El Sevilla lidera la Liga sorprendentemente al término de la octava jornada, algo impensable en los últimos años, donde el campeonato nacional estaba tomado por Madrid, Barça o como mucho, el Atlético. Los hispalenses ganaron 2-1 al Celta y superan así en la tabla a los grandes, que están inmersos en pequeñas crisis de juego e identidad.
El Barça, con otro tropiezo, y van 4 seguidos, da aire al Madrid de Lopetegui, que tras caer en Vitoria el sábado había encendido todas las alarmas que aún quedaban por saltar. Empató 1-1 en Valencia, eso sí, una cancha más complicada que la del Alavés, aunque pudo ser peor: comenzó perdiendo pronto en Mestalla y sólo Messi pudo evitar la derrota. Los de Valverde también atraviesan una crisis de juego y no parece que el fondo de armario que tanto costó este pasado verano haya supuesto garantías para tener once jugadores de garantías sobre el campo.
Mientras, el Atlético superó ya sus crisis de comienzo de Liga y es tercero, a un punto del Sevilla y superando por ese mismo margen a su eterno rival, el Madrid. Se cuela en la fiesta un gran Espanyol, quinto, con los mismos puntos que el Madrid, cuarto. También tiene esos puntos un atrevido Alavés que no renuncia a soñar.
Preocupante es la situación del Athletic de Bilbao, 17º en la tabla y con sólo 7 puntos de 24 posibles. En descenso Leganés, Rayo y Huesca.
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