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Los ricos más ricos crean la riqueza de las naciones

miércoles 03 de mayo de 2017, 13:18h

La riqueza de las naciones es la obra más célebre de Adam Smith. Publicado en el 9 de marzo de 1776, es considerado el primer libro moderno de economía. Se trata de una investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones

Smith expone su análisis sobre el origen de la prosperidad de países como Inglaterra o los Países Bajos. Desarrolla teorías económicas sobre la división del trabajo, el mercado, la moneda, la naturaleza de la riqueza, el precio de las mercancías en trabajo, los salarios, los beneficios y la acumulación del capital. Examina diferentes sistemas de economía política, en particular, el mercantilismo y la fisiocracia; asimismo, desarrolla la idea de un orden natural. Este «sistema de libertad natural», como lo llama Smith, es el resultado del libre ejercicio del interés individual que beneficia exitosamente, sin proponérselo, al bien común en la solución de problemas y satisfacción de necesidades por medio de la libre empresa, de la libre competencia y del libre comercio. Se trata del documento fundador de la economía clásica y, sin duda, del liberalismo económico.

Bueno, pues no han cambiado gran cosa, la base teórica, pues es el individuo quien en su afán egoísta por ser rico, de paso crea la riqueza que luego se apresuran a distribuir Los Estados Leviatanes que llenan de impuestos a las naciones. Mi tesis es que si no hubiera ricos muy ricos, no existirían ni las clases altas, ni las medias, ni las bajas. Contrariamente a los que desde el punto de vista marxista se aferran a la teoría del reparto. Hay que cuidar a los muy ricos, procurando que no se constipen, para seguir creando riqueza.

En España, por ejemplo, los últimos coletazos de la crisis económica y los primeros pasos de la recuperación han supuesto, en general, una buena época para los que más tienen. El número de supermillonarios en España no deja de crecer, según la estadística más reciente del impuesto de patrimonio: si en la declaración del 2012 -presentada en el 2013- 569 contribuyentes aseguraron ante la Agencia Tributaria que poseían bienes y derechos por un valor superior a 25 millones de euros, en el 2014 ya alcanzaron los 678. Es decir, en sólo un par de años el club de los más acaudalados ha crecido un 19,1%. Los 61 contribuyentes con una base imponible superior a 100 millones de euros declararon de media 205,8 millones. Al menos esto afirma un informe del Ministerio de Hacienda publicado el 7 de febrero.

En total, 181.874 contribuyentes presentaron su declaración sobre el impuesto de patrimonio en el 2014, un 4,8% más que dos años antes. Fue precisamente en el 2012 cuando se abrió el último proceso de amnistía fiscal y el primer ejercicio en el que fue obligatorio declarar los bienes en el extranjero.

Crecen las declaraciones en los segmentos más altos, lo que demuestra que la riqueza se va repartiendo diluyéndose desde lo alto de la pirámide y aunque crece el volumen de declarantes en prácticamente todos los tramos, en los segmentos más altos hay incrementos notables, como los que declaran entre 7,5 y 10 millones de euros (16,7% más que en 2012), entre 4 millones y 4,5 millones (11,2%) y entre 10 y 25 millones (10,3%). El informe, hace una radiografía del patrimonio de los contribuyentes más ricos. Si se atiende a la base imponible declarada, de media, el 27% corresponde a inmuebles, el 23% a acciones, otro 21% a fondos de inversión y un 15,2% en depósitos bancarios.

El Estado Leviatán. En España, sin embargo, cada comunidad autónoma tiene capacidad para elevar o rebajar este impuesto cedido por el Estado el más injusto junto con el de plusvalías. El caso de Madrid es extremo, ya que exime del pago a todos los contribuyentes que residen en dicha comunidad –y que acumulan nada menos que la cuarta parte de la base imponible declarada en toda España Aparte del caso extremo de Madrid, el tipo efectivo medio del impuesto de patrimonio, en retroceso en los dos últimos años y un punto por debajo del 2007, fue del 0,41%. Catalunya, con un 0,61% se encuentra en el grupo de autonomías con la presión más elevada, sólo superada por Galicia (0,79%), Extremadura (0,68%), Murcia (0,63%) y Andalucía (0,62%).

Tenemos un ejemplo singular en España. Amancio Ortega nunca había sido tan rico como hoy. El fundador de Zara pisa los talones a Bill Gates como el hombre MÁS RICO DEL PLANETA. Los más de 73.000 millones de euros en los que puede valorarse la fortuna actual de Ortega le convierten en el segundo hombre más rico del planeta, tras el fundador de Microsoft. La revista Forbes estima que el patrimonio de Bill Gates es de 87.300 millones de dólares (79.443 millones de euros aproximadamente), y el de Ortega de 80.800 millones de dólares (unos 73.528 millones de euros). La publicación estadounidense calcula que la fortuna de Jeff Bezos, el fundador de Amazon, es parecida a la de Ortega, 80.400 millones de dólares. Estos super ricos son los ejemplos en los que se funda la actividad de aquellos empresarios que están por debajo de ellos, muy al contrario de los que afirman que La aritmética es brutalmente simple. Si menos de 100 personas controlan la misma cantidad de riqueza que los 3.500 millones más pobres del planeta, el resultado puede expresarse con una sola palabra: Desigualdad.

Y por ello justifican un criterio de reparto. Y no se define únicamente por la brecha entre los que tienen más y los que tienen menos. También se evidencia en el acceso a agua potable, electricidad, saneamiento, educación, salud y otros servicios básicos. La expansión de la economía a comienzos de este siglo ayudó a millones de personas a salir de la pobreza extrema. La ONU y otras organizaciones internacionales se han propuesto el objetivo de acabar con la pobreza para 2030. Pero eso implica que cada año 50 millones de personas deberían comenzar a tener ingresos por encima de US$1,90 al día. Es decir, cada semana aproximadamente 1 millón de personas tendrían que salir de la pobreza durante los próximos 15 años. ¿Es posible? Una de las formas de medir la desigualdad es el índice de Gini, que permite identificar hasta qué punto la distribución del ingreso se aleja de un reparto perfectamente equitativo. El problema es que la equidad sin incentivación para trabajar no trae riqueza, por el contrario, la paraliza, como sucedió en las URSS con el comunismo. Mejor Ricos que den ejemplo, que reparto de pobreza.

BERNARDO RABASSA ASENJO.
PRESIDENTE DE CLUBS Y FUNDACIONES LIBERALES. MIEMBRO ASOCIADO DE ALIANZA LIBERAL EUROPEA (ALDE), PREMIO 1812(2008). PREMIO CIUDADANO EUROPEO 2013. MEDALLA AL MÉRITO CULTURAL 2015, PSICOLOGO SOCIAL.

Bernardo Rabassa

Presidente de clubs y fundaciones liberales. Miembro asociado de Alianza Liberal Europea (ALDE). Premio 1812 (2008). Premio Ciudadano Europeo 2013. Medalla al Mérito Cultural 2015. Psicólogo social. Embajador de Tabarnia. Presidente del partido político constitucionalista Despierta.

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