www.diariocritico.com

IndepeSniff

jueves 14 de diciembre de 2017, 12:13h

Se quejaba Joan Tardá el otro día en el congreso de que un madrileño con el que se cruzó en la Plaza Neptuno le espetó “Lo que tenéis que hacer los catalanes (independentistas) es dejar de tocar los cojones”.

La verdad, dicha pronto, claro y en plata, es que sí tocáis los cojones. Y los huevos. Y los güevos y hasta los collons. Esa estúpida realidad virtual, subjuntiva, inexistente en la que creéis vivir, tediosa, odiosa, insoportable e ilegal, resulta difícil de digerir con el rosario de bobadas racistas de los de la barretina enroscada: los estafadores del PDCat, los zombies de ERC disfrazados de Halloween, los inanes-ininis de los comunes y los kaleborroka de la CUP.

Decía Josep Pla, ese facha, que "Hablando con sinceridad, el catalán es un pueblo ploraner, llorica”, y lo es ciertamente: ahí está todo un pensamiento político elaboradísimo, enjundiosísimo, historiquísimo, bibliquísimo y GuifréElPilosísimo de los IndepeSniff, construido sobre los sólidos cimientos de una debilidad infantil que se parece mucho al niño malcriado que se agarra una pataleta cada vez que se le antoja un capricho imposible.

Los IndepeSniff tienen su propia mitología con vírgenes, santos y protomártires: ahí están Marta Rovira y su cerebro virgen, los Jordis y su pacifismo proetarra y hasta mossén Junqueras, ese curita revenido y melífluo al que se le han atragantado, cual Quijote castellano manchego -uy lo que he dichoooo- , sus lecturas sobre mitomanía catalana.

Empecemos por negar la mayor: no existe histórica ni políticamente ningún país catalán ni nada por el estilo (resuenen con alegría los sollozos de mi terra, si us plau, que para desbordar las lágrimas aún queda artículo).

-Escolti que vostè no em pot dir com m'he de sentir dins de la meva ànima. (-Oiga que usted no me puede decir como me tengo que sentir dentro de mi alma)

-Ni tampoco ud. se puede pasar la vida insultando, despreciando y ofendiendo al resto de españoles solo porque no pensamos como ud. y sí respetamos las leyes.

En estas fechas tan señaladas, el rey emérito me permita el plagio, los catalanes colocan en el Belén la figura de un caganer, un payés con faja y barretina que se caga escondido en la Navidad, excelente metáfora de la actitud IndepeSniff: de que se trata que jo em cago en tot. En realidad y habida cuenta de que el origen del caganer es portugués -apa, vinga, un altre fatxa intentant robar-nos la identitat i les institucions catalanes-, los IndepeSniff deberían implantar una figurita bien autóctona, bien enfundada en el adn catalanosniff, una que nadie les pueda disputar: el Ploraner.

Esta pandilla levantisca me llama facha porque no pienso como ella; se inventa mil heridos cuando apenas fueron cuatro y no hubo foto de Puigdemont vestido de Anatomía de Grey al lado de los heridos y eso es molt sospitós: habría sido un excelente christmas navideño con Marta Rovira en el papel de Verge María, con Oriol Junqueras de ingenuo sant Josep, con Turull, Romeva y Artur Mas de sus reales majestades acompañaditos del paje Rufián -alguien tiene que llevar los regalos y esta luminaria en monosílabos tiene contactos en el chino-; con Karmele Marchante de angelito sobre el portal y el fiel y leal Guardiola de yellow-pastoret. Carme Forcadell no está porque se ha ido a Gucci a comprar zapatos y bolsos. ¿Y quién haría de Nen Jesús? Ah, claro, Hada Colau.

-Oiga, que se escribe sin hache.

-Se equivoca, amigo, esta Colau tiene superpoderes y por eso va con H.

Cada vez que sueltan una lágrima, mil insultos la acompañan, todos ellos para señalarnos como fascistas a los que estamos del lado de la ley y entonces, al ver a Puigdemont libre como un taxi bruselense, veo que los españoles somos tolerantes y pacientes hasta límites insospechados, como un padre cuando su niño le monta una escandalera y luego se va de casa, eso sí, por quince minutos y volviendo para la cena electoral no sea que me quede sin manduca, sin subvención y sin coche oficial, nen quin fret fa a Bruselas, tú.

El 21 espero que los desalojemos de las instituciones y que, al menos durante una legislatura, pueda dejar de oír sus dramones de culebrón venezolano, sus lágrimas de plañidera siciliana, sus insultos racistas y su falacia ad ignorantiam.

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)

+
0 comentarios