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Hay que dejar gobernar al Partido Popular

domingo 26 de junio de 2016, 23:08h
Los resultados de las elecciones generales están claros: el PP ha logrado aumentar apreciablemente sus escaños, que sustrae prácticamente íntegros de Ciudadanos, y el famoso adelanto de Unidos Podemos al Partido Socialista no se ha producido. Todo lo cual significa que, en términos de bloques, la situación es semejante a la de las pasadas elecciones: tanto el segmento de centro-derecha y como el de centro-izquierda se mantienen incapaces de alcanzar la mayoría absoluta.

Pero la necesidad de obtener un gobierno que cumpla sus funciones es más imperativa que antes, no sólo en razón de que celebrar unas terceras elecciones resultaría demasiado, sino porque la inestabilidad que se ha creado en Europa con el Brexit exige todo lo contrario: contribuir a la gobernabilidad estable en el continente.

Así las cosas, no me parece que haya necesidad de repasar las razones por las que el PSOE no está en disposición de llegar a una gran coalición, para concluir claramente que la única solución posible es la que propone Felipe González: es necesario dejar gobernar al PP. Y ello no precisamente por las razones que esgrime este partido (lista más votada, etc.) sino porque es la única vía posible que permite la formación de gobierno que evite realmente unas nuevas elecciones.

La formación de un gobierno minoritario del PP podría tener varias versiones. Una procedería de la oferta del PP a Ciudadanos para que participara en el gobierno. Me parece difícil pero no imposible. Otra fórmula sería la de un gobierno estrictamente minoritario, como ya sucedió con anterioridad, cuya acción de gobierno tenga que ser negociada con los principales partidos en presencia. Una opción intermedia sería la de un gobierno apoyado en una plataforma negociada con Ciudadanos y los nacionalistas moderados, sin que estos formaran parte del gobierno.
En cualquiera de estas modalidades, el PSOE se abstendría en la nominación de Rajoy, pero quedaría en la oposición, lo que significaría que no se le entregaría ese espacio (oposición progresista) a Podemos y, al mismo tiempo, esa oposición tendría la lealtad de Estado que es cada vez más necesaria. En este contexto, la responsabilidad del PP consistiría únicamente en ser capaces de flexibilizar sus políticas lo necesario y conveniente para dotar de gobernanza al país. Y desde luego, en esa perspectiva el populismo se iría desinflando progresivamente. Ya he comentado aquí que el populismo solo puede acceder al poder aprovechando la cresta de la ola del descontento social; en cuanto que esa ola descienda, la oportunidad populista disminuye.

Por todo ello creo que hay dejar de marear la perdiz y avanzar pronto hacia lo inevitable: un gobierno minoritario del PP. El país lo agradecerá sinceramente.
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