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Los 100 mejores discos de los años 70 (del 30 al 21)

Los 100 mejores discos de los años 70 (del 30 al 21)

miércoles 05 de octubre de 2016, 12:18h

Después de repasar los 50 mejores discos de lo que llevamos de década (2010-2014), los 100 mejores discos de los años 60, 80 y 90 llega el momento de repasar los mejores discos de la década más excesiva, para lo bueno y para lo malo, del siglo XX. Los años 70 son la evolución lógica de la anterior década, el rock and roll se convierte en un circo y las estrellas se convierten en actores, la industria mueve ficha y comienza a crear sus propias estrellas, las estrellas de rock pasan de ser proscritos a codearse con la jet set. La década de los 70 es de las más controvertidas pero, a la vez, la más rica que ha dado la música del siglo XX. Fueron diez años en los que la música popular fue capaz de crear algunas de sus mejores páginas y a la vez caer en los peores estereotipos que se la achacan, pero sin duda es el momento en el que la música popular alcanzó su mayoría de edad, Bowie lideró la década y varias revoluciones, Marvin Gaye puso la vista en el ghetto, Neil Young nos convenció de que "el rock and roll está aquí para quedarse" y Bob Marley dio voz al Tercer Mundo. Los 70 tienen muchas más de 100 obras maestras pero éstas son las 100 elegidas.

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30. Black Sabbath – Paranoid (1970)

El segundo disco de los Black Sabbath es, junto al 'Machine head' de Deep Purple, el disco más influyente de la historia del heavy. Pero si los Purple (a pesar de entregar un gran disco) ya avisaban de algunos de los males que podrían aquejar al género (las secciones instrumentales demasiado alargadas y, especialmente, las florituras vocales de Gillan), 'Paranoid' es la destilación de todo lo que lo hace grande, la oscuridad de las letras de Geezer Butler, la rabia de la voz de Ozzy Osbourne y, por encima de todo, el Amo y Señor del riff, Tony Iommi. Aquí están algunas de sus canciones más importantes, la titular (una canción que al igual que el 'Communication breakdown' de los Zeppelin está más cerca del espíritu punk que del heavy), la incisiva 'War Pigs' (la canción que iba a dar título al álbum, de ahí la portada), la potente y pesada 'Hand of Doom' o la increíble 'Iron Man'. Cualquier grupo o movimiento que haya tocado rock duro después de este disco se ha visto influido por él, de Motörhead a Nirvana, de Metallica a Queens Of The Stone Age.



29. Creedence Clearwater Revival - Cosmo's factory (1970)

'Cosmo's factory' era el quinto disco en dos años que sacaba la Creedence. Pero, en vez de mostrar un lógico agotamiento, se trata del momento de gloria de la banda. John Fogerty vuelve a ser el foco principal, componiendo todas las canciones originales del disco, poniendo una de las gargantas más abrasivas de la historia del rock y sirviendo como guitarrista principal. Pudiera parecer que el grupo era sólo él, pero la magia conseguida por los cuatro miembros no volvería a repetirse cuando su hermano mayor Tom se marchara de la banda a finales de ése mismo año (tras haber sacado un nuevo disco). Ésa magia se puede comprobar desde la primera canción, 'Ramble tamble', un riff funky, al que se une toda la banda, da paso a un ritmo que parece sacado de los estudios Sun de Memphis en 1955, luego entra la increíble voz de Fogerty, antes de llegar a los dos minutos el ritmo comienza a descender y pasamos a un extenso puente instrumental que es puro rock de los 70, una jam que podrían haber firmado los Allman Brothers, el tempo y la intensidad vuelve a subir y, como por arte de magia, volvemos a la sección rockabilly (con algunos cambios más propios de una 'jam band'). Un hito que se ve acompañado por otras de las mejores canciones de Fogerty, el maravilloso country-rock de 'Who'll Stop the Rain' y 'Lookin' Out My Back Door', el guiño a Little Richard de 'Travelin' Band', la pantanosa 'Run Through the Jungle' (otra crítica a la guerra de Vietnam), el rock de raíces de 'Up Around the Bend' y la sentida balada 'Long as I Can See the Light', con un magnífico solo de saxofón a cargo de (¿quién si no?) John Fogerty. Para completar un clásico absoluto, fieles versiones de Elvis, Roy Orbison y Bo Diddley y una brutal 'jam' con el 'I heard it htrough the grapevine' que popularizó Marvin Gaye.



28. Television - Marquee Moon (1977)

El punk surgió en Nueva York a mediados de los 70, con epicentro en un tugurio llamado CBGB, y más que un estilo musical era una ideología que rechazaba el idealismo hippie californiano y clamaba por una ideología "hazlo tú mismo", ante el cariz virtuoso que estaba tomando la escena rock. Entre aquellos grupos destacaba Television, el grupo de Tom Verlaine que, a pesar de ser de los primeros que surgió, fue de los últimos que sacó disco. Cuando lo hicieron, la banda conocía al dedillo el repertorio y fue capaz de llevarlo un paso más allá. En especial asombraba la interacción de sus guitarristas. Los duelos a la guitarra de Tom Verlaine y Richard Lloyd son el equivalente de la música alternativa a los de Clapton y Allman en ‘Layla’, claro que si hasta ese momento el instrumento había estado enraizado en el blues lo que sonaba en 'Marquee Moon' parecía diseñado por un arquitecto de la Bauhaus. Canciones como la titular, 'See no evil', 'Elevation' o 'Prove it' son el verdadero inicio de lo que años después Perry Farrell llamaría "la nación alternativa".



27. Sly & The Family Stone - There's a riot goin on (1971)

Sly & The Family Stone habían sido la cara amable del funk, una especie de hippies que intentaban superar las barreras raciales (eran una banda integrada por negros y blancos) con himnos positivos y optimistas como 'Everyday people' o 'I want to take you higher'. Pero, en 1971, EEUU era cualquier cosa menos un lugar idílico de "amor, paz y música". Marvin Gaye había preguntado "¿Qué es lo que está pasando?" y Sly tenía la respuesta "Un disturbio es lo que está pasando". Si a esto le sumamos que la nariz de Sly estaba permanentemente salpicada de polvo blanco y que la tensión entre el líder y el resto de la banda se podía palpar tienes un disco que servía de "signo de los tiempos". Los 60 habían muerto y su sueño también, Sly estaba desilusionado y su funk se había vuelto más oscuro, lento y pesado, y sus letras mucho más cínicas, a la mezcla se añadían unas primitivas cajas de ritmos y una voz susurrada desde una depresión naciente. El resultado es uno de los discos más influyentes de la historia, con Miles Davis y Herbie Hancock bebiendo de su fuente para su mezcla entre jazz y funk, y, posteriormente, convirtiéndose en uno de los referentes claros de todo el movimiento hip hop.



26. Iggy & The Stooges - Raw Power (1973)

Los Stooges se habían disuelto sin conseguir tener ninguna repercusión pero tenían un fan que se había convertido en estrella. David Bowie hizo que Iggy Pop y el guitarrista James Williamson se mudaran a Londres para grabar un disco. Como no encontraban músicos ingleses que se adaptaran a su estilo, los hermanos Asheton fueron repescados como sección rítmica y se comenzó a grabar 'Raw Power', un título profético. El resultado no le gustó a la productora que le pasó las cintas a Bowie para que hiciera algo con ellas. Bowie le dio el resumen perfecto del disco a Iggy: “Tu música es tan primitiva que tu batería debería sonar como si estuviera golpeándola con un tronco de madera”. No solo la batería, todos los instrumentos, de la guitarra de Williamson a la voz de Iggy suenan como si fuesen agresiones. El piano de 'Raw power', la canción, suena como un martillo haciendo obras en la casa de al lado. Es un disco lleno de energía cruda, en el que los tímpanos del que lo escucha corren peligro, como se puede comprobar desde el brutal inicio con 'Search & destroy'.



25. Curtis Mayfield – Curtis (1970)

El primer disco en solitario del líder de los Impressions fue, junto al 'Hot Buttered Soul' de Isaac Hayes, el responsable de que la música negra dejara de estar enfocada a los 'singles' para pasar a centrarse en los discos. Bruce Eder de Allmusic lo llamó el 'Sgt. Pepper's' del soul de los 70 y no es una afirmación exagerada. Encuadrado por las dos canciones que abren cada cara, las más funkies y aplaudidas '(Don't Worry) If There's a Hell Below, We're All Going to Go' y 'Move on up', 'Curtis' se puede ver como un todo en el que Mayfield actúa como portavoz de la comunidad afroamericana, sirviendo de precedente a los discos de Marvin Gaye, Sly Stone o Stevie Wonder. Musicalmente es todavía más influyente con unos arreglos impresionantes adornados con cuerdas, arpas o percusiones latinas, a más gloria de unas canciones que funcionan en solitario y como conjunto.



24. Lou Reed – Transformer (1972)

'Transformer' fue el segundo disco en solitario de Lou Reed y el que logró que el neoyorquino alcanzara el éxito comercial. Algo que a su propio autor siempre le ha rechinado bastante y es que, para ese entonces, Reed ya había sacado varios discos magistrales al frente de la Velvet Underground. Ahora bajo el tutelaje de su alumno más aventajado, David Bowie, Reed se convertía al fin en una estrella del rock and roll, pero a alguien tan orgulloso como él no le gustó compartir el crédito con el autor de 'Ziggy Stardust'. Y es que la mano de Bowie se nota mucho en 'Transformer', bueno la suya y la de su mano derecha y guitarrista principal de las Spiders From Mars, un Mick Ronson que sirvió de arreglista, co productor y músico principal (tocando la guitarra, el piano, además de hacer varios coros). La mezcla fue perfecta con Reed prestando las tres mejores canciones de su carrera en solitario, 'Walk on the wild side', 'Satellite of love' y 'Perfect day' y Bowie y Ronson adornándolas hasta convertirlas en perfectas. Solo hay que escuchar el arreglo de cuerdas de Ronson para 'Perfect day' o la voz de Bowie al final de 'Satellite of love' para comprobar el amor incondicional de los ingleses por el trabajo de Reed. La tercera gran influencia del disco volvía a ser Andy Warhol, del que surgieron 'Vicious', 'Andy's chest' y la mencionada 'Walk on the wild side', el recuento más famoso de personajes de la 'factoría Warhol', Holly Woodlawn, Candy Darling, Joe Dallesandro, Jackie Curtis y Joe Campbell, coronado por el solo de saxo de Ronnie Ross, que, como el propio Lou Reed, también había sido profesor de Bowie.



23. T. Rex - Electric Warrior (1971)

Marc Bolan ya había sacado cinco discos de folk hippie antes de la aparición de 'Electric warrior' pero, tras el éxito de 'Ride a white swan' supo que su momento había llegado, olvidó su pasado acústico, y decidió formar una banda completamente eléctrica. Contrató al bajista Steve Currey y al batería Bill Legend, que se unieron al inefable Mickey Finn a las congas. Fue el comienzo del Glam Rock. Un Bolan exultante comienza a utilizar altos sombreros de copa, bufandas de boas de plumas, además de aplicarse unas gotas de brillo en sus mejillas. Esto unido a la voz más sexy de todos los tiempos, y a un ritmo básico, que algunos comenzarán a llamar 'Bolan´s Boogie', se convertirá en la marca de la casa. Si el rock and roll había perdido la efervescencia de sus inicios y las ganas de divertirse, Bolan y sus T. Rex la iban a traer de vuelta. Con 'Get it on' daría el himno oficial del movimiento. Pero 'Electric Warrior' contiene mucho más que aquel éxito, 'Cosmic dancer', 'Girl' o 'Life's a gas' demostraban que Bolan no se había olvidado de hacer maravillosas canciones con su acústica (aqunque aquí aparezcan majestuosamente acompañadas por cuerdas), 'Jeepster' demostraba que a Bolan le encantaba el 'boogie', con 'Lean Woman Blues' sacaba a relucir su lado más sexy y 'The motivator', 'Mambo sun' o 'Rip Off' son gemas perfectas de 'glam rock'.



22. Elvis Costello - My aim is true (1977)

Pocos discos de debut tienen el nivel del de Declan McManus, mejor conocido como Elvis Costello. Fichado por Stiff Records como posible compositor para Dave Edmunds, este debut se grabó en poquísimo tiempo y costó una irrisoria cantidad. Nick Lowe, el productor, supo darle la frescura que necesitaba a unas canciones que se grabaron para convencer a Edmunds pero que terminaron siendo editadas por su cuenta cuando la compañía escuchó el resultado. Y es que, a la primera, Costello entregaba una colección de clásicos a la altura de muy pocos, 'Welcome to the Working Week', 'Allison', '(The Angels Wanna Wear My) Red Shoes', 'Less Than Zero' o 'Waiting for the End of the World', si a esto le añadimos el single 'Watching the detectives' nos queda uno de los discos fundamentales de la década. Siendo un gran fan de toda su obra, 'My aim is true' sigue siendo mi disco favorito de toda su carrera.



21. Stevie Wonder - Talking book (1972)

'Talking book' hacía el decimoquinto disco de la carrera de Stevie Wonder pero se le podría considerar el segundo, tras conseguir la independencia artística de Motown. Enclavado entre 'Music of my mind' e 'innervisions', 'Talking book' me parece la cumbre de su carrera, el disco en el que todas las canciones brillan, ya sean las baladas como 'I Believe (When I Fall in Love It Will Be Forever)', 'You are the sunshine of my life' o 'Blame it on the sun', o los temas más funk como 'Supertstition' o 'Maybe your baby'. Todo ello coronado por el genio de Wonder que toca la mayoría de instrumentos (entre ellos el fundamental para su sonido, Hohner clavinet) y vuelve a demostrar que es uno de los grandes vocalistas de todos los tiempos. Además en el disco aparecen varios músicos invitados como Jeff Beck, Ray Parker Jr o David Sanborn aportando su maestría. A un disco como 'Talking book' se le queda pequeño cualquier adjetivo, siendo el mejor ejemplo de la mezcla perfecta de soul, funk, rock, jazz e, incluso, folk (véase 'Big brother') que es la música de Stevie Wonder.

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