Pese a que el euro no lo recogió en su cotización, ayer se conocieron dos datos positivos para la principal economía de la zona euro. El Bundesbank en su informe mensual señala que el crecimiento económico de Alemania se habría acelerado significativamente en el cuarto trimestre del 2016. La expansión, débil en el segundo y tercer trimestre, habría repuntado gracias a una mejora en la producción industrial, sólidos niveles de construcción y un fuerte consumo privado respaldado por un clima optimista. La proyección del Bundesbank está en línea con las estimaciones del Instituto Ifo, que la semana pasada sugirió que la economía germana está superando su ralentización de mitad de año, cuando una débil demanda de exportaciones y la incertidumbre por la decisión británica de abandonar la UE afectaron su expansión. La inflación, cuyos bajos niveles son una preocupación para el BCE, también habría aumentado con fuerza, probablemente superando el 1% en diciembre, su mayor nivel desde abril de 2014, por encima de la lectura del 0,7% del mes pasado. A estas buenas perspectivas del Bundesbank se suman también los empresarios alemanes. Según el Instituto Ifo, la confianza empresarial alemana subió en diciembre, alcanzando su mayor nivel desde febrero de 2014 y respaldando las expectativas de que la mayor economía de Europa rebotará en el cuarto trimestre, una señal de la resistencia económica frente a las incertidumbres que empañan las perspectivas de Alemania, incluyendo la decisión de Reino Unido de abandonar la UE, la impredecible política que aplicará el presidente electo de EEUU y las dudas financieras sobre Grecia e Italia.
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