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PSOE: entre la ponencia de la gestora y la candidatura de Pedro Sánchez

lunes 30 de enero de 2017, 14:10h

La lectura del documento “Bases políticas para la ponencia marco”, elaborado por el grupo designado por la gestora del PSOE, muestra claramente la opción elegida ante la disyuntiva que enfrenta el socialismo español: a) partir del espacio socialdemócrata en proceso de actualización o b) aceptar la carrera hacia la radicalidad que determinan otros partidos surgidos al calor de la crisis, Podemos el más evidente. Sin lugar a dudas, el documento mencionado refleja un apropiado esfuerzo por respaldar la primera opción. Su lema central, “una democracia fuerte para una sociedad más justa”, responde claramente a los fundamentos socialdemócratas.

Desde luego, hay en el texto algunas concesiones al fragor político, como por ejemplo el mantenimiento de la tendencia a demonizar al PP, que aparece como “deliberadamente” perverso, o la necesidad de suavizar la crisis interna, como cuando se dice (p. 11) que la organización socialista se encuentra “algo (sic) dañada en los últimos meses” (también parece broma lo de “los últimos meses” para referirse a una crisis que dura largos años).

Pero más allá de estas perlas discursivas, la esencia del documento se mantiene en el esfuerzo de actualización del PSOE desde su natural espacio socialdemócrata. Merece la pena destacar la franqueza y el coraje con que se defiende la democracia representativa, como la base fundamental del sistema constitucional democrático, sin despreciar los procesos de democracia directa cuando sean necesarios.

La única observación que puede hacerse en este plano refiere precisamente a la falta de actualización referida a la calidad de la ciudadanía. La ponencia parte del supuesto –cada vez más superado- de que la ciudadanía presenta de por sí una alta cultura cívica y política, lo cual es evidente que no es cierto (2016 ha sido un año rotundamente probatorio al respecto). Debido a ese error, la ponencia centra toda su atención en la necesidad de representar bien los deseos y necesidades de la ciudadanía, como si ésta tuviera meridianamente claro su orientación al bien común. Nada menos cierto. Una de las cosas para las que están sirviendo las redes sociales digitales es precisamente para demostrar los bajos niveles cívicos y políticos que presenta una buena parte de la ciudadanía. Es decir, la socialdemocracia más actualizada tiene hoy un compromiso doble: por un lado, representar adecuadamente a la ciudadanía pero, por el otro, crear ciudadanía sustantiva.

En varios países, pero sobre todo en Alemania, esa tarea se la han encargado a las fundaciones de los partidos políticos. Sin embargo, es evidente que la creación de ciudadanía democrática no puede ser sólo una tarea de las fundaciones, sino de un amplio conjunto de actores, que van desde las instancias del sistema educativo hasta las instituciones culturales del Estado y los partidos políticos. Por eso, este documento conceptual debería contemplar el compromiso del PSOE en la creación de ciudadanía o, en otras palabras, en elevar la calidad de la ciudanía democrática.

Ahora bien, creo que el mayor problema que tiene este positivo esfuerzo por establecer las bases socialdemócratas reside en el contexto de conflicto orgánico existente hoy en el PSOE. El reciente anuncio de Pedro Sánchez de que se va a presentar a las primarias para elegir Secretario General del partido socialista plantea la pregunta de si este guion conceptual tiene algo que ver con el discurso panfletario de Sánchez. Porque es evidente que la ponencia mencionada no responde en absoluto a la consigna radical del “NO es NO”. En otras palabras, no parece compatible el espíritu del documento con la orientación política de Pedro Sánchez. ¿Entonces? Todo indica que si Pedro Sánchez sale elegido este documento de bases será papel mojado.

Por cierto, que el escenario que se forma en el PSOE sobre las primarias no es precisamente sencillo. Los dos candidatos que se presentan no siguen la orientación política de la gestora. Sánchez está en las antípodas y López parece situarse en un hipotético punto medio entre Sánchez y la gestora. Ahora falta saber si habrá alguna candidatura que se asocie a la orientación de la gestora, ya sea Susana Díaz u otro. En el caso de que así fuera, se formaría un triángulo que podría dar lugar a jugadas de carambola.

En efecto, a menos que uno de los tres candidatos barriera, lo cual es poco probable, podrían darse varias situaciones interesantes. La primera, que la candidatura asociada a la gestora ganara las primarias porque las otras dos (López y Sánchez) mantuvieran su división hasta el final. La segunda, que los candidatos López y Sánchez llegaran divididos pero en el último momento hicieran un pacto contra la gestora, presentándose únicamente uno de ellos (que sería votado por los partidarios del otro). Y la tercera opción, que se llegara a un pacto entre la candidatura asociada a la gestora y López, para evitar el regreso de Sánchez.

El juego posible de alianzas refleja bien las sensibilidades que componen el PSOE. Sin embargo, hay algunas certidumbres en medio de todo: parece tremendamente difícil que la sensibilidad asociada a la gestora (que se refleja en el documento de bases mencionado) pueda aceptar el retorno de Sánchez con su No es No y su propuesta de alianza con Podemos. Si Sánchez regresa a la Secretaria General la división del partido está servida. Claro, también puede que haya rupturas menores en caso de que la sensibilidad de la gestora ganara las primarias, pero es probable que la cosa no pasara más allá de la perdida completa de relevancia de la figura poco socialdemócrata de Pedro Sánchez.

Enrique Gomáriz Moraga

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