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Andalucía puede ser el comienzo

viernes 18 de enero de 2019, 19:48h

Andalucía ya tiene presidencia de derechas. El pacto derechista de carácter “trumpista” gobierna ya en Andalucía. Un bloque de PP-Cs-Vox es la nueva mayoría de Gobierno. Los tres se necesitan y los tres forman parte de la operación aznarista y de Trump. Las manos extranjeras no están lejos de este acuerdo y se sabe de intereses de potentes fondos de inversión. Por alguna grieta debía entrar el trumpismo en España.

Su primer trabajo será “levantar alfombras” y por tanto destrozar en lo que puedan a un PSOE que en demasiadas ocasiones se lo ha puesto fácil. Auditorías, “investigaciones” sobre chiringuitos, subvenciones o personajillos cobrando sueldos a todas luces inmerecidos, serán aireados en una operación de laminación del socioliberalismo gobernante. Cada vez que Susana Díaz o la “máxima autoridad” Verónica la íntima amiga y portavoz de la ex presidenta digan algo, él “y tú más” se escuchará en Pernambuco. Adelante Andalucía (Podemos-IU) dará mítines en el Parlamento y se le responderá siempre con el chalet de su jefe como ya han hecho.

Por tanto hay que tener un plan al objeto de no perder la mayoría sociológica e histórica de izquierdas en Andalucía. Un plan no de resistencia, sino de ofensiva y avance, no de recuperación, no, sino de reconstrucción y de renovación.

Para comenzar, aconsejo humildemente nuevas caras y nuevas actitudes. Susana ha fracasado y ha sido abandonada por miles de votantes del PSOE, Adelante Andalucía también ha fracasado y en ambos casos sin paliativos. Por tanto las movilizaciones de las fuerzas sociales progresistas y las izquierdas en las calles han sido buenas. Ha sido una demostración de fuerza encabezada por las mujeres, muy importante. Andalucía progresista y su izquierda están respondiendo, además las movilizaciones continúan.

Pero esta tensión para reorganizar necesita conectar con muchos sectores populares que se sienten y con razón abandonados y que no reciben respuestas a sus sufrimientos, porqué una cosa son las estadísticas y otra las realidades.

La extrema derecha avanza porque la austeridad y los recortes imperan y todos los partidos institucionales están instalados en la austeridad. Mientras la regla de gasto y el techo de gasto imperen sobre las personas y se apliquen las políticas económicas que el Banco Central Europeo impone, la extrema derecha seguirá avanzando. Mientras los bancos privados chantajeen al estado la extrema derecha avanzará y eso los ejecutores del trumpismo lo saben muy bien. Su programa es muy sencillo, primero el interés privado y segundo los intereses privados y la culpa no es de los capitalistas, sino de las pateras y las mujeres. Todo esto con millones y la red se acaban imponiendo.

Por tanto lo primero sería cambios radicales por credibilidad, no hablo generacionales ni otras zarandajas, sino de personas sin mochilas e incluso recuperación de valores echados de lado por no ser del aparato. Pero diferentes.

En segundo lugar la exigencia de recuperar derechos sociales, laborales y entender el sufrimiento de familias paradas, personas jóvenes emigradas por fuerza y denunciar la creación de empleo a base de robar sueldos y dignidad. Empleo precario sin derechos y denunciar la explotación. La actual “recuperación económica” se basa en pagar miseria, amenazar con la calle con total impunidad. Negar la democracia en la vida cotidiana de las personas. Porque la precaria y el precario no viven en democracia. En Andalucía reino de la hostelería no hay ni libertad sindical ni democracia para las clases trabajadoras que sirven a gran parte del sector privado.

En tercer lugar apoyar y defender los derechos de las mujeres, así como perseguir el terrorismo machista. Seguir avanzando, no solo defender, ir a más, ir a más con todas las minorías. Defender y conseguir más derechos e igualdad con la mayoría es decir las mujeres.

La cuestión agraria no se debe olvidar. El principal enemigo de la potente agricultura andaluza es la PAC y esto hay que saberlo. Sin reforma agraria y sin un potente sector cooperativo y el retorno de jóvenes a la agricultura muy poco se podrá hacer. La agricultura es el verdadero motor de avance y además Andalucía debe reclamar y exigir la soberanía alimentaria, pudiendo en este terreno garantizar a todo el estado gran parte de la suficiencia alimentaria que necesita. En resumen solución democrática de la tierra.

Y una cuestión fundamental no por enumerarla en último lugar, la recuperación del grito de Andalucía libre. El tripartito trumpista está en posiciones de recentralización. Devolución de competencias y gestión centralista. Andalucía debe su atraso al centralismo. Centralismo de siglos que nos aisló, empobreció y nos dedicó a ser finca y solaz de grandes propietarios que desde Madrid y a costa de la miseria de braceros sostenían sus fortunas y que no daban más salida al exceso de “mano de obra” que una maleta de cartón y Barcelona o Suiza. Para Andalucía exigir su gobierno es exigir nuestro derecho a una vida digna y a una mejora, pues tenemos territorio, habitantes y tierra. Esa misma tierra mal repartida que ahora ansían fondos extranjeros y una industria turística voraz que necesita mano de obra muy barata y con idiomas.

Andalucía necesita volver a sentirse segura y valiente, digna y suficiente. Por eso es necesaria la agrupación de las fuerzas de progreso y comenzar por vencer en las elecciones municipales, exigiendo la autonomía y los derechos municipales y las competencias plenas de vivienda para los municipios al objeto de frenar la nueva especulación, la subida de alquileres y el robo del espacio urbano por parte de multinacionales. Para defender empleo digno y vida digna.

Carlos Martínez García

Politólogo y ex portuario. Miembro de la plataforma socialista pro PSF.

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