El Gobierno Rajoy tiene claro que cualquier medida que toma para parar el proceso independentista le resta apoyos internacionales después de la mala imagen ofrecida el domingo durante las votaciones del referéndum ilegal. Por eso, se encomendará con gusto a cualquier mediación que tome en este tenso momento político la Unión Europea.
Al Ejecutivo central le será muy beneficioso cualquier paso desde Bruselas u otro país de la Unión siempre que se respalde su postura de que ningún territorio puede independizarse del Estado español. Una vez fijado ese límite, se ve con buenos ojos cualquier negociación dentro de la Ley y la Constitución.
El entorno de Rajoy y el resto de principales mandos de su gabinete es consciente de que ya tiene poco margen para moverse y que cualquier paso adelante no tendrá punto de retorno: artículo 155 para suspender la autonomía catalana o proceder a detenciones de dirigentes de la Generalitat e incluso del propio president Puigdemont, además de la presidenta del Parlament, Carme Forcadell.
Europa ya lo debate
En esa línea, el vicepresidente primero de la Comisión Europea, Frans Timmermans, apeló ayer ante el Parlamento Europeo al diálogo dentro de la Constitución para "salir de un callejón que parece sin salida" en Cataluña. "Lo único que hace falta es voluntad política", dijo. Timmermans defendió la defensa de la democracia, el Estado de derecho y los derechos fundamentales, e insistió en que el referéndum del 1-O fue ilegal. Asimismo, se refirió a las "imágenes terribles" que se vieron el domingo y apuntó que la violencia "no sirve para resolver los problemas aunque es "obligación de cualquier gobierno imponer la ley con un uso proporcionado de la fuerza".
En el debate, el presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, dijo que una declaración de independencia con respecto a un Estado miembro contradice el ordenamiento jurídico europeo y provoca "una peligrosa división". El líder de los populares, Manfred Weber, dijo que el referéndum "no es válido" y consideró "inaceptable" que un gobierno como el catalán "anime a sus ciudadanos a incumplir la ley".
El socialista Gianni Pitella apuntó que una declaración unilateral sería "una provocación adicional". El liberal Guy Verhofstadt advirtió de que declarar la independencia sobre el resultado de un referéndum "engañoso" es "irresponsable" y causaría una "fractura fatal en la sociedad".
Por su parte, Steffen Seibert, portavoz de la canciller alemana, pidió respeto por la Constitución y el Estado de derecho en Cataluña pero descartó cualquier mediación en un problema que considera "conflicto interno" español.
También ha llegado este asunto a EEUU. La portavoz del departamento de Estado, Heather Nauert, instó a todas las partes implicadas en el conflicto a resolver sus diferencias de forma "no violenta" y "de acuerdo con la ley española".
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