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Agricultura (Foto: Pixabay)

La Comisión Europea cierra filas con el controvertido glifosato en respuesta a un millón de europeos que pidieron su prohibición

> Contesta así a una Iniciativa Ciudadana Europea prometiendo más transparencia con los plaguicidas

martes 12 de diciembre de 2017, 16:41h
La Comisión Europea ha respondido a la Iniciativa Ciudadana Europea (ICE) que solicitaba la prohibición del controvertido glifosato con una mera promesa de aumentar la transparencia en relación a los estudios científicos sobre los pesticidas.

El pasado 27 de noviembre, los Veintisiete votaron a favor de la propuesta de la Comisión para renovar por otros cinco años la autorización del controvertido glifosato para las plantaciones agrícolas. Una decisión que despertó un gran debate sobre el uso de los plaguicidas en la Unión Europea y que motivó una petición de prohibición respaldada por un millón de europeos.

Ante la Iniciativa Ciudadana Europea (ICE) titulada «Prohibición del glifosato y protección de las personas y del medio ambiente frente a los pesticidas tóxicos», la Comisión Europea se ha comprometido a presentar una propuesta legislativa en 2018, a fin de seguir aumentando la transparencia -con el acceso público a los datos brutos- y la calidad de los estudios utilizados en la evaluación científica de las sustancias para perfeccionar el proceso de autorizar, restringir o prohibir el uso de plaguicidas. Asimismo, la Comisión se ha comprometido a efectuar un seguimiento de este asunto en relación a la promoción de un uso más sostenible de los plaguicidas.

No obstante, la Comisión Europea insiste en que tras una evaluación científica exhaustiva de todos los datos disponibles hasta la fecha -se habrían hecho públicas más de 6.000 páginas- sobre el glifosato, se llegó a la conclusión de que no existe ningún vínculo entre esta sustancia y el cáncer en los humanos. Pese a ello, el ejecutivo comunitario justifica que se autorizara su uso para los próximos 5 años y no 15 como suele ser habitual esgrimiendo que "el glifosato no es un caso habitual" ya que sobre esta sustancia se publica nueva información a un ritmo elevado. Además, de esta manera se garantizaba un mayor consenso entre los Estados miembros.

"Desde el inicio de mi mandato, he sido un firme partidario de aumentar la transparencia en la toma de decisiones y en cuanto a las condiciones de acceso a los estudios científicos en que se basa la aprobación de sustancias activas. De hecho, presentaré una propuesta para abordar estas cuestiones hacia la primavera de 2018. Sin embargo, es igual de importante que los Estados miembros asuman su responsabilidad por lo que respecta a la autorización de plaguicidas en sus propios mercados. También deben velar por que los plaguicidas se utilicen de manera sostenible y siguiendo exactamente las instrucciones de su etiqueta. Transparencia, independencia y uso sostenible de los plaguicidas, esos son nuestros objetivos. En ellos debe basarse nuestro trabajo y en ellos centraré mi atención", valoró Vytenis Andriukaitis, comisario de Salud y Seguridad Alimentaria.

La respuesta de la Comisión a las tres peticiones de la ICE sobre el glifosato:

  1. «Prohibir los herbicidas basados en el glifosato, ya que la exposición a esta sustancia se ha relacionado con el cáncer en humanos y con la degradación de ecosistemas»:

Los Estados miembros son los responsables de la autorización, el uso o la prohibición de productos a base de glifosato en su territorio. En la UE solo se aprueban las sustancias con respecto a las cuales existen pruebas objetivas de uso seguro. Tras una evaluación científica exhaustiva de todos los datos disponibles sobre el glifosato en la que se llegó a la conclusión de que no existe ningún vínculo entre esta sustancia y el cáncer en los humanos, y con el voto favorable de los representantes de los Estados miembros emitido el 27 de noviembre de 2017, la Comisión ha adoptado la renovación de la aprobación del glifosato por un período de cinco años. El presidente Juncker incluyó este asunto en la agenda del Colegio de Comisarios en varias ocasiones, a fin de garantizar la plena propiedad política de la Comisión. Basándose en estos debates políticos, y teniendo en cuenta la posición del Parlamento Europeo, la Comisión decidió reducir la duración de la renovación propuesta de los quince años habituales a cinco, asegurándose así el apoyo más amplio posible de los Estados miembros.

  1. «Garantizar que la evaluación científica de los pesticidas sometidos a aprobación reglamentaria en la UE se base exclusivamente en estudios publicados y encargados por las autoridades públicas competentes, y no por la industria de los pesticidas»:

La Comisión está plenamente de acuerdo con que la transparencia en las evaluaciones científicas y en la toma de decisiones es fundamental para asegurar la confianza en el sistema reglamentario de la seguridad alimentaria. Es fundamental mantener y mejorar un sistema de evaluaciones científicas sólido, transparente e independiente. Para la primavera de 2018, la Comisión presentará una propuesta legislativa que abarque estos y otros aspectos pertinentes, como el de la gobernanza de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA). La Comisión propondrá modificar las normas actuales para garantizar la disponibilidad pública de los estudios científicos. Los ciudadanos deben poder comprender la manera en que se toman estas decisiones de tan amplio alcance, en las que se autorizan o prohíben determinadas sustancias. La responsabilidad política y el aumento de la transparencia son dos caras de la misma moneda.

  1. «Establecer objetivos de reducción del empleo de pesticidas de carácter vinculante en toda la UE, con vistas a un futuro libre de pesticidas»:

La política de la UE está ya orientada a reducir la dependencia de los plaguicidas y lograr un futuro sin ellos, como pide la Iniciativa Ciudadana Europea. La Comisión se esforzará por garantizar que los Estados miembros cumplan sus obligaciones en el marco de la Directiva sobre el uso sostenible y reduzcan la dependencia de los plaguicidas. También se ha invitado a los Estados miembros a que fijen objetivos más precisos y mensurables en sus planes de acción nacionales. Además, para hacer un seguimiento de las tendencias en la reducción de los riesgos del uso de plaguicidas a escala de la UE, la Comisión establecerá indicadores de riesgo armonizados que se sumarán a los indicadores de riesgo nacionales ya existentes. Estos indicadores han de permitir a la Comisión determinar la eficacia de las medidas cuando evalúe futuras opciones de actuación. La Comisión volverá a evaluar la situación sobre la base de los datos resultantes y sopesará la necesidad de fijar objetivos obligatorios a escala de la UE para los plaguicidas.

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