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'Ilusiones' dinamita la frontera entre lo narrativo y lo dramático
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(Foto: Pablo Ramos Escola)

'Ilusiones' dinamita la frontera entre lo narrativo y lo dramático

viernes 27 de abril de 2018, 16:52h
Dos parejas de octogenarios -Dani, Sandra, Alberto y Margarita-, con la muerte ya en su horizonte vital, se erigen en protagonistas de una historia que narra sus propias vidas, que tienen más elementos en común de lo que parece a primera vista. Así nos lo van haciendo saber otros cuatro narradores, dos hombres y dos mujeres, de quienes no conocemos nada, pero que parecen erigirse en la conciencia colectiva de las dos parejas de octogenarios enamorados.

Este podría ser el resumen de un montaje que acaba de subir al Pavón Teatro Kamikaze de la mano de uno de sus directores artísticos, Miguel Del Arco (Madrid, 1965), que ha puesto en pie 'Ilusiones', del actor y dramaturgo ruso afincado en Polonia, Ivan Viripaev (Irkoutsk Siberia, 1974), que se estrenó en 2011 en el Teatro Praktka de Moscú, dirigido por el propio dramaturgo. Se trata de un drama existencial, más que de una comedia existencial como el propio autor la denomina, no sin cierto y amargo sentido del humor. Un humor que, no obstante, atraviesa también el montaje de principio a fin con guiños, con equívocos y con bromas inesperadas e inteligentes que hacen más amable y digestivo un drama que cuestiona el por qué y el para qué de la misma existencia del hombre, y que disecciona las enormes dificultades de comunicación que se interponen entre nosotros, siempre esclavos de la realidad y el deseo, de la pasión por la vida y su inevitable final, la muerte.

A Dani, Sandra, Alberto y Margarita, así como a los cuatro narradores les insuflan vida cuatro estupendos actores, Marta Etura, Daniel Grao, Alejandro Jato y Verónica Ronda, que dan una verdadera lección de desdoblamiento físico y emocional sobre las tablas, en un constante cambio de identidades, que exige de todos ellos una versatilidad y un conocimiento del oficio extraordinarios.

La RAE define el concepto de ilusión como la "imagen o representación sin verdadera realidad, sugeridos por la imaginación o causados por engaño de los sentidos". Y el título del montaje alude exactamente a eso, al difuso límite existente entre realidad y ficción, entre el "amor correspondido" y el "no correspondido", entre la verdad y su apariencia, que pueden permanecer hasta el último instante de la existencia de un ser humano. De ahí que, con frecuencia Miguel del Arco haya insertado varias rupturas narrativas ("¡…es broma!"), tanto entre el prólogo, los tres actos y el epílogo en que ha dividido el complejo texto de Viripaev, como en varios momentos dentro de ellos.

Y digo que el texto es complejo aunque se entienda todo, y sin dificultades, porque al mismo tiempo tiene mucho de lirismo, de ironía y de teatralidad como de narrativo. La dificultad mayor que ha debido encontrarse Del Arco a la hora de montarlo ha sido precisamente la de que no dejen de brillar todos esos aspectos a la vez y que no sea uno -el narrativo- quien domine en detrimento de lo dramático, por razones obvias. Lo ha conseguido y mucho me temo que este de 'Ilusiones' va a ser también un hito en la brillante carrera del Miguel del Arco, director de escena que han marcado La función por hacer, Veraneantes, Misántropo o Hamlet.

En la función, son sobresalientes la escenografía de Eduardo Moreno (una especie de desván construido con retazos de escenografías anteriores de Del Arco), la iluminación poética de Juanjo Llorens, la conmovedora música de Arnau Vilá, el espacio sonoro de Sandra Vicente, el vestuario de la otra Sandra, Espinosa, y la coreografía de Manuela Barrero. En realidad, el equipo base habitual a quien suele recurrir el director, que parecen llevar siempre a la práctica aquello del “más con menos”, que siempre potencia lo esencial de todo montaje teatral, el texto y los actores que le dan palabra y cuerpo.

Si ‘Ilusiones’ comienza con la muerte de Dani, los narradores van haciendo después saltos en el tiempo (adelante y atrás) y trayendo a primer término historias sin una sucesión lógica que atañen a los cuatro personajes, y en los que están entrecruzadas también las de los demás, hasta concluir con la muerte del resto de protagonistas. Al final, un regusto bello y amargo a la vez atraviesa el alma del espectador contagiado por esa falta de certidumbres que tienen los personajes de Viripaev, y esa búsqueda permanente de lo absoluto (en otras de sus obras alude directamente a la figura de Dios), lo sitúan en un mar de ansiedad y de angustia.

'Ilusiones'

Texto: Ivan Viripaev

Traducción: Helena Sánchez Kriukova

Dirección: Miguel del Arco

Intérpretes: Marta Etura, Daniel Grao, Alejandro Jato y Verónica Ronda

Escenografía: Eduardo Moreno

Vestuario: Sandra Espinosa

Iluminación: Juanjo Llorens

Coreografía: Manuela Barrero

Diseño sonido: Sandra Vicente (Studio 340)

Música: Arnau Vilà

Ayudante dirección: Gabriel Fuentes

Fotografía: Vanessa Rábade

Dirección ejecutiva: Jordi Buxó y Aitor Tejada

Producción ejecutiva: Eduardo Moreno

Pavón Teatro Kamikaze, Madrid

Hasta el 13 de mayo de 2018

José-Miguel Vila

Columnista y crítico teatral

Periodista desde hace más de 4 décadas, ensayista y crítico de Artes Escénicas, José-Miguel Vila ha trabajado en todas las áreas de la comunicación (prensa, agencias, radio, TV y direcciones de comunicación). Es autor de Con otra mirada (2003), Mujeres del mundo (2005), Prostitución: Vidas quebradas (2008), Dios, ahora (2010), Modas infames (2013), Ucrania frente a Putin (2015), Teatro a ciegas (2017), Cuarenta años de cultura en la España democrática 1977/2017 (2017), Del Rey abajo, cualquiera (2018), En primera fila (2020), Antología de soledades (2022), Putin contra Ucrania y Occidente (2022), Sanchismo, mentiras e ingeniería social (2022), y Territorios escénicos (2023)

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