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'Cuando caiga la nieve': polución, soledad y cenizas
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'Cuando caiga la nieve': polución, soledad y cenizas

viernes 15 de junio de 2018, 17:18h

Cuatro personajes, sin aparente relación entre sí, y una urna funeraria alrededor de la cual giran todos ellos son los elementos de partida de 'Cuando caiga la nieve', un texto de Javier Vicedo Alós, dirigido por Julio Provencio. El montaje, que se estrenó en mayo de 2017 dentro del Festival Surge Madrid, regresa ahora, entre el 7 y el 16 de junio, a la Sala Cuarta Pared de Madrid.

Se trata de una tragicomedia que rezuma poesía y humor negro en la misma proporción, que parte de un texto estupendamente escrito y que su director ha condensado a través de la definición de esos cuatro personajes, tan distintos y tan iguales a la vez, que circulan sobre un espeso manto blanco de nieve que recubre Madrid, el lugar donde se desarrolla la historia inverosímil contada. Y digo inverosímil, porque puede costar trabajo, inicialmente, creer que uno anda por ahí dejándose olvidada la urna funeraria que contiene los restos de tu padre muerto y recién incinerado. No lo es tanto porque, sin ir más lejos, un amigo personal, en cierta ocasión, tuvo que atender a familiares de un recién fallecido con la urna que contenía sus cenizas ahí presente, plantada sin recato sobre la misma mesa de trabajo, como si aún estuviese ejerciendo de árbitro entre la administración y la voluntad de sus herederos a la hora de resolver una herencia. La respuesta debió ser satisfactoria porque los herederos se dejaban olvidada, finalmente, al causante de sus desvelos, allí, sobre la neutra mesa de mi amigo que, en esos momentos, representaba a la todavía más neutra administración.

Aquí todos los personajes están desbordados de soledad, han perdido a algún ser querido y, al mismo tiempo, se encuentran en medio de un viaje en busca de su identidad. El primero es un joven de 26 años, con carrera universitaria, que ha desempeñado ya varios trabajos en los que no ha permanecido más que unos meses, y que, harto ya, ha decidido dejar todo. Lo encarna un lánguido Fernando Delgado-Hierro (¡qué distinto su personaje al de Scratch en el que lo vimos hace solo un par de meses!). Su madre ha muerto y él la recuerda siempre sola, sin su padre, que desapareció algún día de sus vidas sin saber muy bien por qué… Al tiempo, una mujer, Chupi Llorente, quiere trasladar las cenizas de su padre para esparcirlas junto al mar y, en un descuido, alguien se las lleva, sumiéndola en una profunda desesperación. Un tercer personaje, interpretado por José Luis Alcobendas, sobrevive malamente como puede haciendo de hombre invisible, parapetado tras una gabardina y un sombrero, en la Plaza de Oriente madrileña, a la busca de unas cuantas monedas diarias que le echan los turistas de buena voluntad. Y, por último, un emigrante colombiano -Fabián Augusto Gómez Bohórquez-, que limpia un restaurante del centro, acaba encontrando la urna que robaron a la mujer, decide esparcir las cenizas desde la azotea de su edificio de 17 plantas, y su buena voluntad le va a acarrear un verdadero problema que le empujará irremisiblemente a volver a reencontrarse con su madre en Colombia.

Las características de los cuatro personajes están muy bien marcadas tanto en el texto como por parte del director, y los cuatro estupendos actores salen muy bien librados de su esfuerzo por habitarlos. El tono poético de sus vidas se refuerza por la creación sonora de Nacho Bilbao y Diego Merino, y por la luz -gélida o amorosa, según conviene a cada escena- de David Benito, que acabamos de verlo hacer otro tanto en la Trilogía del infinito, de Angélica Liddell.

Texto y montaje discurren por el relato dramatizado, esa fórmula que parece haber tomado cuerpo en la temporada teatral madrileña (El tratamiento, El corazón de las tinieblas, ¿Who is me?…) que ya está circulando por sus últimas estaciones. Sé que no es un género homogéneamente admitido por todos los espectadores, pero a nosotros nos parece que lo que cuenta es la historia y cómo se traduce en el escenario, y en el caso de ‘Cuando caiga la nieve’, tanto los evocadores monólogos entrecruzados por parte de los cuatro personajes, como la escenografía (miles de plumas blancas se extienden por todo el escenario simulando la nieve), la luz o el ambiente sonoro, evocan una historia y un mundo perfectamente aprehensible que hace disfrutar al espectador, primero, y le obliga a reflexionar, después.

'Cuando caiga la nieve'

Autor: Javier Vicedo Alós

Dirección: Julio Provencio

Intérpretes: José Luis Alcobendas, Fernando Delgado-Hierro, Fabián Augusto Gómez y Chupi Llorente

Creación sonora: Nacho Bilbao y Diego Merino

Diseño de iluminación: David Benito

Vestuario: Yeray González Ropero

Cartel: M. Milagro Sánchez

Fotografía: Susana Martín

Compañía: Becuadro Teatro

Producción: La Belloch Teatro

Sala Cuarta Pared, Madrid

Hasta el 16 de junio de 2018

José-Miguel Vila

Columnista y crítico teatral

Periodista desde hace más de 4 décadas, ensayista y crítico de Artes Escénicas, José-Miguel Vila ha trabajado en todas las áreas de la comunicación (prensa, agencias, radio, TV y direcciones de comunicación). Es autor de Con otra mirada (2003), Mujeres del mundo (2005), Prostitución: Vidas quebradas (2008), Dios, ahora (2010), Modas infames (2013), Ucrania frente a Putin (2015), Teatro a ciegas (2017), Cuarenta años de cultura en la España democrática 1977/2017 (2017), Del Rey abajo, cualquiera (2018), En primera fila (2020), Antología de soledades (2022), Putin contra Ucrania y Occidente (2022), Sanchismo, mentiras e ingeniería social (2022), y Territorios escénicos (2023)

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