Los niños y jóvenes con discapacidad tratan de incorporar en sus vidas el uso de las nuevas tecnologías como parte de su integración en la sociedad. Las tablets y los móviles, los dispositivos estrella para desarrollar sus capacidades junto al apoyo de sus familias, que resultan de gran importancia en el proceso de aprendizaje.
No cabe duda de que, hoy en día, vivimos en un mundo globalizado. Un mundo en el que una persona de Botswana puede contactar con otra de Alaska. Un mundo en el que las distancias se acortan gracias a un objeto llamado 'webcam' o un mundo en el que aplicamos a una oferta de empleo o compramos unos zapatos a través de Internet. En teoría, actividades cotidianas del día a día que hacemos constantemente y sin ninguna dificultad ya que, únicamente, necesitamos un dispositivo electrónico y una buena conexión a Internet. Actos que para la mayoría de personas son corrientes y habituales, para otras consisten en un desafío más de la vida.
Miles de personas con discapacidad se enfrentan continuamente a retos que le impone la sociedad de nuestro mundo. La revolución tecnológica del siglo XXI trajo consigo un profundo cambio en la mentalidad y en el modo de vida de los ciudadanos de los países desarrollados. No es casual ver a un niño de 10 años chatear con sus compañeros de colegio a través de su móvil o a uno de 3 jugando al 'Banana Kong' con la tablet que le han regalado sus padres por su cumpleaños. Porque el reto al que se enfrentan muchos niños y jóvenes con discapacidad por su integración en este mundo va mucho más allá de foros, chats y redes sociales, sino que el verdadero reto comienza por el interés, la voluntad y la perseverancia.
David González, presidente de la Asociación María Gordón, nos explica cómo puede llevarse a cabo la conciliación entre el uso de las nuevas tecnologías y la vida de niños con distintos tipos de discapacidad -tanto física como mental-.
En primer lugar, hay que tener en cuenta que nadie nace con la lección aprendida. Los talleres de alfabetización digital que se imparten en la asociación están enfocados a enseñar el uso de herramientas tecnológicas como ordenadores, móviles, tablets o programas como Facebook y Twitter a los niños con distintos grados de discapacidad. Los talleres más divertidos y efectivos para los niños son aquellos en los que se interacciona a través de juegos educativos en tablets, ya que son unos dispositivos muy accesibles e intuitivos para ellos y, además, disfrutan manejándolos. También es imprescindible que junto a los niños haya un grupo de personas voluntarias con estudios pedagógicos que busquen juegos que sean totalmente educativos y lúdicos para ellos; de esta forma tendríamos la combinación perfecta.
La importancia de la familia
El papel de los padres es, sin duda, esencial. Lo ideal es que participen en el aprendizaje con sus hijos, ya que fomentaría mucho los lazos afectivos entre ellos. Además, agradecen enormemente el esfuerzo que supone llevar a cabo este tipo de actividades debido a que muchos tienen que estar las 24 horas al día con el niño, sobre todo si tiene una discapacidad importante y no tienen tiempo para dar una vuelta o tomar un café con sus parejas. Para ellos, es un verdadero respiro familiar el poder ‘liberarse' tanto física como emocionalmente de su hijo durante el tiempo que dura el taller (que normalmente suele ser de una hora).
Las herramientas más indicadas
Si el niño sufre una discapacidad física, es importante que la persona que le acompañe le preste su ayuda respecto a la movilidad. Hay que intentar que los niños se esfuercen por intentar mover al máximo posible sus manos y brazos para usar el dispositivo. Existen un gran número de juegos que fomentan estos movimientos (por ejemplo, juegos de coches en los cuales se debe usar una mano para conducir y otra mano para acelerar o frenar). Para los niños con grave discapacidad física, la labor de investigación de programas para que puedan usar otras partes del cuerpo debe ser más profunda. Recientemente han sacado a la Play Store una aplicación para manejar la tablet con el movimiento de la cabeza, una herramienta muy útil para trabajar la movilidad del niño. Las gafas de realidad virtual pueden abrir un campo de experimentación enorme para realizar terapias con éstos niños. Para una persona con discapacidad física también resulta de gran utilidad el uso de teclados especiales instalados de forma predeterminada en los ordenadores o ratones con sensibilidad para aquellos con problemas visuales. Sin duda, es un desafío muy gratificante el buscar e investigar dispositivos y programas que hagan la vida más fácil a estos niños.
La evolución de los niños es real
Este tipo de talleres ayudan al desarrollo de las capacidades visuales, auditivas y móviles de los niños. Y no sólo eso, sino que también se estimulan sus sentimientos y emociones y las muestras de cariño hacia voluntarios, familiares y compañeros se hacen realidad. La mayoría de los niños expresan un enorme interés por los juegos nuevos que se utilizan en cada sesión y son muy constantes en el sentido de querer avanzar más y más con todo lo que se les enseña. Sólo hay que tener paciencia y tratar de pasar un buen momentos juntos.
Hay que ser consciente del mundo en el que vivimos y darse cuenta de que Internet ya no es una opción, sino una obligación. En un futuro, estos niños tendrán que encontrar un trabajo, realizar una transferencia online o simplemente hablar con sus amigos por Skype. Por ello, es necesario darse cuenta de la realidad en la que viven e iniciar un proceso de integración social en la red desde sus primeros años de vida.
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