El Gobierno se lava las manos al considerar que Puigdemont rechazó el diálogo

La ausencia del presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, en el Senado es interpretada por el Gobierno como un rechazo al diálogo, así como cualquier cosa que suceda hoy en el Parlament, incluida la declaración unilateral de independencia.

El portavoz del Ejecutivo, Íñigo Méndez de Vigo, dijo ayer que es la demostración de que "no quiere dialogar". Desde el PP, el vicesecretario de Comunicación, Pablo Casado, dijo que la renuncia de Puigdemont a acudir al Senado es "un desprecio para toda España, pero sobre todo para aquellos españoles que viven en Cataluña". Casado añadió que lo que toca ahora es "restituir la legalidad y la democracia" en Cataluña.

En la prensa, el diario LA RAZÓN señala que "Rajoy blinda la unidad de su Gabinete sobre la intervención en Cataluña". El periódico de Planeta informa que "nadie discutió su orden de elevar el tono para aseverar que unas elecciones no eran suficientes" para no aplicar el 155.

Dentro de las medidas que prepara el Gobierno para aplicar el 155 en Cataluña, EL PAÍS dice que el Ejecutivo "nombrará una comisión que asuma el papel de la Generalitat". Al frente de ella estará un ministro de perfil más técnico que político, y previsiblemente será catalán. Por su parte, EL MUNDO dice que dirigentes del PP quieren "un perfil político, pero no un ministro, para dirigir el plan". Según este diario, "el Gobierno prepara el 155 y teme que Puigdemont se atrinchere".

En otro orden de cosas, EL MUNDO señala que "el largo proceso de la crisis catalana ha hecho mella en el Gobierno y ha reabierto las tensiones latentes entre los partidarios de haber actuado antes y los que preferían dar margen al diálogo y a la cautela". "Santamaría y Cospedal encabezaron las dos corrientes sobre la aplicación del artículo 155".