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Comparación de los mensajes del Rey padre y el Rey hijo, 36 años después del 23-F

Comparación de los mensajes del Rey padre y el Rey hijo, 36 años después del 23-F

miércoles 04 de octubre de 2017, 08:46h

Desde que ayer tuviera lugar la emisión del mensaje extraordinario y especial del monarca Felipe VI, han sido inevitables las comparaciones con el ya histórico y célebre mensaje televisado de su padre Juan Carlos I con ocasión del 23-F de 1981.

36 años después de ese intento de golpe de Estado, otro rey, su hijo, ha tenido que salir a la televisión para enviar otro mensaje importante "a la nación". Expresión que, más que nunca, está en entredicho y a debate por el otro concepto de moda, que es la "nación de naciones" que sería España para otros sectores de la sociedad.

El caso es que tanto tiempo después, los españoles hemos asistido a un mensaje especial y fuera de agenda de un monarca por un motivo de gran importancia para el país. Por ello también fue inevitable, como decíamos, que se hicieran y se hagan comparaciones entre los mensajes del Rey padre y el Rey hijo, 36 años después del 23-F.

El primero, el de hace más de 3 décadas, tuvo un valor esencial para el país. Todos esperaban saber qué diría la Corona sobre el intento de acabar con la recién nacida democracia. Su pronunciamiento fue clave para desactivar el golpe de Tejero y los sectores que le apoyaban entre políticos, militares y fuerzas de seguridad. El de ayer tenía un cariz distinto.

En realidad, lo que se pedía a Felipe VI es que rompiera su silencio debido a los graves incidentes en Cataluña desde el domingo, jornada de votación del referéndum ilegal. Pero gran parte de los que reclamaban esa ruptura de silencio lo que buscaban en el jefe del Estado era un mensaje conciliador, llamando al diálogo y al fin de cualquier episodio de violencia, de cualquier parte, sin posicionarse a favor de una y dejando fuera a los que piensan de manera distinta en esta crisis constitucional de España. Sin embargo, sólo satisfizo a quienes esperaban de él y del Gobierno de Rajoy contundencia y mano firme contra los separatistas catalanes.

Fue un mensaje equivocado y poco empático. Sólo se dirigió a los suyos, a los españoles de una parte: los que piensan como él y el PP. No dio pie a reconocer las reivindicaciones de parte del pueblo español, catalán o no, que están a favor de convocar un referéndum, mejor si es con una reforma constitucional.

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