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Señorías, agosto; vamos, que nos vamos

Madrid, tras 48 horas de las elecciones. Carta a los cuatro fantásticos.

martes 28 de junio de 2016, 13:47h

No se van a tolerar unas terceras elecciones, ni otros seis meses para formar gobierno, es de imaginar que “sus señorías” lo tienen muy clarito. Ya no estamos en diciembre, no vuelvan a empezar. Como es de esperar, no sólo ha de haber autocrítica por parte de PSOE, Unidos Podemos y Ciudadanos, sino también por parte del PP. Tendrán que iniciar así el gobierno, con la autocrítica, porque los ciudadanos creemos que seis meses ha sido suficiente tiempo para que ustedes hayan estado mirándose al espejo una y otra vez cada día. Hay vida detrás de sus caras —se les han endurecido mucho, pero de tacto, no de semblante— y detrás de sus partidos y sus siglas; hay una sociedad, un país, un continente y hasta un planeta, fíjense.
Ya han visto que el electorado no está dispuesto ni a sacrificios ni a esfuerzos. No han ido a votar a las urnas, que no quiere decir que no “voten” de otra forma. ¿Piensan formar gobierno sólo a golpe de desesperación y aritmética?

Sr. Mariano Rajoy, cree usted que ha ganado las elecciones. No hombre no… Ha ganado el miedo al color morado y a algunas cosas más. No piense que hemos dado por liquidado el asunto de la corrupción —va a llevar esa mochila puesta—, es que al español le preocupa ahora mismo mucho más su modo de vida —somos así—; esto han sido unas elecciones generales, no unas autonómicas y/o municipales. Ya ve que el electorado se ha mantenido en sus trece, las mayorías absolutas no van a volver. Los votos del día 26 ya se estaban moviendo el 27, ya estaban cambiando o tomando nuevas posiciones. Porque los votos, van y vienen, sabe, y hasta algunos vuelven a su lugar de origen; ya no es cuestión de siglas ni de indecisos, sino de “yo soy yo y mi circunstancia y si no la salvo a ella no me salvo”. Han sido votos de transvase y votos circunstanciales.

El PP no ha ganado las elecciones, Sr. Rajoy, ha ganado las encuestas, las iniciales; las que vinieron después sonaron más a una conseguida estrategia de movilización. Y una cosa es ganar y otra vencer, porque vencer, ha vencido la izquierda. Su laurel ha sido moral y psicológico; mire usted los votos y los votantes más que los escaños.


Sr. Pedro Sánchez, vaya tropezón; levántese del suelo y concéntrese en este país, que ya sabemos que debe estar preocupado por el nuevo congreso del PSOE y por su propia supervivencia, política y mediática… Ah, y pregúntese si todo su electorado le votó a usted o a dónde fueron muchos votos. Y, para su conocimiento, los votantes “de derechas” de alegraron de que no se produjera el sorpaso (ya en uso con una sola “ese”).

Han pasado 48 horas y sigue obsesionado con Rajoy, a ver si hay suerte y no tarda mucho en entender y razonar cuál es la nueva situación y realidad política española, porque el modelo de gobierno ya no será el que ha sido hasta ahora.

Sr. Pablo Iglesias, muchos de sus votantes se empiezan a preguntar si está usted en esto para representar a aquellos que tienen por ocupación soltar burradas en las redes sociales. Le recuerdo que han pasado ya cinco años desde el 15-M y otros cuatro que pasarán hasta las próximas elecciones; su electorado cumple años y ya no se sienta a ver ni vive en la fantasía medieval de Juego de Tronos. Y, como le he dicho al Sr. Rajoy, los españoles valoran mucho su forma de vida. Cuidado con las amenazas, las revoluciones y la agresividad, que en España han terminado varias veces en lo que han terminado; cuidado con los modos y con el tono; cuidado con las declaraciones y los gestos; y cuidado con tanta bandera y con tanto cántico, himno y marchas pseudomilitares.

Pregúntese por qué los españoles han “preferido” la corrupción antes que a Pablo Iglesias y Podemos. Ya ve, se han equivocado todos: sociólogos, politólogos…, y usted. Lo primero que debe hacer es conocer a los españoles. El miedo es libre. ¿Por qué le tienen miedo?; reflexione, rectifique, cambie. Han sido unas elecciones de “fuerza”, las que usted ha provocado, y las ha perdido. Le han retirado votos, ya sabe.

Esos cantos tras las elecciones les redefinen de nuevo y les enrancian. Aparte del “no pasarán” y demás gritos de guerra y opresión, ¿qué es lo que en realidad lleva a votar a Podemos? Esto no vale en el siglo XXI, no vale ya en España y mucho menos en Europa. Dejen las páginas de historia hechas cómics y regresen al futuro. Menos movidas efectistas y más conductas políticas; han llegado ustedes al Congreso.

Sr. Albert Rivera, poco hay que decir, al igual que el Sr. Sánchez, sigue usted ofuscado con la palabra Rajoy. Y a ver si termina de aterrizar, que lo está haciendo como las avionetas, a rebotes.

Señorías, esto, a partir de ahora, ya queda así, habrá que ir pensando en reformar la Constitución y muchas leyes, entre ellas, la electoral. España inició una nueva andadura política hace cinco años, y tendrán que aprender a gobernar con pactos y en coaliciones, y tendrán que aprender a gestionar todos los programas de partidos, de lo cual se beneficiará el ciudadano, no ustedes. Y si hubiera que tragar con unas nuevas elecciones, tendrían ustedes más de lo mismo, porque, por no haber mayorías absolutas, ni siquiera las hay por bloques de derecha o de izquierda (lástima que vuelvan a aparecer tan definidos). Y de las siglas olvídense o aprendan a gestionarlas, es decir, prescindan de ellas.

Como habrán observado, lo que ha ganado son los pactos y coaliciones que ustedes no han querido hacer; los votos les muestran el camino. Las urnas han hablado y han dicho muchas, muchas cosas, que esperamos capten, analicen y trabajen a partir de ahora. De todos los votos que ustedes pidieron, el útil, el moderado, el del miedo, el del cambio, el de la sonrisa…, el español votó otro, el de la tranquilidad, y ha preferido pagar un precio por ello. Curioso esto de la tranquilidad del votante, porque vaya gobierno que les espera a ustedes….
Formen, primero, gobierno de autocrítica y dejen las redes sociales, los vídeos, los platós; empiecen a trabajar. No sigan con el bloqueo, porque la realidad es que al español le llega el verano y las vacaciones, y eso es sagrado. Quiere estabilidad o, mejor dicho, no quiere preocupaciones. Les vemos sin prisas. Aceleren, se les echa encima el país y… agosto, mes que ha tardado apenas unas horas en aparecer en escena. Atentamente.


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