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Foto: Carmen Prieto
Foto: Carmen Prieto (Foto: Carmen Prieto)

'Éste es un país libre y si no te gusta vete a Corea del Norte': el universo total de Íñigo Guardamino

martes 07 de marzo de 2017, 08:41h

Íñigo Guardamino ni es un joven, ni es una promesa. Es un dramaturgo personalísimo que debe de levantar tantas adhesiones como iras, tantas filias como fobias. Y es que, ya se sabe, en este país no te perdonan eso de tener una voz propia, un criterio personal, una óptica singular sobre todo y sobre todos. Al dramaturgo bilbaíno le da igual, y hace muy bien, porque sigue ofreciendo a su público historias disparatadas -a veces divertidas, a veces inquietantes-, surrealistas, absurdas, provocadoras y valientes que, finalmente, cuestionan al espectador sobre el alcance de todos esos adjetivos y si en ellas hay o no más de realismo, costumbrismo, escepticismo y rabia de la que parecen a primera vista.

Con todo, el humor ácido, despiadado incluso, que despliega Guardamino en la hora y media de este nuevo montaje que acoge la Sala Nave 73 durante todo el mes de marzo, es inteligente y exige del espectador toda su atención, y en todos los resortes que configuran el hecho teatral: el texto, la interpretación y la gestualidad de los actores, el deslumbrante espacio escenográfico de Alessio Meloni, la música de David Ordinas y el espacio sonoro de María José Pazos, la luz de Pedro Guerrero, el vestuario de Pier Paolo Álvaro, el movimiento corporal de los actores orientado por Ksenia Guinea y hasta los silencios y los fundidos en negro. Todos esos campos tienen al frente a profesionales más que notables y eso se nota en el resultado final. Parecería que el Guardamino dramaturgo no se fía más que de sí mismo, al menos para levantar por vez primera cualquiera de sus montajes, porque el director de escena exige tanto sobre el escenario como el Íñigo dramaturgo sobre el papel.

En ‘Este es un país libre y si no te gusta vete a Corea del Norte’, una expresión que parecería más propia de discusión de café que de título de una obra dramática, se habla sin embargo de la libertad y de sus límites, de modo que nunca mejor traído a un título su falta en extremo en la Corea de Kim Jong-un.

Cinco historias se plantean simultáneamente en diversos cuadros que tienen tanto de teatrales como de cinematográficos. A todos sus personajes dan vida tres soberbios actores: Natalia Díaz, Sara Moraleda y Rodrigo Sáenz de Heredia (¡impresionante esa elegía del viudo echando arena sobre la tumba de su amada...!). La primera historia la trae el nacimiento de un pequeño, que los padres esperan con la ilusión normal de quien aguarda la llegada de un primer hijo; pero resulta que el recién nacido tiene el cuerpo de cualquier humano y la cabeza de dingo, y eso acabará alterando la concordia de sus padres. Una segunda historia sitúa a una preadolescente que va a hacer la Primera Comunión y descubre ciertos poderes que comparte con su mejor amiga, al apropiarse de la hostia consagrada. En la tercera, dos novios planifican su boda y, mientras acuerdan con una fotógrafa la filmación y el álbum fotográfico, descubren sus miedos y, con ellos, su inmadurez. La cuarta historia implica a un viudo que tiene que volver a rodar varias secuencias para redondear el montaje del funeral de su mujer. Y, por último, un ciudadano de Corea del Norte tiene que vérselas con la militarización de toda la sociedad,el hambre generalizada y las ejecuciones constantes. Y aunque pueda parecer que no hay puntos en común en todas esas historias, finalmente se descubre que no es así…

La utilización ingeniosísima del lenguaje (“…tipos de interés…Y tipas de interés”, por ejemplo) es constante en todo el montaje y no deja de sorprender al espectador en escenas que tienen tanto de realismo costumbrista como de surrealismo daliniano, sobre todo en esos cuadros donde Guardamino muestra su particular visión sobre la teología cristiana, o la incentivación del dolor del desconsolado viudo que sucumbe a los sabios consejos de la fotógrafa para alcanzar el final feliz.

Con todo, el teatro de Guardamino está atravesado de una fortísima personalidad y de una aguda mirada sobre el sinsentido de muchas de las actitudes aceptadas en nuestros días (¿por qué no puede haber una alternativa más eficaz al capitalismo que el comunismo de Corea del Norte?, la comunicación humana habría de tener un lugar central en nuestras vidas, etc.). Su teatro es de obligado paso para los espectadores que buscan algo nuevo, provocador, distinto, frontal, visceral y esencial de todo lo humano.

‘Este es un país libre y si no te gusta vete a Corea del Norte’

Texto y dirección: Iñigo Guardamino
Intérpretes: Natalia Díaz, Sara Moraleda y Rodrigo Sáenz de Heredia
Ayudante de dirección: Pablo Martínez Bravo
Ayudante escenografía: Paola de Diego
Realización suelo: Neo Escenografía
Fotografía: Carmen Prieto
Canciones: David Ordinas (música) e Iñigo Guardamino (letra)
Espacio Sonoro: María José Pazos
Voz en off: David García Vázquez, Crismar López, Elena Rayos, David Ordinas y Sara Luesma
Diseño gráfico: Andrés Sansierra
Vídeo: Una Moneda Para Rodar
Una producción de La Caja Negra Teatro
Sala Nave 73,Madrid

Sábados y domingos de marzo de 2017

José-Miguel Vila

Columnista y crítico teatral

Periodista desde hace más de 4 décadas, ensayista y crítico de Artes Escénicas, José-Miguel Vila ha trabajado en todas las áreas de la comunicación (prensa, agencias, radio, TV y direcciones de comunicación). Es autor de Con otra mirada (2003), Mujeres del mundo (2005), Prostitución: Vidas quebradas (2008), Dios, ahora (2010), Modas infames (2013), Ucrania frente a Putin (2015), Teatro a ciegas (2017), Cuarenta años de cultura en la España democrática 1977/2017 (2017), Del Rey abajo, cualquiera (2018), En primera fila (2020), Antología de soledades (2022), Putin contra Ucrania y Occidente (2022), Sanchismo, mentiras e ingeniería social (2022), y Territorios escénicos (2023)

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