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Así que pasen 40 años y el PSOE tenga que volver a empezar

jueves 16 de junio de 2016, 07:47h

El 15 de junio de 1977 un rejuvenecido PSOE lograba 5.371.866 votos y 118 escaños. Felipe González y Alfonso Guerra arrinconaban al resto de siglas socialistas más o menos históricas y ponían las bases para la futura mayoría absoluta de 202 escaños lograda en 1982. Salió derrotado en ese primer intento por la UCD de Adolfo Suárez y lo mismo le pasó dos años después, ya con la Constitución aprobada.

3 años más tarde, con una crisis económica brutal que demandaba cambios radicales en todos los sectores, desde la minería a las finanzas pasando por las Administraciones territoriales y las leyes laborales, Felipe González y el PSOE habían reunido a la mayor parte de la izquierda bajo sus siglas -incluidas muchas que habían estado a la izquierda del PCE- habían conseguido romper por el centro a la derecha española que apostaba por Manuel Fraga en lugar de por un Suárez expulsado de su propio partido o de un Landelino Lavilla que olía a Iglesia y no despertaba ningún entusiasmo entre los ciudadanos.

Casi 40 años más tarde el PSOE se encuentra con un enjambre de siglas a su izquierda que vienen a representar a los mismos sectores sociales que aquellos que representaban una parte del PSP, del Movimiento Comunista, de la Liga, del PCE-I... Lo que les diferencia es que en el inicio de la democracia apostaron por la seguridad socialdemócrata ante dos intentos de golpe de estado protagonizados por el teniente coronel Tejero; y ahora están apostando por su propia vía. El resultado es que han dejado al PSOE en el viejo esqueleto de 1977 pero sin la capacidad de esperanza e ilusión que despertó su entonces secretario general.

El 20 de diciembre pasado obtenía casi los mismos votos que en aquel junio de 1977.

Con 28 escaños menos y un futuro que no parece que le pueda llevar a ganar las elecciones, desde luego no antes de que vuelva a concitar a su alrededor los votos de una mayoría. El Felipe de entonces es ahora un alegre divorciado vuelto a casar y que dejó la chaqueta de pana en el camino hace mucho tiempo. Y el que era su segundo, el del pañuelo en la cabeza y el botijo para las vacaciones repite slogan que no tienen cabida en las redes. Aquel PSOE se ha ido muriendo sin que los que llevaban el ataúd se dieran cuenta.

Tiene que volver a empezar y es muy posible que para ello tenga que dejar a un lado y de la misma manera que ellos lo hicieron con los históricos socialistas del exilio las estructuras anquilosadas y las posiciones ideológicas de un socialismo que a fuerza de mutaciones se ha convertido en un partido liberal. La profecía del joven sevillano que conquistó Suresnes se habrá cumplido.

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