Un festejo con altibajos en el comportamiento de los bicornes de Fuente Ymbro, con tres y tres. O sea la mitad con opciones de triunfo, en diversa gradación, para los coletudos, pero que, salvo la excepción de Francisco de Manuel, con el exigente tercero. Mientras que los otros dos correspondieron en suerte –más bien en desgracia- a Pablo Mora, que se fue de vacío. Menos opciones tuvo un gris Juanito con su lote que tampoco se comían a nadie.
El momento de mayor fuerza emocional aconteció con la lidia de ese tercero, de nombre ‘Favorito’, quizás como una premonición de su ganadero, Ricardo Gallardo. No fue bravo en el caballo, pero cumplió ante dos buenas varas de Juan José Leiro, sin embargo ya en banderillas mostró codicia y pies –mejor, patas- al desplazarse como un obús en la búsqueda del propio novillero, que realizó un tercio de mucha verdad, tragando en cada par de rehiletes.
La fiereza encastada de ‘Favorito’ y la rabia novilleril de Francisco de Manuel crearon mucha expectación de cara a la labor con la pañosa. Y no defraudaron ambos, de principio, porque el coletudo domeñó por bajo, látigo y caricia, al bicho para lucirse con tres cortas series en redondo, en la última de las cuales ya el animal se empleó menos, cual aconteció de inmediato en el toreo al natural. Y es que ‘Favorito’, al sentirse vencido y podido se fue rajando, aunque De Manuel aún le robó otra interesante serie por la derecha. Tenía el justo premio de una oreja, pero pinchó una vez antes de una estocada contraria y todo se redujo a una merecida vuelta.
Lo malo es que la expectación por lo que el chaval, de sólo 18 años, pudiera hacer con el último se vino abajo, como bajas eran las fuerzas de los dos bicornes rechazados –el titular y otro de El Cotillo-y del segundo sobrero de Hato Blanco, que sólo permitieron al madrileño, que ha ratificado las dos buenas actuaciones anteriores este año en la cátedra con sendas orejas, torear fácil y de salón si calar en el cotarro.
Mucho peor fue lo de Pablo Mora, que naufragó de forma parigual con los dos encastados que le correspondieron y que necesitaban antes que nada mando en plaza, o sea, en el ruedo, lo que el de Moralzarzal fue incapaz. Esa falta de mando hizo incluso que el segundo, dentro de su nobleza, acabara desarrollando sentido.
Ni siquiera tal pequeño defecto aprendido tenía el quinto, boyante y que embestía humillado como el más arrepentido pecador. Y, sí, es cierto que Mora le dio muchos pases, algunos, pocos de buen dibujo, pero siempre con el toreo posmoderno, despegado y al hilo del pitón, lo que en Madrid no vale, por fortuna. De hecho el novillo fue el más ovacionado de la tarde en el arrastre mientras su matador recibía tibias palmitas de consolación.
Al portugués Juanito no le correspondieron bureles para un gran lucimiento; sosotes y manejables, tampoco era para que el chaval anduviera por acá y por acullá sin aprovechar sus no muchas, pero sí algunas, posibilidades, limitándose y conformándose con amontonar los pases sin decir 'na'.
FICHA
Novillos de FUENTE YMBRO, bien presentados, nobles, manejables y justos de fuerzas; 2, 3º y 5º, encastados. 6º, sobrero de HATO BLANCO, tras devolverse por inválidos el titular y un primer sobrero de EL COTILLO, justo de presentación, manso y muy flojo. JUANITO: ovación; silencio. PABLO MORA: silencio; palmitas. FRANCISCO DE MANUEL: vuelta; silencio. Plaza de Las Ventas, 29 de septiembre, 2ª de la Feria de Otoño. Más de media entrada.
Crónica del festejo anterior
Si (
No(
