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Con el chalet o contra Pablo: la consulta abrasa a los disidentes en Podemos

domingo 27 de mayo de 2018, 11:20h
Podemos cuenta las horas para saber si sus bases quieren que Pablo Iglesias e Irene Montero, flamantes vecinos de Galapagar, sigan al mando. La maquinaria interna se ha movilizado y muchos esperan una participación histórica que respalde a los dirigentes ante una polémica que el oficialismo ha somatizado como un grosero acoso contra la vida familiar de la pareja. Sin embargo, algunas voces disidentes recelan de la estrategia y denuncian en privado que los acosados son, precisamente, quienes creen que lo que quiebra de verdad la imagen del partido no es ya el chalé sino la propia consulta.
Con el chalet o contra Pablo: la consulta abrasa a los disidentes en Podemos
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(Foto: Podemos)
"Los votantes del PP son capaces de perdonar que les roben con la Gürtel pero no lo de las cremas. Ahora, parece que a los nuestros les va a molestar más el chalé que la consulta". La frase, de un dirigente de Podemos en la región, resume la preocupación que circula en los últimos días entre las bambalinas de un partido que vive, otra vez, tensionado.

Tras el traumático aterrizaje en la Comunidad de Íñigo Errejón seguido de un balsámico proceso de primarias, hoy, la formación vuelve a estar al borde del infarto. Y, ahora, en todo el país. La formación morada apura las horas antes de dar a conocer el resultado de una votación insólita. Desde el martes, los inscritos pueden decidir si quieren que Pablo Iglesias e Irene Montero sigan en sus puestos o renuncien al mando tras su polémica mudanza a un más que confortable chalé en Galapagar.

"El chalet cabrea"

Sin embargo, la inquietud no tiene que ver con los resultados, que se conocerán mañana aunque es posible que se filtren ya esta noche. Nadie cree que la pareja vaya a perder una consulta que se espera masiva, aunque hay dudas de que se alcance el 80 por ciento de votos favorables que se ha marcado Iglesias como objetivo para no irse. El problema, reconocen algunos opositores al 'pablismo', es la imagen del partido que deja la propia encuesta tras de sí.

Existe un visible enfado entre los 'círculos' más alejadas al líder en la región -que controla los aparatos de la capital y la Comunidad- por haber "forzado" a la organización a asumir su "incoherencia" discursiva. Varios dirigentes consultados por este medio coinciden en reprobar que se haya encargado a la militancia "legitimar" a su líder al trasladarle la responsabilidad de elegir entre él o el caos. "No han planteado un recambio", señala un destacado miembro de la dirección regional.

Aunque algunos de los contactados disculpan la mudanza, en el fondo, todos desdeñan "el momento" elegido, y, sobre todo, el impacto estético. Frente a conocidos líderes de la formación morada con amplio patrimonio, Iglesias y Montero hipotecaron buena parte de su crecimiento político a la denuncia del drama de los desahucios o de la especulación inmobiliaria. "Por eso cabrea tanto el chalé. Bueno, el chalé, el terreno, la piscina, la casa para invitados... es que es ostentoso", afea una conocida dirigente de la capital.

Además, en privado, hay personas que sugieren una "desconexión" de la realidad del líder o, lo que es peor, que nadie de su círculo más próximo le persuadiera de no tomar la decisión. En este sentido, hay voces que critican la torsión discursiva que ha obrado Podemos y que ha tratado de presentar a la pareja como una víctima de una cacería. Este viernes, la propia Montero, embarazada de mellizos, volvió a insistir en el argumentario y defendió su derecho a "buscar intimidad" -que no "aislamiento", porque Galapagar es "normal" y no "La Moraleja"- para su venidera familia, una actitud que ha encontrado un poderoso eco en las redes sociales alimentada por los 'escraches' de la extrema derecha.

Críticas públicas, "ataques" internos

La gestión de la crisis puertas adentro está siendo implacable, según las mismas fuentes. Tanto, que algunos dirigentes hablan de control de las declaraciones públicas (si son de adhesión y cuántas), "insultos" y "régimen de terror" contra los disidentes. Mientras el 'pablismo' ha movilizando toda su maquinaria, el 'errejonismo', ahora aliado, calla y los 'anticapis', apartados, se revuelven.

En Madrid, de hecho, son ellos prácticamente los únicos que han pregonado su disidencia. La portavoz en la Asamblea, Lorena Ruiz-Huerta, promueve la abstención como otros dirigentes nacionales próximos a sus postulados al entender que ha sido una "decisión absurda" convocarla. "Me preocupa que se fortalezca su posición de manera que luego no se permita la crítica interna", dijo este lunes en el programa Al Rojo Vivo.

También, los diputados Raúl Camargo o Isidro López han anunciado que no votarán. Para este último, este "holocausto plebiscitario", como ha asegurado en Twitter, "dinamita Podemos como organización" y la reduce "a un aparato de legitimación de los caprichos sus líderes". La concejala de Ahora Madrid Rommy Arce ha criticado la "banalización" de este recurso ante la "ausencia de debate político honesto".

Nadie sabe qué va a ocurrir. En el censo de Podemos hay 400.000 inscritos fuera de órbita que no votan normalmente y de los que no se sabe nada, ni si estarán dispuestos a castigar o, como cree un dirigente 'pablista', a proteger a su líder en un momento de incertidumbre política nacional. Nadie quiere arriesgar a saltar al vacío con una moción de censura en ciernes y a un año de una triple cita electoral. Aunque, si algo ha enseñado la política madrileña últimamente es que todo puede cambiar de la noche a la mañana. "Y si no, que se lo pregunten a Cristina Cifuentes", advierte. "Quién nos iba a decir en la Asamblea hace dos meses...".
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