeyroux- abunda la ironía fina, el humor absurdo y un toque -el justo, no más…- de psicoanálisis, ciencias alternativas y esnobismo, tratados con la seriedad de quien se cree todo eso con la misma fe del barquero. Todo ello hace posible que ‘Los dramáticos…’ sea más una comedia que mueve a la sonrisa que a la risa.

Al éxito de ‘Los dramáticos orígenes de las galaxias espirales’ contribuye también, y de modo decisivo, la elección de un soberbio equipo artístico que ha construido un marco ideal para la obra: la escenografía de Mónica Boromello, la iluminación de Pedro Yagüe, el vestuario de Ana López Cobos (maravilloso el de Casandra) y la música de Luis Miguel Cobo.

Y todo ello no serviría de nada si los cuatro actores no estuvieran sembrados de principio a fin de la función, y su evolución por las tablas no fuera lo convincente que necesita ser una historia como esta. Cecilia Freire -a quien hace tiempo que no veía sobre el escenario- construye con delicadeza y convicción tanto a Andrómeda como a Luz, y es una verdadera delicia escucharla; Juan Ceacero conoce tan bien el mundo teatral de la autora que no es difícil que uno pueda imaginar otro Oliver que él mismo (si la reponen, como parece que sucederá dentro de poco, por favor, no dejes de ver el montaje de ‘Iliria’, que Ceacero dirige también -http://www.diariocritico.com/noticia/494666/teatro/iliria:-enredados-en-la-red-y-en-la-vida.html -; una magníficaEster Bellver, aquí tan seria y convincente como en ‘Ternura negra’ (http://www.diariocritico.com/noticia/493387/teatro/ternura-negra:-la-obsesion-en-el-ayer-y-el-hoy-de-maria-estuardo.html), y otrotanto puede decirse deAscen López y de Pepe Viyuela, aunque a este solo puede vérsele sobre el monitor. En conjunto, una tragicomedia desternillante, natural y cotidiana como las mismas galaxias espirales en donde flotan cada momento las relaciones familiares en una época tan complicada como la que nos ha tocado vivir.

‘Los dramáticos orígenes de las galaxias espirales’

Texto y Dirección: Denise Despeyroux

Reparto: Ester Bellver, Juan Ceacero, Cecilia Freire, Ascen López y Pepe Viyuela

Vídeo: Emilio Valenzuela

Ayudante de dirección: Beatriz Jaén

Diseño de cartel: Isidro Ferrer

Fotos: marcosGpunto

Teatro María Guerrero (Madrid)

Hasta el 10 de abril de 2016

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